El independentismo vuelve a la casilla de salida

Como otras muchas veces, desde el Gobierno se dice que no puede ser, que no cabe en la Constitución... Pero los independentistas, que ya le tienen tomado el pulso al Ejecutivo, dicen que ya les irán doblando la mano a medida que los socialistas vayan necesitando sus votos en Madrid. «Los indultos tampoco tenían cabida, ni la reforma de la sedición, ni la de la malversación, ni la ley de amnistía...» y al final se ha aprobado todo, recuerdan.

La propuesta que Pere Aragonès ha presentado en esta precampaña, y con la que concurrirá a las próximas elecciones autonómicas, no difiere mucho del pacto fiscal que en 2012 el entonces presidente de la Generalitat, el convergente Artur Mas, le llevó al entonces presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy en plena crisis económica y financiera. «O aceptas el pacto o te atienes a las consecuencias», le vino a decir el convergente en una reunión privada. Y la negativa de los populares, consultada también con la cúpula del PSOE del momento, a aceptar el chantaje del entonces presidente de la Generalitat fue el inicio del procés. A partir de ese momento se empezó a culpar al Estado de la crisis, a desviar el descontento de la sociedad hacia el Gobierno español, se popularizó el 'España nos roba'... y por último, la locura llegó hasta declarar de manera unilateral cinco años después la independencia de Cataluña.

Hoy, casi doce años después de aquella reunión entre Mas y Rajoy, y cuando se han cumplido ya seis de ese 1-O, Aragonès y Puigdemont vuelven a la casilla de salida. Para ese viaje no se necesitan alforjas. En este periodo Cataluña ha dejado de ser la locomotora de la economía española; las grandes compañías del Ibex que tenían allí su sede la han trasladado a otras comunidades autónomas; la región apenas atrae un tercio de la inversión extranjera que capta Madrid... y encima los líderes del procès o se convirtieron en fugitivos o pasaron varios años en la cárcel. Y para colmo se produjo una profunda ruptura en la sociedad catalana ¿De verdad que ha merecido la pena todo esto? Sinceramente creo que no. A pesar de todas las cesiones del Gobierno socialista, el punto de partida hoy es mucho peor que el de aquel 2012.

El pacto fiscal de Mas y el cupo a la catalana de Aragonès son igual de insolidarios y de imposibles. Es cierto que el País Vasco y Navarra tienen un sistema foral. Es un sistema sin duda privilegiado e insolidario, porque ambas comunidades, por su nivel de riqueza deberían aportar a la solidaridad regional,pero no lo hacen. Pero está recogido en la Constitución, y además son regiones pequeñas. El País Vasco supone menos del 6% y Navarra el 1,6%. Cataluña, sin embargo representa el 19% del total, y si deja de formar parte del sistema de financiación común autonómico provocaría un importante roto. Aparte de ser insolidario e injusto. De manera que la solución, aunque nadie se atreva a decirlo y mucho menos a hacerlo, no es que Cataluña siga el ejemplo del País Vasco y Navarra, sino que estas dos comunidades empezaran a formar parte del sistema común o al menos aportaran ala solidaridad regional.