El Gobierno provoca una revuelta en la élite empresarial: «Le pedimos que evite descalificar a empresas y empresarios»
El Instituto de la Empresa Familiar, el lobby que reúne a los principales empresarios del país, difunde la declaración 'La España en la que nos queremos quedar', en la que reclama un clima de respeto y diálogo constructivo
Sale en defensa de Rafael del Pino e insta al Gobierno a no descalificar al empresario «en el legítimo ejercicio de su responsabilidad empresarial»
Bruno Pérez
Madrid
La desabrida reacción del Gobierno de España al anuncio de Ferrovial de trasladar su cuartel general de España a los Países Bajos y los subsiguientes ataques al presidente ejecutivo de la compañía, Rafael del Pino, incluso por parte del presidente del Gobierno, amenazan ... con volar los últimos puentes que La Moncloa mantenía con el mundo empresarial. El Instituto de la Empresa Familiar (IEF), el lobby que agrupa a los principales empresarios familiares del país y en el que militan entre otros Juan Roig (Mercadona), José Manuel Entrecanales (Acciona), Simón Pedro Barceló (Barceló) o el propio Rafael del Pino, ha decidido aparcar transitoriamente su tradicional flema y difundir una declaración sin precedentes en la que bajo el sintomático título de 'La España en la que nos queremos quedar' insta expresamente al Gobierno a abandonar sus ataques a empresas y empresarios y reinstaurar un clima de respeto y diálogo constructivo.
"Pedimos al Gobierno que evite descalificar a empresas y empresarios por decisiones adoptadas en el legítimo ejercicio de su libertad empresarial", dice la declaración difundida este martes por la institución que preside Andrés Sendagorta, presidente del gigante de la ingeniería Sener. "Es imprescindible recomponer un clima de respeto y diálogo constructivo que permita la consolidación y el desarrollo de nuestras empresas, para contribuir a la prosperidad y bienestar de nuestra sociedad".
"También nuestras empresas son España", reivindica el IEF, que este año cumplirá 28 años. "Todos, pero particularmente nuestro Gobierno, debemos considerarlas y tratarlas como una parte esencial e imprescindible de nuestra realidad social".
Sánchez y los empresarios
Los ataques personales del Gobierno a Del Pino, socio fundador y presidente en su día del Instituto de la Empresa Familiar, han agravado el sentimiento de desafección de la institución que reúne a la mayoría de los principales empresarios del país con el Gobierno y más en concreto con Pedro Sánchez, que ha declinado sistemáticamente las invitaciones que se le han dirigido para acudir al congreso anual del lobby empresarial -el principal cónclave de empresarios que se celebra en el país- desde 2018.
No es casualidad. Ese año en Valencia sucedió algo que quebró la relación. El presidente del Gobierno hizo esperar más de media hora a un auditorio formado por primeros ejecutivos de empresas del Ibex, presidentes de las mayores empresas del país y varios centenares de prósperas empresas familiares, que después tributaron una gélida bienvenida a un Sánchez que ni siquiera se disculpó en público por su demora.
En el último congreso, celebrado el pasado mes de octubre en Cáceres, Andrés Sendagorta, habló del elefante en la habitación que desde hace años se ignoraba, al menos en los discurso públicos: «No quiero obviar aquí un hecho que parece suscitar el interés general. Me refiero a la ausencia en nuestro Congreso del presidente del Gobierno. Quiero confirmarles que hemos invitado al presidente. Nos hubiese encantado contra con la presencia del presidente. Y quiero asegurarles que el año que viene le volveremos a invitar porque para nosotros es un gran honor contar con la presencia del presidente del Gobierno de España»,
Que no se levanten barreras a la competitividad
El Gobierno no ha dado respuesta a la mano tendida de los empresarios, que en la declaración difundida este martes vuelven a insistir en la necesidad de "que impere la reflexión y el análisis riguroso al definir medidas que inciden en nuestra actividad; y que, al legislar, no se creen barreras competitivas desfavorables respecto de las que existen en otros países de nuestro entorno".
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"Pedimos que el legítimo orgullo que nosotros sentimos por los logros de nuestras empresas familiares sea también compartido por nuestro Gobierno, viendo en nuestra acción una proyección de la imagen de España en el mundo", reivindica el Instituto de la Empresa Familiar. "Ese es el camino para seguir construyendo el país próspero, libre y moderno en el que creemos y que los españoles nos merecemos", concluye.
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