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La veterana generación hidroeléctrica se engancha al nuevo modelo energético

Las centrales hidráulicas aún son decisivas para cubrir las intermitencias de otras renovables y tienen la llave, mediante la tecnología de bombeo, del almacenamiento de los excedentes de la producción eólica y fotovoltaica

La regeneración del agua se consolida como gran bálsamo frente al estrés hídrico

Sala de turbinas de la central hidroeléctrica de Seria. Fue construida entre 1912 y 1918. Hoy sigue operativa después de que fuera repotenciada a finales del siglo pasado. Es considerada uno de los 100 elementos del Patrimonio Industrial de España. Ha sido adquirida por Endesa
María José Pérez-Barco

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Apenas a 15 minutos en coche del pueblo de Benasque (Huesca), un enclave donde se alza la mayor concentración de montañas de tres mil metros de los Pirineos, se encuentra la central hidroeléctrica de Eriste. El dato es importante porque así puede dibujar ... un paisaje de abruptas pendientes y ríos que discurren con fuerza encajonados en profundos cañones. Precisamente lo que necesita esta central para generar electricidad: el agua que se acumula más arriba en el embalse de Paso Nuevo y que baja a lo largo de 7,5 kilómetros por galerías excavadas en las montañas hasta un salto de 280 metros, donde coge la velocidad y la potencia necesarias para entrar por tuberías a la planta de Eriste y mover sus dos grupos de turbinas de 44 MW: 30.000 litros de agua por segundo pasan por cada equipo. Así se producen cada año 110 GW de energía, la que consumirían 28.000 hogares.

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