Con permiso
El nuevo De Cos a punto de caramelo, con permiso de Ayuso
Pasadas las elecciones europeas, los chicos del muro arrancan de nuevo la apisonadora, que hay instituciones que aún porfían del desembarco progresista. Les urge renovar el CGPJ y, tras amenazas varias y ultimátum, confían en la pista de aterrizaje de Feijóo, mientras en Fráncfort lo del Banco de España les suena ya a guasa
El Banco de España pide al Gobierno que nombre un gobernador y acabar con «una situación que no es normal»
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Iniciar sesiónSALVADOS los muebles en Europa tras las elecciones -que tampoco han ganado los chicos del muro, por cierto-, quedó restablecida la apisonadora sanchista sobre empresas e instituciones que aún porfían del desembarco progresista. Una maquinaria de nuevo en marcha, sí, pero con unos cuantos ... palos en las ruedas, puestos por obra y gracia de la única figura real que desquicia al sanchismo, encarnada en la presidenta que ama la fruta.
Porque un secreto a voces es que en el seno del PSOE temen más a Isabel Díaz Ayuso que a un nublado. Al expresidente Aznar, también, pero con la presidenta madrileña es auténtico pavor. No se achanta ni con amenazas indirectas vía ataques familiares, muy al contrario, sale reforzada, ni con las chacotas variadas que le profesan desde los tendidos del coso parlamentario. Tanto da, que le da igual.
El caso es que gran parte del hecho de que hayan pasado más de 2.000 días sin la renovación del órgano de gobierno de los jueces -el Consejo General del Poder Judicial, cuyo mandato caducó hace cinco años y medio- Pedro Sánchez y sus satélites se lo atribuyen a ella. A ella, sí, y a la facción más dura que reside en la órbita del expresidente José María Aznar, pero, sobre todo, a ella. Y, al respecto, ahora que apenas queda una semana para que se cumpla el ultimátum dado al líder de su facción -Alberto Núñez Feijóo- por parte del propio presidente de Gobierno, parece que ha dado su brazo a torcer en contra de los consejos de Ayuso y Aznar, por ejemplo, y el popular «está preparando la pista de aterrizaje», como alardean unos cuantos desde los jardines de La Moncloa.
¿Por qué? En juego, otras negociaciones de asaltos a medias más amplias que incluyen nombramientos para la cúpula de la institución financiera de mayor rango y con mejor reputación del país, del organismo de vigilancia antimonopolio y del supervisor del mercado de valores. En román paladino, Banco de España, CNMC y CNMV, amén de un pacto para la cobertura de un magistrado del Tribunal Constitucional y para la sustitución de seis consejeros de RTVE, que «el PP no puede elegir qué órganos quiere renovar y cuáles no», vuelven a vanagloriarse los del equipo monclovita, que apostillan: «si su actitud en el Consejo sigue siendo de bloqueo, no podemos darles la tele, por ejemplo».
Pues... parece que amenazas y gracietas han surtido efecto, porque el propio Núñez Feijóo manifestaba esta misma semana en los pasillos del Congreso que «lo iba a intentar». ¿Falta de liderazgo en el PP? Eso dice el propio presidente Sánchez que reprochó al líder de los populares durante la sesión de control al Gobierno que «cada vez que hay una opción de que podamos entendernos el Gobierno y el principal partido de la oposición aparecen sus jefes, el señor Aznar, el señor Abascal, la señora Ayuso y le dicen que ni se le ocurra». Misión cumplida pues para unos, y veremos si tendrán que arrepentirse los otros. El 'otro' más bien.
A partir de ahí, la apisonadora sigue su cometido, y si finalmente hay acuerdo para renovar el CGPJ, los socialistas, entonces sí, estarían dispuestos a acordar con los populares antes de la próxima reunión del Banco Central Europeo sobre los tipos de interés, el 18 de julio, la renovación en el Banco de España, para garantizar que nuestro país tenga un representante oficial en dicho momento. No lo condicionan -dicen-, pero sí lo relacionan al argumentar que ellos siempre están dispuestos a llegar acuerdos y que el desbloqueo del CGPJ sería una señal positiva para ello. Vamos que lo condicionan. Un sin parar de pan y circo al pueblo, al que estamos poco menos que enganchados.
Mientras, en Fráncfort, andan atónitos en grado alto por el desdén con que el Gobierno español trata la sustitución -desde el pasado 10 de junio- de una de las figuras clave para el buen funcionamiento del sistema financiero de cualquier país serio, en un marco común como el europeo, temiendo además lo que es 'per se': que el aplazamiento de la sucesión hasta después de las elecciones europeas podía obedecer a la tentación de La Moncloa de elegir a un gobernador más político, un escenario que dejaría fuera de las quinielas a nombres barajados como Óscar Arce, José Manuel Campa o Fernando Restoy, en favor de candidatos del estilo, digamos, José Luis Escrivá, hoy descolgado de todas las quinielas. O no, que con este presidente ya saben, no es que mienta, es que cambia de opinión... Un miedo este en el seno del BCE tanto como que el Gobierno fuera capaz de utilizar la renovación de los cargos de gobernador y subgobernador para chantajear al PP, con la renovación del CGPJ, y otros nombramientos en otras instituciones.
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Y es que desde que Pablo Hernández de Cos dejara el listón alto como pocos gobernadores anteriores, y su sillón, de forma interina, a su segunda de a bordo, la subgobernadora Margarita Delgado, el Banco de España como tal participa pero no puede votar en las reuniones del consejo del BCE. La propia Delgado estos días ha reclamado que se nombre cuanto antes a un nuevo gobernador. Y si a partir de septiembre -cuando expira tambien el mandato de Delgado- es ella promocionada al puesto de su exjefe -como quisiera la mayoría en el sector, por cierto- tampoco ss sabe. Currículum para dar el salto no le falta -y el precedente está ahí, cuando Miguel Martín sustituyó a Ángel Rojo-, y su 'amistad' con su avalador no es moco de pavo para este Gobierno, que tiene mil frentes abiertos con el susodicho: el mismísimo Isidro Fainé. Y Criteria, hoy más que nunca, es mucha Criteria. Aunque apunten lo último que llega con fuerza: Paula Conthe, secretaria General del Tesoro; y... Montserrat Martínez, vicepresidenta de la CNMV, que de ser la elegida abriría otro cisma. ¿Les suena Bacigalupo? Sería para nota, pero ahí queda.
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