El viñedo y el olivar se rebelan contra su exclusión de las ayudas contra la sequía

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Nerea San Esteban

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En concreto, el Gobierno ha dado luz verde a 357,7 millones de euros en ayudas directas extraordinarias para los sectores agrícolas «más afectados» por las consecuencias del segundo año de sequía en España y por el incremento de los costes de producción asociados a la guerra en Ucrania. De ese total, 268,7 millones de euros se destinarán a los agricultores con superficies de cultivos herbáceos de secano y de determinados cultivos industriales (tomate de industria y arroz); ocho millones de euros irán a los productores de la cereza del Valle del Jerte (Cáceres); y los 81 millones de euros procedentes de la reserva agrícola -concedidos a España por la Comisión Europea- irán a los productores de determinados cultivos leñosos (frutales de pepita, de hueso, tropicales, cítricos y frutos de cáscara), describió Agricultura en la orden ministerial.

Una exclusión que ha enfadado a los agricultores, que apuntan a que en las reuniones previas con Agricultura pidieron la inclusión del olivar y el viñedo en esta lista, así como la de los cítricos, que sí fue aceptada. «La observación que hicimos sobre la viña y el olivo no ha sido recogida, pese a ser cultivos afectados por pérdidas importantes en las zonas con incidencia grave de sequía», explican desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag).

Agricultores andaluces denuncian que el olivar se haya quedado fuera de todos los paquetes de ayudas para la sequía tanto nacionales como autonómicos, pese a que el sector está atrevesando una campaña «de la que se espera menos del 40% de la media de producción», apunta la división de Coag en Andalucía, que recalca que el sector «no obtiene la rentabilidad adecuada, ni mucho menos, acorde a la subida de los costes».

También Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos lamenta esta exclusión, e insistía estos días en que el sector vitivinícola se encuentra en una situación productiva límite. «En zonas productivas importantes, el sector se encuentra exhausto: pandemia, cierre de mercados por la guerra, sequía prolongada, pueden suponer la puntilla para que muchos viticultores abandonen su actividad», indicaban.

Para Asaja, no se pueden dejar fuera de estas ayudas a cultivos tan importantes «en provincias como la de Córdoba, donde son la base de la economía de la mayoría de los pueblos». «No puede olvidarse que en 2022 hubo una gran sequía que ha sido superada en 2023. Las producciones han estado muy por debajo de los esperado».

Las ayudas no serán iguales. Para los cultivos herbáceos de secano, el importe unitario de la ayuda se diferencia por zonas: en las que las reducciones de cosecha han sido más acusadas, los agricultores recibirán el importe unitario por hectárea completo de la ayuda, mientras que donde el impacto ha sido menos recibirán el 50% del importe. Para los cultivos industriales, tomate para industria y arroz, se prevé una ayuda para los productores, que «excepcionalmente» no hayan podido realizar las siembras.