La inflación se hunde en marzo hasta el 3,3% por el 'efecto Ucrania' pero la subyacente se enquista en el 7,5%
En el tercer mes del año pasado el dato dio un salto hasta el 9,8% empujado al alza por el conflicto
La inflación ahoga a las pymes: los costes escalan un 23% y las ventas apenas un 14,3%
El Gobierno analizará la subida de costes de cada alimento
Madrid
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Iniciar sesiónEl IPC interanual adelantado de marzo queda en el 3,3%, según ha avanzado el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto supone 6,5 puntos menos que el año pasado y 2,7 puntos menos que en febrero de 2023, aunque en buena medida tiene ... una explicación: el 'efecto escalón' o 'efecto Ucrania' que se produce en la comparativa tras la subida que se produjo en el mismo mes del año pasado por el estallido de la guerra, con fuerte impacto en los precios de la energía. La subyacente, por su parte, se ubica en el 7,5% y suma ya cuatro meses igual o por encima de la cota del 7%.
Así las cosas, el INE muestra que la caída de la inflación hasta el 3,3% en marzo de este año se debe a que la guerra de Ucrania disparó los productos energéticos, lo cual distorsiona la comparativa, mientras que en el tercer mes de este ejercicio estos han ido a la baja. «Esta evolución es debida, principalmente, a que los precios de la electricidad y de los carburantes aumentaron en marzo de 2022 y este mes disminuyen», indica la nota de prensa de Estadística.
Marzo de 2022 fue el primer mes en el que la inflación se vio por completo impactada por la guerra de Rusia en Ucrania. Febrero de 2022 marcaba un IPC del 7,6%, en plena escalada de precios, pero el conflicto provocó un salto en la cifra hasta dejar el IPC en el tercer mes del ejercicio en el 9,8%.
El techo lo alcanzó en los tres meses de verano (junio, julio y agosto), en los que el dato superó el 10% en todos ellos, para luego iniciar una reducción paulatina que se frenó en diciembre. De hecho, ahí se produjo un fenómeno igual o más preocupante: la inflación subyacente se colocó por encima de la general.
La subyacente se trata de la inflación sin contar los productos energéticos y los productos no elaborados, sujetos a más vaivenes, y en diciembre se colocó en el 7% para continuar escalando los meses siguientes, y también en enero y febrero se ubicó por encima de la general. Ahora esta permanece enquistada por encima de esa cota del 7%, concretamente en el 7,5% en el mes de marzo. Y la diferencia de 4,2 puntos con el índice general supone la mayor desde agosto de 1986, cuando el INE empezó a calcular la subyacente.
Por su parte, la tasa intermensual ha quedado en el 0,4%, frente al 0,9% de incremento que se produjo en febrero de este año. Así, encadena dos meses seguidos de incrementos, aunque en menor medida que cuando se inició la guerra. En marzo de 2022, por ejemplo, el alza fue del 3%.
Los alimentos, en la diana
Más allá de ello, lo que más preocupa en estos momentos es el precio de los alimentos. En este indicador adelantado no se aportan datos por productos y habrá que esperar al dato definitivo a mediados de abril, pero la tendencia que se viene viendo los últimos meses no invita al optimismo.
En febrero el INE comunicó un encarecimiento del 16,6% en los últimos doce meses de la cesta de la compra y se espera que no dé tregua en el corto plazo. Es más, el Banco de España revisó hace poco su estimación para este concepto.
El supervisor bancario descontaba en diciembre un alza del precio de los alimentos del 7,8% para 2023, pero tres meses después revisó su vaticinio hasta dejarlo en el 12,2% para el conjunto del año. Una subida a doble dígito que estrangula a las familias pese a la rebaja del IVA de ciertos productos acometida por el Gobierno de Pedro Sánchez y cuyo efecto ha quedado ya diluido.
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