La sólida red de carga ultrarrápida da una marcha extra al coche eléctrico
Agilizar los permisos de nuevas infraestructuras y garantizar su conexión será decisivo para consolidar el nuevo modelo de movilidad
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Iniciar sesiónLos vehículos eléctricos ya pueden viajar por España. La red de recarga pública ultrarrápida, que permite abastecerlos en poco más de 15 o 20 minutos, ha arrancado en las principales vías del país facilitando así los largos desplazamientos. Contamos con 4.379 cargadores de potencia ... igual o superior a 150 kW distribuidos por las autovías, carreteras y ciudades más importantes, según el último Barómetro de la Electromovilidad publicado por Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), que recoge los datos hasta el pasado 30 de junio. Aunque apenas representan el 9,1% de toda la red pública de recarga (que ya tiene 47.892 puntos operativos), es un número por ahora suficiente para alimentar en pocos minutos las baterías de los más de 600.000 vehículos electrificados (puros e híbridos enchufables) que circulan por el territorio, como es la opinión extendida en el sector. Es más, «la ratio de uso media de estos puntos de carga está por debajo del 6%, es decir, más del 94% del tiempo están sin utilizar», matiza Arturo Pérez de Lucía, director general de Aedive, la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico.
La ventaja del vehículo eléctrico es que se puede cargar lentamente durante horas cuando está parado, en casa, en el trabajo, en un centro comercial, en un supermercado... Sin embargo, esa recarga de baja potencia tiene que convivir con una infraestructura ultrarrápida que es decisiva para afianzar la movilidad eléctrica y descarbonizar el transporte. No solo resulta fundamental para repostar en poco tiempo durante un viaje y otros desplazamientos interurbanos, sino también para el transporte pesado de larga distancia y usos intensivos en las ciudades (taxis, VTC, transportes ligeros...).
Además será cada vez más necesaria a medida que la tecnología progrese y salgan al mercados nuevos modelos de vehículos eléctricos más avanzados. De hecho, ya circulan algunos que soportan potencias de carga superiores a 100kW. «Y resultará más imprescindible cuando vaya penetrando el vehículo eléctrico en segmentos de la población que no disponen de la posibilidad de carga en domicilio o en el trabajo. Es la única forma de paliar la limitación de autonomía del vehículo eléctrico para viajes interurbanos y ofrecer recarga a todos los públicos», cree Jorge Solaun, socio responsable de Energía, Infra & ESG en Deal Strategy de KPMG en España.
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Industria floreciente
Pues bien, esa infraestructura de gran potencia no ha aparecido de la noche a la mañana. Detrás hay una nueva industria que florece. Como los fabricantes de cargadores, entre los que destacan empresas españolas con tecnologías cada vez más potentes como Ingeteam, Wallbox, Circontrol, Floox y Power Electronics. «Contamos con una industria muy potente de fabricantes de cargadores de toda tipología, que atesora un elevado prestigio internacional. En 2024 se fabricaron en nuestro país 326.000 equipos (305.000 de corriente continua y 21.000 de corriente alterna), con 332 millones de euros de facturación. Esta industria exporta el 89% de su producción a mercados exteriores. Se ha despertado una nueva industria en España, que ya contaba con un 'expertise' importante en electrónica de potencia y que aprovecha este 'know-how' para desarrollar puntos de recarga de gran calidad y eficiencia», sostiene Pérez de Lucía.
Y junto a los grandes operadores energéticos como Moeve y Repsol, que adaptan cargadores en sus gasolineras, aparecen nuevos actores especializados en la instalación de estaciones de recargas ultrarrápidas. Iberdrola aliada con BP Pulse ha creado una joint venture para desplegar puntos de recarga de gran potencia en la Península Ibérica. Desde su creación en diciembre de 2023, ya opera 1.542 y el objetivo es superar los mil puntos de recarga por año. «De ellos, 1.121 cuentan con potencias iguales o superiores a 100 kW, llegando a alcanzar los 400 kW en numerosas estaciones. Con ellos, se pueden obtener en menos de 10 minutos la energía suficiente para recorrer unos 200 kilómetros», cuenta Pablo Pirles, director general de Iberdrola-BP Pulse.
Contamos con 4.379 cargadores ultrarrápidos en la red de recarga de los vehículos eléctricos que en total suma 47.892 puntos para suministrar energía
También la compañía palentina Zunder se abre camino con sus más de 200 electrolineras en España y Portugal (cuenta con algo más de 1.300 puntos de recarga, de los cuales el 84% son ultrarrápidos). Desde hace dos años también está instalando los primeros cargadores de 400 kW. «Contamos con una estación de recarga cada 200 kilómetros en la red principal, algo que cumplimos en el 82% de las autovías españolas. Tenemos proyectos en cartera para dar cobertura al 100% en dos años», dice David Huete, director de Desarrollo de Negocio de Zunder.
Aparecen 'players' como Ionity, una red de carga rápida y ultrarrápida que tiene detrás a los fabricantes de automóviles BMW, Ford, Hyundai, Mercedes-Benz y el grupo Volkswagen. Y aterrizan compañías extranjeras como la holandesa Fastned. A finales del pasado año se fundó la Asociación de Operadores de Recarga Ultrarrápida (AORU) con seis miembros: Allego, Electra, Fastned, Powerdot, Tesla y Zunder. Pretende ser un interlocutor con las administraciones para agilizar la burocracia y la dilatada tramitación de permisos que ahora son necesarios para poner en marcha estas nuevas electrolineras, uno de los escollos que está dificultando el despliegue de la red.
Objetivo a 2030
El objetivo es llegar a 5,5 millones de vehículos eléctricos circulando por España en 2030, como recoge el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec). Para ese parque se necesitarán 350.000 puntos de recarga pública, según las estimaciones que ha realizado Anfac. Red Eléctrica también calcula del orden de 300.000.
De momento, España está a la cola de los vecinos europeos en el despliegue del vehículo eléctrico. Pero el panorama puede estar cambiando. Los consumidores se han animado y las ventas de vehículos electrificados (eléctricos e híbridos enchufables) están batiendo récord: desde enero hasta agosto de este año se han vendido 150.148 unidades, un 98% más con respecto al mismo periodo del año anterior, según ANFAC. Es decir casi el doble. El mercado electrificado supone el 16,41% del mercado total, 7 puntos porcentuales más que 2024. Y eso que el plan Move III, para subvencionar estas compras, se anuló a principios de año.
Por tanto, la opinión más extendida es que la red de recarga ultrarrápida existente da cobertura al parque actual. «La gente está ganando confianza para viajar con el coche eléctrico porque hay más cobertura en la red», asegura David Huete. Pero hay que mantener su despliegue al mismo ritmo que el vehículo eléctrico se abre camino en nuestro país, como ha ocurrido entre los vecinos europeos. Y para eso es necesario resolver varias cuestiones. «Hay que dar certidumbre a los usuarios para que den el salto al vehículo eléctrico. Por ejemplo, señalizando las estaciones de recarga», apunta Félix García, portavoz de Anfac.
Fuera de servicio
También se necesita dar salida a los 13.782 puntos de recarga fuera de servicio (uno de cada cinco instalados), bien porque están averiados, en mal estado o porque no han podido conectarse a la red de distribución, según Anfac. «Es necesario agilizar los permisos y la conexión para poner en marcha estas infraestructuras, que pueden llegar a tardar dos años desde que se instalan hasta que se ponen en operación. Dos años durante los cuales la estación está inmovilizada y sin rentabilidad. Son puntos de recarga de alta potencia en la vía pública y para que estén operativos hay que pedir autorizaciones a ministerios, comunidades autónomas, municipios; comprar o alquilar el terreno; buscar potencia en la red, solicitar la conexión...», reclama García.
La burocracia y disponer de potencia parecen ser las barreras que más están dificultando la extensión de la red ultrarrápida. «Las tramitaciones administrativas y la obtención de la potencia necesaria son procesos que tarda muchos meses, mientras los proyectos se ejecutan en pocas semanas», asegura Pablo Pirles. De hecho, Iberdrola-BP Pulse tiene alrededor de 700 puntos de recarga en España instalados «y sin poder poner en operación por algún trámite administrativo o por problemas de conexión a la red», afirma Pirles.
Se considera carga ultrarrápida a partir de 150 kW de potencia, lo que permite abastecer el 80% de la batería de un coche eléctrico en unos 10-20 minutos
Las inversiones que requieren estas instalaciones son elevadas. «Las estaciones de servicio tradicionales están en una situación privilegiada para asegurar la rentabilidad. Están en las ubicaciones clave y pueden combinar el negocio de hidrocarburos con la carga eléctrica. No es un problema de espacio físico, pero estamos viendo problemas de acceso a capacidad de red. El principal limitante para su instalación es el CAPEX que requieren, muy elevado, por lo que la decisión de despliegue se evalúa en detalle y si el retorno esperado es insuficiente, se pospone», explica Solaun.
'Hub' estratégicos
Desde luego que buscar una ubicación para una estación de carga ultrarrápida no resulta nada fácil. Por ahora, están situadas en grandes corredores de transporte, en lugares estratégicos, y también en grandes ciudades. «Es importante la accesibilidad y los servicios que presten. Y existe una dificultad añadida: la potencia eléctrica. Contamos con estaciones de un mínimo de 1 MW, pero suelen ser de 2 o 3 MW. La búsqueda de ubicaciones con estos requisitos es complicada. Son inversiones superiores al millón de euros, y a veces hay que traer la línea eléctrica desde dos kilómetros», cuenta David Huete. Por eso, también es necesario buscar «ubicaciones con una previsión de tráfico de vehículos eléctricos que justifique la elevada inversión necesaria para desarrollar este tipo de estaciones de recarga», añade Pablo Pirles.
La tendencia es crear 'hub', como explica Pirles: «Emplazamientos que permitan instalar varios puntos de recarga con equipos de máxima potencia disponibles en el mercado, para ofrecer la mejor experiencia de carga al cliente, desde el punto de vista de la disponibilidad de los cargadores y rapidez de las recargas, y ofrecer servicios complementarios (tiendas de conveniencia, WC, lavados y aspiradores de vehículos, etc.). El reto reside ahora en mejorar la capilaridad y la potencia disponible fuera de las áreas metropolitanas y en determinados corredores». Para seguir desplegando la red de carga ultrarrápida que abra por fin el camino a la expansión del vehículo eléctrico en España.
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