Rajoy, a bordo de la fragata «Álvaro de Bazán»: «Protegéis los intereses nacionales en el Índico»

Un tradicional brindis navideño con las tropas en el exterior -mantenido en secreto hasta ayer por razones de seguridad - que permitió al presidente del Gobierno embarcarse en la fragata «Álvaro de Bazán» de la Armada , que comanda la misión de la OTAN «Ocean Shield», o comprobar de primera mano cómo trabaja el Destacamento Orión del Ejército del Aire, que vigila las aguas y costas somalíes para luchar contra la piratería internacional dentro de la Operación Atalanta.

Acompañado del ministro de Defensa, Pedro Morenés, y representantes de la cúpula militar, el presidente del Gobierno proclamó el «éxito» de la misión en la que España participa, junto a otros países de la UE y de la comunidad internacional, desde diciembre de 2008 cuando la UE decidió afrontar el problema de la piratería somalí en las aguas del Índico.

«Si en 2009 hubo 163 ataques y 46 barcos secuestrados, en lo que va de año solo ha habido 13 ataques con ningún secuestro», proclamó Rajoy quien no obstante lanzó el prudente mensaje de advertencia: «No podéis bajar la guardia. La amenaza no se ha erradicado y sigue presente, no podemos ser complacientes y debéis mantener el mismo nivel de exigencia».

Desde el comienzo de esta operación de la UE han participado 25 buques de la Armada española, que han realizado hasta el momento más de 2.270 días de mar integrados en la Operación Atalanta, y sus helicópteros embarcados han realizado más de 4.200 horas de vuelo. Esta operación cuesta 142 millones de euros al año a España.

Dentro de la misión de la UE se encuentra ahora desplegado el buque de acción marítima «Tornado» y un equipo de operaciones especiales de Infantería de Marina. A ello hay que sumar el Destacamento Orión, con un avión de vigilancia CN-235, la misión de instrucción de soldados somalíes que tiene lugar en Uganda (con 15 militares españoles) y una misión civil con el objetivo de mejorar las capacidades marítimas de los países vecinos.

La OTAN por su parte mantiene desplegado cuatro buques como la fragata española «Álvaro de Bazán». Desde su proa, junto a la lanzadera de misiles y el cañón, y tras arribar a bordo de una lancha de la Infantería de Marina, el presidente Rajoy proclamó “su orgullo como presidente” por esta misión.

Mostró su reconocimiento y cercanía «en unas fechas navideñas que se pasan con los familiares» y que estos militares pasarán a 5.600 kilómetros de España, «defendiendo los intereses pesqueros y protegiendo los buques del programa mundial de alimentos».

Desde que la comunidad internacional comenzó las operaciones antipiratería en la zona del Índico -en una extensión de mar equivalente a la UE- se han neutralizado 261 grupos piratas y se han transferido a diferentes autoridades 149 sospechosos de haber cometido actos de piratería, «de los que 111 han sido condenados y 38 están pendiente de juicio en diferentes países». Todo ello «en una misión sumamente compleja» y en «una región clave para la seguridad, paz y comercio internacional».

Efectivamente, el golfo de Adén con destino al canal de Suez es la ruta marítima comercial más transitada del mundo.«Nuestra participación en esta misión responde a la protección de nuestros intereses nacionales y a nuestro compromiso con la comunidad internacional», subrayó Rajoy.

Solo un buque se encuentra secuestrado, se trata del pesquero omaní «Naham 3» y 50 rehenes permanecen secuestrados en Somalia, donde existen aproximadamente un centenar de campamentos piratas.

Fuentes militares informaron que aunque la eficacia de los ataques piratas haya disminuido, su radio de acción se ha extendido. Para ello utilizan buques nodriza desde los cuales lanzan los esquifes piratas, provistos de escaleras.

«Armas ligeras como fusiles AK-47 o lanzagrandas RPG son sus armas» y también se han detectado posiciones con artillería antiaérea en sus bases, «aunque no se han disparado y no sabemos si disponen de esa capacidad efectiva».

Unos 50 pesqueros españoles faenan en este momento en las aguas del Índico. Muchos de ellos lo hacen sin portar el pabellón español, tal y como informan las mismas fuentes militares, que reconocen en este hecho «una ilegalidad».