El Sabadell vuelve a Cataluña: de una huida exprés en 2017 al regreso en plena opa de BBVA

Un terremoto de enorme magnitud en el empresariado español y catalán, además de en la política nacional y autonómica. La primera gran empresa del Ibex 35 que emprende el camino de vuelta, y lo hace además en un momento crítico para el banco al estar bajo el asedio del BBVA. La decisión está liderada tanto por el presidente Oliu como por el consejero delegado César González-Bueno y la intención es dar el visto bueno a la operación hoy mismo en un consejo de administración extraordinario para ejecutar cuanto antes el movimiento.

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Bruno Pérez

El presidente de la entidad, Josep Oliu, y el consejero delegado, César González Bueno, le comunicaron la decisión esta misma tarde

Está decidido ya emprender el camino por parte de los dos principales directivos de la entidad. La previsión es dar cuenta de la decisión tanto al Gobierno central de Pedro Sánchez como al Gobierno autonómico de Salvador Illa a la mayor brevedad, tras lo cual se prevé que se desate un fuerte revuelo político porque esto puede suponer el comienzo del regreso de la gran empresa a Cataluña. La noticia, así, cogió anoche al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, yendo al Foro de Davos.

Cuando en octubre de 2017 el Sabadell decidió abandonar la comunidad autónoma, fue la primera del Ibex que realizó este movimiento. Eligió Alicante por tener ya allí la sede operativa de la extinta CAM, entidad que había absorbido unos años antes en la crisis financiera.

En ese momento el procés desató el pánico en ciertas compañías, especialmente bancos. No solo sufrían caídas en Bolsa sino también huidas de depósitos: los clientes se llevaban el dinero a otras comunidades autónomas. En aquellos meses tras el 1-O salieron de Cataluña más de 32.500 millones de euros en depósitos. La incertidumbre, la inestabilidad y el riesgo para las empresas y particularmente para los bancos era enorme; entonces, se tomó la decisión para proteger a accionistas, depositantes, clientes y demás grupos de interés.

«Banco Sabadell adopta esta decisión para proteger los intereses de nuestros clientes, accionistas y empleados. Banco Sabadell continuará desarrollando con absoluta normalidad su actividad al servicio de las empresas y las familias en todos los territorios en los que está presente bajo la supervisión del Banco Central Europeo y la regulación de la Autoridad Bancaria Europea. El traslado del domicilio social no comporta movimiento de empleados, por cuanto la entidad cuenta con sedes corporativas y operativas en diversas ciudades de España y del Reino Unido», dijo el banco cuando se marchó en 2017. En ese momento, se hizo de una manera exprés utilizando el marco normativo que habilitó el Gobierno de Mariano Rajoy.

Ahora vuelven por el camino que anduvieron en su momento, y fuentes financieras se empeñan en destacar que esto no cambiará nada para los clientes del banco catalán ya que la operativa permanecerá igual que hasta ahora.

Las condiciones, ahora, son radicalmente distintas, en particular a nivel político. Salvador Illa es el presidente de la Generalitat y desde entonces se ha venido transmitiendo a los empresarios que el entorno es ahora favorable al tejido productivo para que pueda volver a Cataluña. Eso lo interpreta también Banco Sabadell, que ve que la situación ha cambiado y el momento para trasladar la sede es el propicio. Todo ello, además, pese a las amenazas que se han vertido desde el entorno independentista.

El instante elegido coincide con las presiones que se vienen ejerciendo desde hace varios trimestres sobre las empresas para que regresen a Cataluña. Un deseo que ha expresado el Gobierno central, el autonómico y también algunas organizaciones empresariales como Foment. Pero el mayor empuje ha venido últimamente desde el independentismo, que ansía que vuelvan cuantas más mejor y sea como sea, de manera voluntaria o forzada.

Las presiones políticas desde el independentismo al Gobierno de España para tratar de forzar algún tipo de legislación que propicie la vuelta de las empresas que abandonaron en Cataluña tras el 1 de octubre es una constante especialmente desde el acuerdo sellado por el PSOE y Junts. De hecho, los independentistas llegaron a amenazar a las empresas con imponer sanciones a aquellas que se fueron y no han regresado, algo que, en teoría, no estaba permitido legalmente.

Así las cosas, esto significa normalizar plenamente las relaciones del Sabadell con sus orígenes. Un movimiento muy esperado por todos y que podría suponer el detonante para que otras compañías regresen a Cataluña a partir de ahora.

En su momento, gigantes como Caixabank, Criteria Caixa, Naturgy, Cellnex, Allianz y un sinfín más de compañías decidieron abandonar la región ante la inestabilidad generada por el procés. Por el momento, el Sabadell es la única entre las más grandes que ha optado por una decisión como esta.

Asimismo, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, anunció ayer que había hablado tanto con el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, como con su consejero delegado, César González-Bueno, «quienes le han informado de la decisión de la entidad de trasladar su sede social a Cataluña», según comunicó la Generalitat valenciana.

«El Consell no puede más que respetar la decisión de la empresa en el ejercicio de su libertad para fijar su sede donde considere. Los directivos de la entidad le han trasladado al jefe del Consell que su compromiso con la Comunidad Valenciana y su tejido económico se mantiene intacto, con independencia de dónde establezca su domicilio social».

La decisión del Sabadell de regresar a Cataluña coincide además con la opa de BBVA sobre el banco. Una operación que se lanzó el pasado mes de mayo y que todavía tiene visos de extenderse en el tiempo durante varios meses ya que falta aún el plácet de Competencia y que se dé el visto bueno al folleto de la opa.

Esto, asimismo, cambiará ciertos aspectos de la operación lanzada por el banco vasco. El principal y más importante, que el Sabadell tiene un accionariado muy arraigado al territorio, en este caso a Cataluña principalmente, lo que debería suponerle un punto a favor de cara a que sus accionistas puedan rechazar la opa cuando se abra el periodo de aceptación.