Ajuste de cuentas
El twist de la coquina
La notificación persona a persona es más ineficaz que la comunicación masiva
Descifrando a Milei (7/7/24)
Madrid
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Iniciar sesiónEl guardia civil del Seprona cruza raudo en su moto de ruedas anchas la playa de Oliva (Valencia) hasta que descubre a una señora en la orilla moviendo la cadera al ritmo de la coquina. El movimiento, enterrando el pie en la arena para remover ... los nidos de este pequeño molusco ('donax trunculus'), parece prueba de que se está cometiendo una infracción. El agente, ataviado con casco y con verduguillo negro (ay, qué calor), se detiene a su lado y le dice: «¿Usted sabe que no se pueden coger coquinas en la playa si no tiene el carnet de mariscadora?». La veraneante, sorprendida, le muestra sus manos limpias, se declara inocente, y le dice que no estaba cosechando las preciadas 'pipas del mar', también conocidas como tellinas o pechinas.
El agente no sabe precisar si la coquina está en veda, parada biológica o qué, pero sí que el carnet de mariscador es imprescindible. Es verdad que si uno coge 30, y el de más allá otras 30, poco a poco se va depredando una zona. Pero si el problema es sistémico, la existencia del carnet no resuelve el problema biológico, sólo lo aplaza.
Se necesitan otros medios para abordar este asunto. Tener a los guardias realizando este tipo de notificaciones, resulta ineficiente. Hace unos años, llegamos hasta la orilla de la playa bajo la advertencia previa, pública y conocida, de que los moluscos estaban en veda y no se podían coger. Y ese verano no vi a nadie que acudiera a la orilla a bailar el twist de la coquina. Lo que falta es información, porque los bañistas no tienen mala voluntad, pero cuando llegan al borde playero la tentación de enterrar la patita y sentir las conchas de las coquinas acariciando los dedos, se convierte en una tentación irresistible. He pensado que la autoridad mata moscas a cañonazos cuando vi al guardia reprendiendo a la mujer en la orilla. Y que el exceso de mala regulación nos puede. Y que en España tenemos leyes cojonundas, como los espárragos de Navarra, pero poca gente que las obedezca porque los que tienen que hacer cumplir la ley están tratando de pillar en falta a una bañista que disfruta(ba) de sus vacaciones. jmuller@abc.es
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