La fuga de empresas se aceleró en 2024, a pesar de la lejanía del referéndum catalán

Se trata de una realidad solo superada por los acontecimientos posteriores al referéndum del 1 de octubre de 2017, cuando la sangría de empresas alcanzó las en unas pocas semanas a finales de aquel año.

Durante el año pasado casi 1.000 empresas de todo tipo trasladaron su sede social a otra comunidad autónoma. Mientras que otras 575 compañías decidieron optar por esa región para ubicarse, según los Registradores.

El goteo de salidas de empresas de Cataluña se ha acentuado en 2024, en una evolución anual que nunca ha dejado datos netos positivos (más llegadas que salidas) de esa comunidad autónoma en los últimos años. Los datos de los 12 últimos meses superan a los de 2021, cuando la región perdió 326 negocios por traslados de sedes sociales. En 2022 alcanzaron los 181.

La sangría no se ha cortado desde el 'procés' y todos los años se registran pérdidas, pero desde 2021 la tendencia era descendente. En aquel año se perdieron 326 sedes sociales y en 2022, 181. En 2019 fueron 324 salidas y en 2020, el de la pandemia, alcanzaron las 294.

Las cifras no son comparables con las 1.892 fugas de empresas que sufrió Cataluña en 2018, el año posterior a los acontecimientos vinculados al proceso independentista. Pero desde que se iniciaron los primeros movimientos previos al 1 de octubre de 2017 han dejado su sede social más de 8.000 empresas en la comunidad autónoma por diversas causas.

Ante los acontecimientos vinculados al independentismo de 2017, y a la vista de cómo las grandes corporaciones decidieron salir de Cataluña (bancos como CaixaBank y Sabadell; energéticas como Naturgy; y otras), el Gobierno decidió cambiar la ley de sociedades anónimas para que el consejo de administración pudiera decidir este cambio de sede sin necesidad de convocar una junta extraordinaria de accionistas, obligación que sí existía hasta entonces.

Ante los acontecimientos vinculados al independentismo de 2017, y a la vista de cómo las grandes corporaciones decidieron salir de Cataluña (bancos como Caixabank y energéticas como Naturgy), el Gobierno decidió cambiar la ley de sociedades anónimas para que el consejo de administración pudiera decidir este cambio de sede sin necesidad de convocar una junta extraordinaria de accionistas, obligación que sí existía entonces.

El punto de inflexión llegó a finales de diciembre de 2024. Entonces Cementos Molins fue la primera gran empresa de peso que regresó a Cataluña tras la diáspora de 2017 con motivo del proceso independentista. El consejo de administración de la empresa cementera Molins ha aprobado este martes devolver su sede social a Cataluña tras ubicarla en Madrid en 2017. «La decisión ha sido unánime y se toma pensando en el mejor interés de la compañía», precisaron a ABC fuentes de la firma. La noticia fue inmediatamente celebrada por el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, quien no dudó en enmarcarla en el contexto de recuperación de cierta normalidad política y económica.