el quinto en discordia
Europa a dos velocidades
Son precisamente los países aglutinados en ese horroroso acrónimo de 'PIIGS' los que mejor lo están haciendo frente a una Europa del norte y Reino Unido que va con la lengua fuera
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Europa está en recesión técnica. Este fue el titular de muchos medios de comunicación la semana pasada cuando se conocieron los datos de crecimiento de los países de la zona euro y algunos de ellos registraron por segundo trimestre consecutivo literal contracciones de su PIB. ... Recesión técnica es la definición. No es nada muy distinto de si en vez de una pequeña caída, el dato de la semana pasada hubiera mostrado una leve subida. Pero las cosas son como son y no voy a ser yo quien les afee que no dejen pasar tan jugoso titular –«Europa en recesión»– que probablemente tenga más éxito que otro que hubiera sido más constructivo o por lo menos didáctico.
Sin embargo merece la pena enfatizar que la alegría va por barrios. Con cierta justicia poética son precisamente los países aglutinados en ese horroroso acrónimo que acuñó el 'Financial Times', 'PIIGS', los que mejor lo están haciendo frente a una Europa del norte y Reino Unido que va con la lengua fuera.
Y más allá de cierto y desde luego legítimo regocijo, resulta interesante ahondar en las razones detrás de este mejor comportamiento de los pródigos del sur. Y más allá de los cuentos macroeconómicos y del mejor comportamiento de los servicios frente a la industria hay que detenerse en lo que está motivando este comportamiento y tratar de analizar el recorrido que pueda tener.
Detrás de este mejor comportamiento lo que hay es algo que es muy difícil de medir y de parametrizar, que son las ganas de recuperar el tiempo perdido. Tras el tremendo 'shock' que supuso el Covid, las escalas de valores han cambiado y se ha roto con los patrones de comportamiento históricos. Y eso beneficia a unas economías más que otras. Las más expuestas al turismo o al ladrillo son las claras ganadoras. Y no parece que se trate de la flor de un día.
Es difícil, por no decir imposible, tratar de modelar cuál es el alcance de estas nuevas dinámicas, pero lo que desde luego lo que no se pueden es negar. No tenemos un patrón histórico cercano en el que podamos mirar para tratar de anticipar hasta dónde puede llegar esto. De momento, lo que nos toca es disfrutar lo que, para variar, tampoco está mal.