INFORME SOBRE CATALUÑA
El desafío independentista de Artur Mas solo cabría en la Constitución de Etiopía
Ninguna Constitución del mundo prevé un proceso de secesión, salvo la de aquel país africano, y solo en parte, según FAES
Mariano calleja
La Constitución Española no reconoce el derecho de secesión, ni el fundamento del «derecho a decidir», que pone los votos por encima de la ley y del respeto al Estado de Derecho. Pero el caso de nuestra Constitución no es único en el mundo, ni ... mucho menos. De hecho, ninguna otra Carta Magna reconoce la posibilidad de un proceso de secesión para una parte de su territorio, salvo una... La excepción es Etiopía. Y solo en parte.
Así se explica en el informe de FAES titulado «20 preguntas con respuesta sobre la secesión de Cataluña» . La Fundación que preside José María Aznar explica que «solo por voluntad de todos se puede cambiar lo que se construyó por voluntad de todos». «Este es un principio que rige en todos los ordenamientos constitucionales. De lo contrario, ningún país, sea cual fuere su historia y el peso de sus tradiciones, proporcionaría a sus ciudadanos la seguridad jurídica que necesitan para ser libres».
En su informe, FAES argumenta que con una única excepción, la Constitución de Etiopía de 1994, «ninguna Constitución del mundo prevé un proceso de secesión de una parte de su territorio». Lo que se puede hacer, explica, es asumir esa aspiración como resultado de un proceso de reforma constitucional establecido de manera general, nada más.
Pero incluso en el caso de la Constitución de Etiopía de 1994 se ponen salvedades: su artículo 39.4 señala que los términos de la consulta serán fijados por el Gobierno federal, no por el territorio que promueve la secesión, y que será aquél y no éste el que desarrollará el proceso atendiendo a los términos fijados por la ley. «Es decir, que hasta para un proceso de este tipo es preciso respetar los procedimientos legales, sencillamente porque ningún proceso es democrático si se produce contra la ley».
«Razonar que la Constitución no puede ser un obstáculo para la democracia es sencillamente un grave fraude a la democracia misma. El argumento final del secesionismo catalán de que se quiere ejercer la democracia sin las barreras de la Constitución y de la ley obvia que la democracia sin la ley no existe», concluye el informe.
El desafío independentista de Artur Mas solo cabría en la Constitución de Etiopía
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