De Mango a Tous: el conflicto en Israel mantiene en vilo a más de 2.500 empresas españolas
Grandes empresas de construcción, infraestructuras y tecnología han recibido contratos del país por más de 4.000 millones en los últimos años
Inditex, Mango y Tous cierran sus tiendas, CAF pide a sus empleados que teletrabajen y las aerolíneas cancelan todos sus vuelos
Inditex anuncia el cierre de sus 84 tiendas franquicia en Israel
Dos empresas españolas construyen líneas de metro ligero en el país israelí
La ofensiva del grupo islamista Hamás ha puesto en alerta al tejido empresarial español que tiene intereses en Israel, un país con el que España mantiene un intercambio comercial que ronda los 3.200 millones, según los datos recogidos por el ICEX. Grandes compañías como ... Comsa, CAF, ACS, Sacyr o las textiles Inditex y Mango mantienen su actividad estable en el país desde hace años por su apuesta por las infraestructuras y el transporte o la moda, pero hay otras muchas firmas, pequeñas y medianas, a las que el conflicto bélico puede provocar una agujero en sus cuentas de resultados. Firmas de calzado, empresas de conservas, de dulces, de iluminación, de mobiliario, bodegas... todas temen que la escalada vaya a más y perder todo el camino recorrido en un país que para España es uno de los principales destinos en Oriente Próximo.
La exportación española a Israel se ha más que duplicado en la última década, gracias al tirón de los proyectos de infraestructuras y de las actividades de promoción en nuevos sectores. Israel es el segundo mayor mercado en Oriente Próximo, superado por poco por Arabia Saudí y seguido de cerca por Emiratos Árabes Unidos y considerablemente por delante de otros países de la zona. Todo ello a pesar del reducido tamaño del país.
Los bienes españoles que llegaron a Israel el pasado año alcanzaron la cifra récord de 2.170 millones de euros, mientras que las importaciones ascendieron a 987 millones, según las estadísticas de comercio exterior publicadas por el Ministerio de Industria. El saldo positivo para nuestro país fue de 1.183 millones de euros, con una tasa de cobertura (cociente entre exportaciones e importaciones) del 220%.
Los automóviles son el producto español más importado desde Israel (17%), seguido de productos cerámicos (9,34%), maquinaria (6,83%) y prendas de vestir (6%). A su vez, exportan principalmente maquinaria y aparatos mecánicos (11,96%), plásticos (11,8%), productos químicos (11,73%), aparatos y material eléctrico (10,2%) y material óptico y médico (8,12%). La inversión española en Israel se disparó de los 4 millones registrados en 2021 a 15 millones en 2022, mientras que la israelí decreció desde los 33 millones hasta los 20 millones en 2022.
Tirón del turismo
Los intercambios en el sector turístico entre España e Israel son también relativamente importantes. Aprovechando la iniciativa europea de 'open skies' existen varios vuelos diarios entre los dos países y se trata de un turismo de nivel alto con estancias relativamente prolongadas. Además, nuestro país es punto de tránsito importante de viajeros de Israel sobre todo con destino a Iberoamérica. Sin contar los tránsitos, el número de turistas israelíes que visitan España cada año supera los 360.000, y se calcula que el número de turistas españoles que visitan Israel ronda la cifra de 60.000 al año (antes de la pandemia).
La escalada del conflicto ha afectado ahora también de lleno a las aerolíneas. Las conexiones al aeropuerto de Tel Aviv, el principal de Israel, están suspendidas hasta el domingo por parte de Iberia y Air Europa y, al menos, hasta la semana que viene por parte de Vueling. En el caso de Iberia y Air Europa, la compañía española une ambas ciudades a través de su filial Iberia Express, que cortó las operaciones por el conflicto el pasado martes.
Fuentes de la aerolínea recalcan que en los dos vuelos especiales operados el domingo y lunes (Vueling también fletó uno el domingo entre la ciudad israelí y Barcelona) consiguieron llevar a más de 700 personas entre ambos países. «Continuamos monitorizando la situación y hemos ampliado la flexibilización de tarifas para nuestros clientes», explican.Las aerolíneas han cesado su actividad y otras muchas empresas españolas se han visto obligadas a bajar la persiana a la espera de acontecimientos. Inditex, dueño de marcas como Zara o Pull&Bear, ha cerrado sus 84 tiendas franquiciadas en Israel, igual que ha hecho la cadena textil Mango, con alrededor de medio centenar de tiendas en la región. La firma catalana de joyería Tous ha seguido el mismo camino y ha cerrado sus doce locales.
Israel ofrece importantes oportunidades a la empresa española principalmente en los campos de proyectos de infraestructuras ferroviarias y de metro, energías renovables, ingenierías, equipamiento médico, tecnologías relacionadas con ciudades inteligentes, proyectos de aguas (desalinización y tratamiento), nuevas tecnologías agrícolas y tratamiento de residuos sólidos. El futuro de las relaciones bilaterales pasa también por el desarrollo de la cooperación tecnológica. Multinacionales y fondos españoles han comenzado a seguir la tendencia y están invirtiendo en start-ups tecnológicas israelíes.
Construcción
En el sector de la construcción, aunque de forma escasa, las empresas españolas tienen también presencia. El fabricante vasco de trenes CAF, en consorcio con la constructora Saphir, está desarrollando la línea de tren ligero conocida como 'Purple Line' en Tel Aviv, además de las líneas verde y roja de Jerusalén. En 2022 se adjudicó el tranvía de Israel por 525 millones y el contrato incluye el diseño y suministro de 98 tranvías Urbos de piso bajo.
Mientras, la constructora catalana Comsa se adjudicó el pasado septiembre la construcción de la línea azul en esta última ciudad junto con la empresa de transporte público Dany y la local Denya Cebus por un importe que ronda los 2.200 millones de euros. El contrato contempla la operación y el mantenimiento de la línea durante 25 años.
En declaraciones a ABC, la compañía asegura que, al ser una adjudicación tan reciente, todavía no se ha firmado el contrato y, por tanto, no se han iniciado los trabajos, «por lo que no tenemos personal en el país». A la pregunta de si la empresa se plantea abandonar el contrato por el estallido del conflicto, este periódico no ha recibido respuesta.
No es la primera incursión de una constructora española en territorio israelí. Sacyr entró en el país en 2009 con la adjudicación de un contrato para el diseño y construcción de una planta desaladora en Ashdod por un importe de 300 millones. En 2015 entregó las instalaciones y ya no tiene ningún contrato en activo ni presencia en el país.
Por su parte, ACS, se adjudicó en 2015 una de las obras de electrificación más grandes en Israel por 480 millones de euros. El contrato incluyó la electrificación de 420 kilómetros de líneas de ferrocarril.
Y en terreno tecnológico, Indra se adjudicó en mayo del año pasado un contrato de 24 millones de euros para el diseño, suministro, instalación, puesta en marcha y mantenimiento por diez años de la tecnología de peaje dinámico de la autopista que conecta Tel Aviv con otras ciudades israelíes.