La institución recuerda que el traspaso al supervisor nacional del sector financiero de las competencias regulatorias no armonizadas a nivel europeo, entre las que se encuentra la autorización de fusiones, fue una de las recomendaciones que se realizó al Reino de España en el informe de 2017 y que siete años después «no se ha tomado ninguna medida específica» sobre el particular.
El posicionamiento del FMI es particularmente relevante por el actual contexto corporativo en España, en el que hay una oferta de adquisición de BBVA sobre el cuarto mayor banco español, el Sabadell, y una frontal oposición a la operación por parte del Gobierno, que ha avanzado que hará uso de las atribuciones que le concede la ley para la autorización última de este tipo de operaciones para frenarla o desactivarla en buena parte de sus términos en caso de que no sean los órganos reguladores los que lo hagan.
El informe de la institución dirigida por Kristalina Georgieva concluye que debería ser el supervisor nacional el que asumiera no solo esa sino todas las competencias sobre supervisión bancaria no armonizadas a nivel europeo, lo que haría que el papel del Gobierno sobre el asunto no fuera decisivo.
El FMI advierte, no obstante, de que la Comisión Europea está trabajando en una directiva destinada a armonizar este asunto a nivel de la UE y de que «si se aprueba la propuesta, se otorgarían poderes de autorización para fusiones (sin oposición) al supervisor y, por lo tanto, la recomendación del FSAP quedaría cumplida», asegura la institución.
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