El Gobierno admite las carencias del Perte y cede ante las empresas

Al menos, esa era la teoría. «El Perte nos ha servido como aprendizaje», afirmaba la Ministra de Transportes, Raquel Sánchez, en la entrega de los Premios Impulso, organizados por la asociación nacional de fabricantes, hace una semana. Dos días después, el Grupo Volkswagen, que encabeza el proyecto más ambicioso dentro del Perte, amenazó con hacerlo algo menos y quitar de la mesa su intención de construir una gigafactoría de baterías en Sagunto (Valencia), una inversión valorada en 3.000 millones que crearía 3.000 empleos directos.

¿El motivo? De su plan industrial Future Fast Forward (F3), que incluye a Seat, que además dotaría a las fábricas de Navarra y Barcelona de modelos pequeños cero emisiones desde mediados de década, planteado en 10.000 millones de inversión para los alemanes, solo recibirían 167,3 millones de los fondos de la resolución provisional, publicada en agosto.

«Somos conscientes de que los recursos de la primera convocatoria del Perte son insuficientes», afirmó la ministra de Industria, Reyes Maroto, en su visita a la fábrica de Ford en Almussafes (Valencia), a escasos 60 km de dónde se ubicaría la planta del Grupo Volkswagen. Según informa David Maroto desde Valencia, la titular de la cartera confirmó que los fondos destinados al Grupo Volkswagen «superarían con creces» lo asignado originalmente, una medida diseñada para apaciguar los ánimos en Wolfsburg, el cuartel general del consorcio.

Así, el pasado viernes Maroto confirmó que el importe final de la primera convocatoria del Perte ascendería a 877,2 millones de euros, tan solo un 29,5% del total, cuyo reparto definitivo se publicó esta mañana.

Parte de esta baja asignación se debe a los exigentes requisitos de la primera convocatoria, algo que el Gobierno espera hacer más flexible en el primer trimestre de 2023 para permitir que se puedan incorporar empresas importantes que quedaron fuera de la convocatoria, como Renault Valladolid Ford Almussafes, que recibieron respectivas visitas del presidente del Gobierno y de la ministra de Industria el pasado lunes.

Ford, que había sido la tercera más beneficiada de la resolución provisional, con 106 millones, se salió de la convocatoria al verse incapaz de cumplir con los plazos estipulados. La fecha límite fijada en el Perte es el 30 de junio de 2025 y el óvalo azul, a pesar de haber recibido la adjudicación de una plataforma para coches cero emisiones el pasado junio, los modelos no han sido asignados aún y no comenzarían su ensamblaje hasta 2026.

En el caso de Renault, responsable de en torno a un 10% del volumen productivo nacional, se quedaron fuera por apostar por la propulsión híbrida y no la cero emisiones, como exigió el Gobierno. En su visita al centro de I+D en Valladolid, Pedro Sánchez escuchó a los máximos cargos del área industrial del fabricante, José Vicente de los Mozos y Gilles Le Borgne, que le exigieron que se incluyeran las tecnologías híbridas en la segunda línea del Perte, que servirá para asignar el 70% de los fondos aún por repartir.

De los Mozos, que siempre ha abogado por una «transición ordenada al vehículo eléctrico» -una que incluya al híbrido como paso intermedio-, ha señalado a este medio que «no iban a cambiar su apuesta por el híbrido solo para poder acceder al Perte».

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David Maroto

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El discurso del Gobierno ha cambiado. Cuando originalmente solo se hablaba de cero emisiones, ahora es frecuente oir «electrificado» en la boca de Sánchez. Según informa Isabel Jimeno desde Valladolid, el presidente del Ejecutivo declaró que «iban a hacer todo lo que esté en sus manos para que los fabricantes que pretendan invertir en España encuentren el respaldo que necesitan para que sus proyectos sean exitosos». Sánchez también hizo referencia a la segunda línea de 2023, en la que se espera que se sumen las Comunidades Autónomas.

De forma paralela, Reyes Maroto afirmaba lo mismo en la fábrica de Ford. En sus palabras, el Ejecutivo está «trabajando con la Unión Europea para acomodar los plazos que Ford requiere, porque hay fabricantes que necesitan periodos de maduración más largos que los que establecen los fondos». Otro ejemplo de ello es un proyecto que le presentó Stellantis Vigo el pasado viernes y que depende de la adjudicación de capital para competir contra otros países que se están barajando como candidatos.

«El Gobierno tiene una prioridad», sentenció Maroto, «la industria del automóvil está en el centro de la política industrial y todas las inversiones que las fábricas tienen que hacer requieren de nuestro compromiso».

Ayer, tanto Maroto como los presidentes de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, y del mayor sindicato de Ford, UGT, Pepe Álvarez, se mostraban confiados por la gigafactoría de Volkswagen. «Estoy absolutamente convencido de que el proyecto saldrá adelante», afirmó el primero. El segundo, que tiene contacto con la Junta de Supervisión del consorcio alemán, afirma que «no hay ningún debate en Volkswagen sobre que los planes de España no salgan adelante».