El Gobierno prepara nuevas privatizaciones de torres y enciende a los controladores aéreos

La noticia ha pillado por sorpresa a los trabajadores de Enaire, que entendían que dada buena situación económica de la gestora de las torres pública, además de la de Aena, la amenaza de una privatización como la que se llevó a cabo en 2011 estaba ya superada. Entonces se liberalizaron 12 torres. En concreto, las de La Coruña, Alicante, Ibiza, Jerez, Madrid-Cuatro Vientos, Sevilla, Valencia, Vigo, La Palma, Lanzarote, Fuerteventura y Sabadell.

Pero Transportes, a petición de Aena, retoma una liberalización que asegura que «ha supuesto mejoras significativas en términos de calidad y eficiencia» en las torres privatizadas hace ahora más de una década. Unas infraestructuras que están en manos de Saerco y FerroNATS.

Del mismo modo, Transportes destaca en el comunicado donde anuncia la apertura del proceso de participación pública que las privatizaciones servirán para mejorar la competitividad de nuestros aeropuertos manteniendo unos niveles óptimos de calidad y seguridad y, en última instancia, beneficiar a los usuarios del transporte aéreo» con bajadas de tarifas. Unos argumentos que también apoyan desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) desde donde aseguran que el proceso «permitirá alcanzar mayores eficiencias en los servicios de tránsito aéreo».

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Unos beneficios que los representantes sindicales de los controladores de Enaire niegan a este periódico. Desde Usca, que agrupa al 90% del colectivo, no entienden que exista un motivo para estas privatizaciones. Creen que un movimiento así «significa detraer ingresos de una empresa pública para dársela a una privada». Del mismo modo, recuerdan las huelgas que están llevando a cabo cada lunes el personal de las torres ya privatizadas desde el 30 de enero y hasta el próximo 27 de febrero y que se están saldando con importantes retrasos y cancelaciones.

Por el momento, Enaire ya ha asegurado en una circular interna a los empleados de las torres sondeadas, que sus puestos de trabajo están garantizados y, en caso de privatización, serán recolocados en otros centros de control en manos del Estado.

Con todo, los sindicatos no descartan movilizaciones si se llevan a cabo las privatizaciones e incluso amenazan con extenderlas a los aeropuertos de Madrid y Barcelona. Dos enclaves que ya temen perder en el futuro si Transportes continúa con estos procesos.