CON PERMISO
Un Estado en demolición tampoco necesita Presupuestos
El Gobierno se va a negro, por mucho que nos vendan la cantinela de prorrogar las Cuentas del año anterior. No habrá dineros extra ni partidas añadidas para alegres incursiones en empresas estratégicas como Telefónica o Arcelor. Bruselas no está por la labor de aceptar deuda de más para renacionalizar compañías al mismo tiempo que niegan unos presupuestos nacionales.
La entrada de la SEPI en Telefónica se complica sin Presupuestos para 2024
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Iniciar sesiónLa montaña parió un ratón. Después de tanta autofelicitación, reencuentro y concordia resulta que los separatistas solo le habían dado al Gobierno gasolina para que les llevara hasta la amnistía. En Cataluña, la falta de presupuestos colapsa la legislatura. En Madrid, minutos después, ... Pedro Sánchez escondía los presupuestos para salvar su mandato. Lo mejor de todo es escuchar las 'bolas' de Félix Bolaños: asegura que cuentan con el apoyo de sus socios pese a la convocatoria de elecciones en Cataluña. Entonces, ¿por qué retiran los Presupuestos del Estado? Mucho no parecen confiar. Vaya que no. En todo caso es una hermosa metáfora de cómo el mismo sanchismo que hace papilla el Estado se jacta de no necesitar Cuentas del Estado. Total, sin lo uno tampoco hará falta lo otro. Y no digamos ya de incumplir la obligación constitucional de presentar un presupuesto, aunque después fuera rechazado en su tramitación parlamentaria. Si la medida de la Constitución que tienen es la de la Ley de Amnistía es fácil imaginar el respeto que les produce el resto de derechos y obligaciones. Nada mejor que no tener presupuestos para avanzar hacia un no Estado, pensarán en La Moncloa.
El Gobierno ha cobardeado en tablas con los Presupuestos del Estado para sortear el chantaje de sus socios de ERC y Junts con luz y taquígrafos -Sumar a estas alturas ya no goza de semejante categoría efectiva-. No podía permitirse Sánchez mostrar el bruxismo de las grandes ocasiones por segunda vez en tan poco tiempo, zarandeado en el Congreso y chantajeado al otro lado de los Pirineos. ¿Y si se les hubiera ocurrido acercarse al PP para buscar apoyos a los Presupuestos Generales del Estado (PGE)? Claro, pensarán ustedes, entonces Junts le habría retirado su confianza a Sánchez y caería del Ejecutivo. Eso es exactamente lo que pasará más antes que después. Era peligro o deshonor. Eligió deshonor para ni tener que mirar a Alberto Núñez Feijóo y ahora tendrá deshonor y peligro. No avanzamos nada.
Mientras, los conjurados políticos dispuestos a asaltar consejos se apelotonan en La Moncloa
Los PGE determinan las principales políticas de un gobierno, fijan la previsión de ingresos y la autorización de gastos de un ejercicio económico, y son considerados determinantes en la relación con Bruselas por lo que permiten establecer el grado de cumplimiento y compromiso con los objetivos comunitarios. Sin presupuestos el Gobierno se va a negro, por mucho que ahora nos vendan la cantinela de prorrogar los del año anterior. Los objetivos estratégicos de las políticas públicas quedan en el aire y se compromete el reparto de los fondos europeos y las «inversiones expansivas» con que nos han venido calentando la cabeza desde Moncloa en las últimas semanas. Todo da igual porque nada importa. O casi nada, porque el Gobierno se ha apresurado en salir con su selección de tertuliantes de opinión sincronizada a decir que operaciones de asalto corporativo como la de SEPI sobre Telefónica o la turbísima puesta en marcha de la SETT del ministro José Luis Escrivá, y otros espabilados susurradores monclovitas, siguen adelante. No explican cómo pero se afanan en el porqué. Sin presupuestos no hay dineros extra ni partidas añadidas para alegres incursiones en empresas estratégicas, y no parece que Bruselas esté muy por la labor de aceptar endeudamientos extraordinarios para renacionalizar compañías como Telefónica (y ¡ojo! una parte de la izquierda en Asturias habla ya de la nacionalización de Arcelor si no hace las inversiones previstas) al mismo tiempo que se les niega unos presupuestos nacionales. Ahí tienen a Reino Unido, donde ha bastado una ley para prohibir la compra de medios de comunicación estratégicos sin necesidad de invadir su accionariado. ¿No habíamos quedado en que España tenía un solidísimo escudo antiopas forjado en la pandemia?
Al final, prorrogar los presupuestos incorpora un elemento más de inestabilidad de cara a los inversores extranjeros y a la inversión en España, mientras los conjurados políticos dispuestos a sentarse en apetecibles consejos de administración como los de Telefónica, Indra, Redeia, Enagás, la nueva CNE... tanto como en otros en los que necesitan de maniobras orquestales -denles tiempo y verán-, como en los de Naturgy, mundo Caixa, Repsol, Endesa...-, se apelotonan como en el camarote de los hermanos Marx en los alrededores de La Moncloa. Esto sin tener en cuenta qué va a inventar el Gobierno para condonar los 60.000 millones de la deuda autonómica. Ni 'fu ni Fla'. Vamos a ver transferencias extraordinarias, decretos y reales decretos, dotaciones especiales, malabarismos por doquier para actualizar el gasto social, las pensiones...
Adif compró piedra no homologada para el AVE a la cantera de la mujer de Koldo
Antonio R. VegaEn 2022 contrató por 5,2 millones a Áridos Anfersa, donde estaba trabajando la pareja del que fuera asesor del exministro Ábalos
En definitiva, la ausencia de presupuestos le viene como anillo al dedo a un país que ha perdido la cuenta de bulos, trolas y trampas perpetradas por su propio Gobierno, con el único propósito de comprar la voluntad de los mismos que acabarán arrojándolo al trastero de la historia, sin números con los que poner a funcionar la nación pero con muchas letras pagaderas por las generaciones venideras por culpa de quienes renuncian a los presupuestos, a que sean generales y a crear Estado.
Y en el mientras tanto, se desvela la parte mollar del sumario de la trama Koldo y se termina de saber dónde acaba todo, que parece mucho más arriba de esa pareja de Pepe Gotera y Otilio que conforman Koldo y Abalos, valga la redundancia. Suerte que el Estado corrió a rescatar Pachá con fondos públicos Covid. Ahora lo entendemos. Este país esta quedando no para el comercio sino para el 'bebercio'.
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