AJUSTE DE CUENTAS
Un político honrado
En el universo de corrupción que el PSOE instaló en el poder, destaca la notable excepción de Pedro Saura
(16/06/24) La imaginación vota
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Iniciar sesiónEn el informe de la Guardia Civil sobre la trama socialista en el Ministerio de Transportes, también hay un héroe sin capa, cuyo papel ha sido poco destacado. Mientras Ábalos, Cerdán y Koldo tejían con empresarios amigos una red de adjudicaciones amañadas, ... sobres con billetes y contratos bajo cuerda, había una persona que parecía leer los pliegos, aplicar la ley y preguntar lo que no debía: Pedro Saura, entonces secretario de Estado de Infraestructuras. En el universo de la corrupción, eso no se llama rectitud, se llama ser un estorbo.
Elegido en la VIII legislatura (2004-2008), Saura se ha caracterizado por ser un diputado trabajador y riguroso. Doctor en Economía por la Universidad de Murcia, recorrió todo el escalafón desde diputado regional hasta el Congreso donde estuvo hasta la XIV legislatura (2019-2023). En 2018 fue designado secretario de Estado. No era del círculo íntimo de Ábalos ni de Cerdán. Pero tenía criterio técnico, decencia administrativa y una trayectoria reconocida en el Parlamento, donde le tocó confrontar a Luis de Guindos, que era ministro del PP.
En el informe de la UCO vemos cómo fue él quien se opuso a acelerar el contrato de los tirantes del puente del Centenario en Sevilla, una obra que Koldo y compañía presionaban por adjudicar a empresas preseleccionadas. También cuestiona expedientes que otros querían firmar deprisa y sin ruido. A la trama mafiosa le alarmaba la posibilidad de que Saura apartara a sus correas de transmisión: Isabel Pardo de Vera Posada en Adif y Javier Herrero Lizano en la dirección general de Carreteras. Por eso conspiraban contra él.
¿Y qué hizo Pedro Sánchez? Lo que hace un mal político cada vez que alguien se interpone en el camino de sus leales: lo apartó, no lo protegió. Tras destituir a Ábalos (12 de julio de 2021), dejó a Saura en manos de Cerdán, convertido en nuevo secretario de Organización, quien logró removerlo (28 de julio de 2021) y le entregó su puesto a la fiel Pardo de Vera que ocupó la secretaria de Estado hasta 2023. Sánchez hizo lo que hacen los jefes débiles: se quitó de encima al que no jugaba con las reglas del grupo. A Saura lo enviaron a Paradores, un retiro institucional. Ahora está en Correos, resolviendo el desastre que dejó otro íntimo de Sánchez, Juan Manuel Serrano.
En su paso por el ministerio, Saura impulsó con seriedad la agenda de movilidad del PSOE, defendió la ortodoxia presupuestaria en Adif, se mantuvo alejado de cualquier sospecha, no colocó familiares ni amigos, ni se dejó ver con sobres, ni fue grabado reclamando su parte. En cualquier país serio, eso bastaría para que hoy fuera citado como un ejemplo. El escándalo de Ábalos y Cerdán no es solo un caso de corrupción. Es también un retrato moral del sanchismo, donde el mérito se margina y la lealtad de partido, aunque venga envuelta en dinero negro, se premia. jmuller@abc.es
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