«La imagen de "Paterra" en un bar celebrando su libertad provoca desgarro»

Francisco Martínez, Secretario de Estado de Seguridad, habla para ABC sobre algunas reformas legales que se van a introducir para mejorar la gestión del final del terrorismo de ETA

«La imagen de "Paterra" en un bar celebrando su libertad provoca desgarro» JOSÉ RAMON LADRA

JAVIER PAGOLA

La decisión de Estrasburgo de dinamitar la doctrina Parot ha puesto de manifiesto que, pese a su derrota policial, aún quedan lagunas en la gestión del final de ETA . El Ministerio del Interior trata de corregir ahora lo que no se hizo en años ... para que terroristas y cómplices, tras cumplir condena, no puedan ejercer como profesores o no cobren subsidio de excarcelación.

–¿Se va a blindar el Estado a la hora de establecer medidas para que los etarras no disfruten de estas ayudas cuando salgan de prisión? No vaya a ser que Estrasburgo nos dé otro varapalo.

–Lo haremos con todo el rigor jurídico. Están trabajando en ello los mejores juristas que tiene el Gobierno. Espero que luego eso no sea endeble a ojos de tribunales españoles o europeos.

–¿No se está improvisando?

–Es mejor mirar al futuro que lamentarnos de lo que se podría haber hecho antes.

–Es que también se intenta ahora, a toda prisa, introducir reformas legales para que los proetarras no colonicen la enseñanza pública en Navarra.

«¿Tendría sentido que un violador o pederasta volviera a ser profesor?»–No se entiende muy bien que alguien que ha basado toda su vida en el exterminio como terrorista sea después docente. Todo proyecto totalitario y liberticida, como es el de ETA, trata de penetrar en la sociedad y adoctrinar en el odio. Contra eso hay que ser muy garantista, pero también muy firme. Eso se puede hacer desde el Código Penal, con el empuje de Interior, y darle un mayor alcance. En el caso de los terroristas es escandaloso, pero, ¿tendría sentido que un violador o pederasta, que ha cumplido condena, vuelva a ser profesor? ¿Van a ser los educadores de nuestros hijo? Lamentablemente no lo podemos hacer con carácter retroactivo, pero sí para futuras generaciones.

–De verdad, ¿son preocupantes los datos de la infiltración de ETA en la docencia pública de Navarra?

–El terrorismo, más allá de los asesinatos, ha tratado de hacer una penetración absolutamente destructiva en todos los estamentos de la sociedad. Lo que tenemos que hacer es combatir esto, aunque sea para el interés de futuras generaciones.

–¿Qué sintió al ver la imagen del etarra «Paterra» festejando en un bar de Córdoba su excarcelación prematura?

–Es una imagen repulsiva que provoca muchisimo rechazo, un enorme desgarro e indignación. Pero creo que esa imagen debe estar en el contexto de lo que ha ocurrido. Una salida de la cárcel de etarras antes de lo que nosotros hubiéramos deseado, pero homologados a delincuentes absolutamente abominables, violadores, asesinos en serie... Eso sí que los pone en su sitio. Los deja a la altura de la peor calaña.

–Pero ¿era inevitable esa avalancha de pistoleros hacia la libertad? Se dijo, tras acatar la sentencia, que se vería caso por caso, pero hemos asistido a un espectáculo obsceno, «tonto el último en salir».

–Y eso ha llamado la atención y ha sido sorprendente.

–Un sufrimiento añadido para las víctimas, ¿no le parece?

–Que las excarcelaciones hayan sido de manera masiva es tremendamente doloroso. Pero aquí, el margen de maniobra del Gobierno no es que sea limitado, es inexistente.

–Entonces, ¿al Ejecutivo le ha sorprendido esa suelta de criminales?

–La rapidez , no digo en el caso de Inés del Río, que había un pronunciamiento claro, sino en lo que ha venido después, sí ha sorprendido.

–A las víctimas les queda el consuelo de que se resuelvan los más de 300 asesinatos de ETA sin esclarecer.

–No se va a dejar de investigar ninguno. La Policía y la Guardia Civil no han cerrado ninguna investigación.

–Podría darse el caso de que etarras excarcelados por Estrasburgo estén implicados en alguno de esos asesinatos?

–Si es así tendrían que responder ante la Justicia. La excarcelación es por los crímenes ya cometidos,

–¿Está la dirección de ETA buscando acogida en otro país para lanzar la enésima oferta trampa de negociación, tras fracasar la intentona de Oslo?

–No hay noticia. Sería ya patético que se dedicase a mendigar por ahí. Ningún país le va a dar cobertura. Lo que tiene que hacer es tomar conciencia de la realidad: su abatimiento y la fortaleza del Estado de Derecho.

–¿Confía en que la cúpula etarra sea puesta pronto a disposición judicial?

–No habría ninguna noticia que me hiciera más feliz que esa.

–Pero ya no habría nadie a quien exigir que gestionara la disolución.

–Es que se disolvería de hecho. Si la dirección de ETA acaba siendo puesta a disposición de la Justicia, será el final de la organización terrorista.

–¿Cabe la posibilidad de que los «Kubati», Troitiños o «Carnicero de Mondragón», muy adoctrinados, acaben reforzando el núcleo duro de Sortu e impongan una mayor radicalización?

–La información de la que dispone Inteligencia de Policía y Guardia Civil no nos hace tener un pronóstico preocupante ni alarmista. No hay un solo elemento como para pensar que quienes han salido de la cárcel como consecuencia del fin de la doctrina Parot vayan a adherirse a corrientes críticas con el abandono de la violencia. Pero ETA es una organización terrorista y eso nos hace ser precavidos.

–Sin embargo, de momento están renunciando a los «ongi etorris»

–Lo que están viendo ahora es que no se va a permitir la hu millación de las víctimas y el enaltecimiento del terrorismo. Y no están dispuestos a correr ese riesgo.

–¿El Gobierno analizaría un gesto de ETA, como una entrega parcial de armas a mediadores internacionales?

Los presos tendrán la libertad que les ofrece el Estado de Derecho y que les impide la tiranía de ETA–Ya ha pasado el momento de los gestos y de los símbolos. ETA tiene que desaparecer. Es lo mejor que podría hacer por sus presos, si es que realmente le preocupan, que yo lo dudo mucho. Pienso más bien que son un instrumento que utiliza de manera tiránica. Porque, si le preocupan, lo tiene muy fácil, que deje de existir. Los presos, evidentemente, están cumpliendo condenas porque han cometido delitos. Pero es verdad que hay medidas, como la dispersión, que tienen sentido porque hay una organización terrorista. Si desaparece, el escenario será completamente distinto. Los presos tendrán la libertad que les ofrece el Estado de Derecho y que les impide la tiranía de ETA, que es acogerse a la legislación penitenciaria. ¡Claro que hay que cumplir las condenas!, pero evidentemente hay una serie de beneficios penitenciarios que en el caso de los terroristas están perfectamente tasados en el Código Penal. Pedir perdón, reconocer el daño causado, colaborar con las autoridades, pagar las indemnizaciones.

–Pero ¿tiene datos que apunten a que la banda se va a disolver?

–El mejor dato que tiene el Gobierno en ese sentido es la enorme debilidad de ETA. Un buen dato para pensar que eso se podría llegar a producir. Está en un estado comatoso.

–Entonces, si entregara solo parte de sus armas, el Gobierno no haría ni caso...

–Yo no digo eso, digo que eso se evaluará en su momento. Ahora, que eso sea suficiente... ¿suficiente para qué? Lo que no va a haber es nada parecido a una amnistía. El Gobierno no va a derogar el Estado de Derecho para que esté a la medida de ETA. Esos gestos nos parecerán insuficientes, pero tampoco podemos decir que sean malos.Ahora bien, ¿van a tener alguna consecuencia? Tampoco. Pero el Estado de Derecho tiene mecanismos que podrían ponerse en marcha si ETA desapareciera definitivamente.

–¿Qué le parece que la Ertzaintza prescinda de su División Antiterrorista?

-Esa decisión, desde luego, no se parece en nada a cómo están trabajando los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, donde no se ha desmantelado ninguna de las estructuras dedicadas a la lucha antiterrorista.

–Con las cuchillas en la valla de Melilla se le ha abierto otro frente.

«Las muertes de inmigrantes que se han producido intentando pasar a nuestro territorio no han sido por la concertina»–Para empezar, el término cuchilla introduce ya una carga semántica que se corresponde muy mal con la realidad. El Ministerio del Interior tiene el máximo respeto por los derechos fundamentales, pero también una misión, que es proteger las fronteras exteriores frente a las mafias que se lucran del drama de muchas personas que vienen de países en unas situaciones dificilísimas. Enmiendo la expresión cuchillas. La expresión correcta es concertina. A las mafias les tiene que parecer inexpugnable la frontera, que desde fuera aquello se vea como imposible de atravesar. Por eso, la valla mide seis metros, y los lamentables fallecimientos que se han producido de inmigrantes intentando pasar a nuestro territorio no han sido por la concertina, sino porque se han caído de la valla. Y no creo que a nadie se le ocurriría decir «vamos a bajar la valla». La concertina en la carcel está pensada para que nadie se fugue, y en la frontera, para que nadie salte. La Policía belga la utiliza para proteger el Parlamento Europeo. Pretende disuadir. Lo absolutamente dramático sería una entrada masiva irregular de inmigrantes, porque provocaría una situación de crisis «humanitaria», que no queremos.

–Las críticas de la izquierda al borrador de la Ley de Seguridad Ciudadana han sido duras...

–Me sorprende que se produzcan con tantísima contundencia y que se llegue a decir que la ley se va a llevar al Constitucional cuando nadie ha visto el texto. Me suena a discurso prefabricado. Pretendemos proteger y garantizar los derechos y libertades de los ciudadanos. El hecho de que se califique de reaccionaria, patada en la boca, inconstitucional... cuando no se ha visto siquiera cómo está redactada me hace pensar que las críticas ya estaban escritas. Y, desde luego, lo desmiento categóricamente. No es reaccionaria.

«La imagen de "Paterra" en un bar celebrando su libertad provoca desgarro»

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