El talento tecnológico más cotizado está en la nube

Con sueldos medios de 75.000 euros, los arquitectos 'cloud', encargados de diseñar y gestionar los sistemas de trabajo digitales, son ya piezas corporativas clave

Las 'big tech' se hacen fuertes en la nube, un negocio que toca el cielo

La nube ya no es solo útil para empresas con gran necesidad de procesamiento o almacenamiento ABC

La revolución tecnológica ha traído consigo la aparición de nuevos perfiles profesionales adecuados a la satisfacción de las nuevas exigencias tecnológicas y de digitalización. Entre ellos se encuentra el del arquitecto 'cloud' o arquitecto de la nube, cada vez más demandado, y altamente cotizado, ... debido al cambio de tendencia donde el paso a la nube no es una opción, sino una necesidad para cualquier tipo de sector y de organización. Este profesional gestiona y administra la estructura de 'cloud computing' en una empresa u organización, liderando el cambio cultural de la adopción de la nube, desarrollando una estrategia de adopción de esta tecnología y coordinando la arquitectura y modelo 'cloud' (nube pública, privada, híbrida).

«Este perfil nace con la llegada de la nube y los servicios informáticos asociados a la misma, como el 'cloud computing'. Permite a las empresas centralizar su ecosistema tecnológico en remoto y democratizar el acceso a recursos de 'software' a gran escala en internet, por lo que su desarrollo y mantenimiento no resulta algo sencillo de hacer», explica Sergio Lecuona, líder técnico de Cloud &Infraestructura en atSistemas. Este perfil se encarga de la planificación, diseño, desarrollo, migración y operativización de las aplicaciones en la nube. Es decir, «es responsable de la gestión de toda estructura 'cloud' enfocado en el correcto funcionamiento de la nube y de todos los elementos implicados en el proceso, tanto a nivel 'software' como 'hardware'», añade.

Javier Cubo Villalba, director académico de Programa Avanzado en Cloud Computing. Arquitecturas y Soluciones de la UNIR, resalta que «sus funciones abarcan un amplio abanico, tales como: evaluar e introducir mejoras al modelo 'cloud', gestionar su mantenimiento, controlar posibles fallos (seguridad), integrar servidores, redes y plataformas seleccionando el hardware y el software apropiados para optimizar la infraestructura, gestionar presupuestos, proveedores y suministros y outsourcing», entre otros.

El perfil de la persona que ejerce el rol de arquitecto 'cloud' normalmente tiene estudios de Ingeniería Informática o bien estudios avanzados en electrónica, programación, etc. «Tiene la capacidad de crear esta estructura en la nube, planificar estrategias para su uso en función de lo que requiera la empresa, garantizando y supervisando además que sea segura y que los empleados hagan un buen uso de la misma», explica Sergio Lecuona. Recuerda también que debe tener buenas habilidades de comunicación para comprender las necesidades de la empresa para así transmitir la información necesaria en cuestiones técnicas, así como enseñar a los empleados a usar las aplicaciones. «Además, lo ideal es que sea una persona flexible y hábil en la gestión del tiempo», añade.

En UNIR suelen optar a esta formación personas con un perfil técnico con experiencia en áreas de TI. Incluyen profesionales de la informática tanto de perfiles de IT (Operaciones) como de un perfil de Ingeniería del Software (Desarrollo); ingenieros y directores de proyectos que estén interesados en introducir en sus organizaciones las tecnologías de 'cloud computing' para mejorar los costes, el escalado y los tiempos de respuesta de sus aplicaciones en producción y personas con conocimientos de administración de sistema interesadas en formarse como profesionales de TI con conocimientos diversos de tecnologías 'cloud'.

Desde atSistemas indican que a pesar de que es un tipo de rol relativamente novedoso, se trata de un trabajo generalmente bien remunerado. Según una guía elaborada por LHH Recruitment Solutions, los arquitectos en la nube encabezan la lista de perfiles tecnológicos mejor pagados en España en 2022, con 75.000 euros brutos al año. «A nivel inicial, además, se suele comenzar a recibir un buen salario, cobrando de media unos 40.000 euros al año. Una vez se adquiere una mayor experiencia, incluso se pueden encontrar puestos de trabajo donde el salario se sitúe cerca de los 200.000 euros al año», indica Lecuona.

Las empresas que más demandan el perfil de arquitecto 'cloud' serán aquellas que requieran de una mayor necesidad de almacenamiento y procesamiento de la información y que, por tanto, hagan uso de la nube. «Pero lo cierto es que debemos tener en cuenta que actualmente todo tipo de empresas, desde startups a grandes empresas, están sumergidas en un proceso de transformación digital, siendo un gran ejemplo la llegada y generalización del teletrabajo, que implica trabajar a través de la nube, así como las empresas que proporcionan este tipo de servicios», explica Lecuona.

El profesor de UNIR señala también que dado que no hay una única arquitectura 'cloud' como solución adaptada a todos los casos, «estas empresas necesitarán expertos que puedan plantear el tipo de nube que quieren implantar, según los objetivos esperados, los requisitos empresariales, y las inversiones tecnológicas». Además, cada vez hay más empresas con la necesidad de usar servicios de la nube de varios proveedores, la llamada arquitectura multinube. «Esto permite mayor flexibilidad y una cierta independencia del tipo de proveedor. Será también una tarea que deben cubrir los perfiles de arquitecto 'cloud'», puntualiza.

Curiosidad de serie

Las ofertas no faltan para estos profesionales, ya que hay desde startups buscando talento para crear equipos 'agile', a organizaciones que necesitan cubrir un perfil técnico muy específico, «o adoptar nuevas formas de trabajar para competir en igualdad de condiciones con empresas 'cloud-first', que ya han nacido integradas en el boom técnico y tecnológico de los últimos años», señala Juan Arias Freire. En su opinión, la característica principal que se necesita en este trabajo «es la curiosidad y las ganas de resolver retos técnicos, retos que en la mayoría de las ocasiones requieren conocer muchas piezas diferentes para poder ser resueltos». Cree que profesionales con experiencia en alguna parte del 'stack' tecnológico habitual «no tendrán problemas en aprender la especialización, consiguiendo una nueva serie de capacidades que aumentan y potencian las que ya traían consigo», añade.

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