EL QUINTO EN DISCORDIA
No lo perdonan
Volver al radar del inversor internacional sólo tiene efectos positivos que deberíamos valorar más y mejor tras la travesía en el desierto de los últimos años
Casi una de cada tres cotizadas españolas ha cambiado a su CEO desde 2019
Panel en Palacio de la Bolsa de Madrid
Tras la ida y (casi) vuelta de los mercados por el amago de crisis bancaria de la mano de los bancos americanos, las aguas empiezan a volver a su cauce y vuelven algunos titulares que sólo los que ya llevamos algún tiempo invirtiendo recordamos. La bolsa española lidera las subidas ... . Los fondos españoles, rezaba un titular de la prensa económica este fin de semana, entre los favoritos de los expertos.
Más allá de lo que está detrás de este cambio de marea -que no es otra cosa que la vuelta a la normalidad de lo tipos de interés-, sin duda se nos había olvidado que fuera el índice español el que liderara las subidas. Para los que tenemos memoria por no decir años, esto no nos suena tan extraño. De hecho hubo un tiempo en que la bolsa española estaba en boca de todos, era el sitio en el que estar y los grandes fondos internacionales apostaban fuerte por nuestro mercado.
No se puede saber si lo que se ha intuido en los últimos meses va a tener o no continuidad. Hay quien apunta que de parecerse a algo la situación actual en los mercados -por aquello de que la historia no se repite pero rima- es con el principio de los 2000. Pinchazo, entonces, de lo que se llamó la burbuja de internet dando el relevo a los sectores hasta entonces más olvidados y con más peso en la economía real. Salvando las insalvables distancias esto puede estar pasando hoy con algo menos de dramatismo por el mayor peso de unas pocas (muy) grandes compañías.
De ser así, y evidentemente el interrogante sigue siendo grande, sería una buena noticia por lo que supone para la realidad española. Volver al radar del inversor internacional sólo tiene efectos positivos que deberíamos valorar más y mejor tras la travesía en el desierto de los últimos años.
Sólo quedaría un aviso a navegantes. Los inversores españoles no se lo pueden perder. No van a perdonar a sus bancos o asesores si eso pasa. No lo perdonaron entonces. Y no lo harán cuando sea el caso. Y viendo la baja exposición de partida que muchos de ellos tienen a la bolsa española, auguro un valle de reproches si finalmente se confirma lo que hoy se intuye.