Acuerdos de investidura contra la solidaridad y la igualdad

Dicen algunos –especialmente desde Cataluña–, que el pacto firmado con el prófugo Puigdemont no es para tanto, que se le ha permitido vender el relato, pero que luego todo es una patada hacia adelante, condicionales que permiten a Sánchez ganar tiempo pero que no se van a cumplir. Y es posible que así sea. «Solo te pido que engañes a los independentistas como nos has engañado a todos», comenta un alto cargo socialista que le dijo al presidente del Gobierno. Y quizás lo consiga. Pero de momento lo que hay escrito negro sobre blanco es que se irá avanzando en la cesión de hasta el 100% de los impuestos recaudados en Cataluña y que en dos años la gestión de la Seguridad Social estará en manos del País Vasco.

Y tanto una medida como la otra solo sirven para ahondar en la desigualdad entre españoles. El cupo vasco y el concierto navarro, por muy reconocidos que estén en la Constitución, no dejan de ser unos regímenes que privilegian a unos territorios sobre el resto, ya que ninguna de las dos autonomías contribuyen a la solidaridad regional lo que les correspondería por la riqueza que generan.

Pero en lugar de acabar con esta desigualdad, lo que seguimos haciendo, cada vez que la gobernabilidad del país depende de los nacionalistas de una u otra región, es seguir ahondando en los privilegios y en la desigualdad.

Ceder a Cataluña el 100% de los impuestos que se recauden en la comunidad es atentar contra esa igualdad entre autonomías y poner en riesgo la cobertura de los servicios públicos de las regiones más pobres. Y es que España es un país compuesto por ciudadanos, y los que más tienen son los que más pagan. Y si resulta que en Cataluña viven señores que tienen más ingresos, se recauda más, y con esa recaudación hay que ayudar a otras regiones donde las rentas son más bajas. Eso es la progresividad y eso es lo que debería defender un gobierno progresista. Pero aquí hacemos lo contrario.

Y no solo eso. Si Cataluña se independizara en este momento, con su elevado nivel de deuda estaría prácticamente en quiebra y nadie le prestaría dinero. Lo que pretenden hacer es que el Estado español, es decir, todos nosotros, nos quedemos con su deuda, y ya libre de cargas, se quedan con todos los ingresos.

Y otro tanto pretende el PNV en el País Vasco. Se quiere quedar con la gestión de la Seguridad Social. Que sea el Gobierno vasco quien decida a quién le da las pensiones. Eso sí, las prestaciones de sus pensionistas, bastante más elevadas que las de la media, las pagamos con la caja común, porque con las cotizaciones que se pagan en el País Vasco no hay suficiente para hacerles frente. También quiere el PNV derogar el Estatuto de los Trabajadores para que los convenios autonómicos prevalezcan frente a los sectoriales de ámbito estatal.

Como será la cosa que hasta los sindicatos, que llegaron a aplaudir el acuerdo con Junts, que tragan con la amnistía, con la condonación de deuda catalana por parte del Estado, han abierto ahora la boca, aunque sea solo un poquito, para decir que, hombre, estas medidas no las pueden pactar solo dos partidos..., que algo tendrán que decir el resto, y los agentes sociales.

Lo dicho, ojalá Sánchez también engañe a los independentistas en aras de la igualdad de todos los españoles.