Especial formación superior

Unos cimientos cada vez más imprescindibles para forjar carreras profesionales sólidas

La correlación entre mejor y mayor formación y empleo de calidad y estable se consolida en un mercado laboral marcado por el cambio constante

Las formación continua es un imperativo para un mercado cada vez más exigente

Belén Rodrigo

En un mercado de trabajo en constante cambio y transformación tecnológica, la formación superior se presenta como gran aliado y elemento diferenciador en la búsqueda de empleo. Nada está garantizado, pero existe una relación clara entre formación y empleo de calidad. «Puedes incorporarte más ... rápidamente al mercado de trabajo y en mejores condiciones según tu nivel de estudios, que siguen siendo un factor importante en el mundo laboral», subraya Alberto Riesco Sanz, profesor del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense. «Las tasas de desempleo son claramente inferiores si estás licenciado y es una puerta de acceso más fácil al empleo, y a un mayor sueldo», añade este experto especializado en Sociología del Trabajo y Empleo.

No obstante, reconoce que a medida que se ha ido facilitando el acceso a los estudios superiores se ha ido creando una presión y demanda por continuar los estudios de posgrado a los que se unen aquellos que apuestan por una formación continua, otro de los factores claros para diferenciarse como candidato.

Uno de los grandes cambios en todos los campos, también en el laboral, es el tecnológico, algo que saben bien los estudiantes. «Sentimos una presión más fuerte por parte de los alumnos para que la formación se oriente a lo que demanda la empresa, que se les transmita las competencias empleadas a la hora de buscar trabajo, algo que es más fácil de llevar a cabo en unos estudios que en otros», resalta Riesco. Alumnos que también reclaman realizar prácticas para tener un contacto real con empresas e instituciones así como recibir formaciones específicas como inglés aplicado al mundo de los negocios.

En la medida en que es un entorno muy cambiante y que no sabemos qué empleos van a existir en unos años, «hay riesgo de crear programas de estudio muy específicos. En grado se deben facilitar herramientas transversales y más amplias que luego en posgrado y títulos propios (público y privados) se pueden desarrollar y adaptar los puestos de trabajo», puntualiza. La Universidad es el centro donde «hay que ofrecer una base general amplia que permita adaptarse al cambio constante con herramientas como análisis, investigación, comprensión y comunicación».

Alberto Gavilán, director de Talento del Grupo Adecco, resalta también la importancia que tienen la formación y la cualificación para conseguir un empleo. «El pasado año las personas con formación superior soportaban una tasa de desempleo del 10,2%, mientras que aquellos con únicamente educación primaria sufrían una tasa de paro del 28,6%», resalta. No obstante, al analizar las ofertas de empleo publicadas en el último año, «las dirigidas a titulados universitarios siguen por debajo de las que requieren a los titulados en Formación Profesional».

Se aprecia por tanto una tendencia de no necesitar el título para tener una próspera vida laboral, aunque «si queremos acceder a las posiciones más altas (mandos medios, directivos y técnicos muy cualificados) este requisito siempre va a estar presente por la especialización que da la formación universitaria. Y también, normalmente, a más rango y más responsabilidad, mayor salario», aclara Gavilán.

Duplicar sueldo

Según los datos del INE de la última encuesta de Estructura Salarial, de 2018, «un licenciado cobra dos veces más de media que alguien con estudios obligatorios. Gana 37.800 euros anuales frente a los 18.500 euros que no han estudiado grado», revela Ángel Soler, autor del informe «Las facetas del bienestar» de la Fundación BBVA y el Ivie. En los primeros años de trayectoria profesional las diferencias de remuneración entre ocupados con distintos estudios son moderadas, a medida que pasa el tiempo se hacen mucho más importantes. En base a los datos de la anterior encuesta, con 55 años la diferencia de sueldo anual entre un graduado en la ESO y uno de FP superior es de 10.000 euros, respecto a un diplomado es de 15.000 euros y frente a un licenciado es de 25.000 euros. Es decir, un ocupado con estudios de licenciatura recibe un salario que multiplica por 2,3 el de uno con estudios secundarios obligatorios (ESO), mientras que un diplomado y un graduado en FP superior ven multiplicado su salario por 1,8 y 1,5, respectivamente.

Existe el debate sobre el gasto educativo y su retorno. «Por cada euro de gasto más en educación, se reinvierte más, ganas más, gastas más, más impuestos, más IRPF, menos paro», visualiza Ángel Soler. Desde el punto de vista privado, la educación tiene más costes, el económico y el de oportunidad. «Las familias deben invertir en educación para sus hijos. Tiene una rentabilidad privada. Tus ingresos, en el mercado de trabajo, van a ser superiores», matiza. Y si bien esta rentabilidad privada de la educación se ha reducido un poco en los últimos años, «no puede ser un desincentivo para estudiar».

Formación continua

Si bien en algunas áreas estudiar un grado es un diferencial y en otras lo es más un estudio de posgrado, «ha cambiado el contexto actual. Como casi todos los roles deben actualizarse, empieza a tener más peso la formación más puntual», afirma Miguel Sarrión, director en Peoplematters, consultoría de Capital Humano. En su opinión, nos acercamos al mercado anglosajón donde las acreditaciones y las certificaciones tienen mucho peso. «En España las acreditaciones, que son herramientas concretas, tienen cada vez más peso, pero no ocurre lo mismo con las certificaciones, que te permite estar formado para ejercer con éxito para una determinada área». Confía en que exista un cambio, aunque lento, y que las certificaciones pasen a tenerse más en cuenta en los procesos de selección.

Nota un cambio en los candidatos, mejor preparados «con una mejor enseñanza superior que empieza a trabajar las herramientas soft skills y una reducción del gap universidad-empresa. Se apuesta por la comunicación, trabajo en equipo, pensamiento crítico… y va un poco mejor». Recuerda que una vez entras en el mercado laboral hay que seguir formándote. «La formación continua es totalmente necesaria, hay que reinventarse, pero con la mentalidad de España las empresas siguen dudando si pagarle cursos si luego se va a ir de la empresa. Pero cuando se invierte es un win-win».

Eso sí, reconoce que el trabajador, cuando quiere invertir en su formación, «necesita apoyo de la empresa, no solo financiera, sino tiempo para estudiar». Sarrión apunta también a la formación continua, dentro de la empresa, como una forma de buscar los perfiles más demandados, en lugar de ir a buscarlos al mercado. «Las empresas deben apostar por el desarrollo interno y tener una mentalidad abierta. Que todos se pueden reinventar, también los sénior».

Tal y como recuerda el director de Talento del Grupo Adecco, en las empresas, trabajadores y compañías «deben apostar por un reskilling y upskilling prácticamente continuo y, además, sería recomendable también, hacer una labor de divulgación de titulaciones (universitarias pero también de FP y formación para el empleo) que siguen teniendo mayores posibilidades de empleo, mayor retribución, y muchas de sus vacantes se quedan sin cubrir (electromecánica, por ejemplo) e implantar la extensión en todos los territorios de la Formación Profesional Dual como modalidad con una contrastada eficacia y validez en otros países de nuestro entorno (Alemania, etc)». No se trata solo de elegir una carrera porque la formación ahora es continua, «el contexto en el que vivimos nos hace estar en una continua necesidad de capacitarse, de ampliar conocimientos y trabajar en un proceso de formación continua que haga que nunca nuestra habilidades y conocimientos queden obsoletos para el mercado de trabajo», puntualiza.

Mayor variedad

Considera también que en materia de formación, de cara a la capacitación de los trabajadores y futuros trabajadores, lo mejor sería ampliar la oferta formativa tanto en cantidad (más oferta en módulos industriales, sanitarios y tecnológicos, por ejemplo, en algunos territorios) como en tipología de cursos que permitan que la Formación Profesional siga «alineada» con las demandas del mercado (nuevas tecnologías: IOT, IA, big data, drones, vehículos autónomos, block-chain, comercio eletrónico, etc).

Salud al alza

La crisis sanitaria sigue condicionando la demanda de titulaciones y según recoge el Informe Infoempleo Adecco 2021: Oferta y demanda de empleo en España, por segundo año consecutivo las carreras relacionadas con el ámbito de la salud son las que más han incrementado su peso en la oferta de empleo y por primera vez se convierten en las más demandadas (46,96%) prácticamente duplicando su peso con respecto al año anterior. Casi la mitad de las ofertas de empleo que se publicaron el año pasado en nuestro país buscaban profesionales del ámbito de la salud.

En segunda posición se mantiene Enfermería, que hace dos años figuraba en séptima posición y se está afianzando en el segundo lugar del ranking que alcanzó en 2020 y aglutina el 12,42% de las ofertas. En tercer lugar queda relegada Administración y Dirección de empresas (5,36%). Durante años ha sido la titulación más requerida en España, pero en el último ejercicio ha perdido esa hegemonía y es la carrera que más peso ha cedido.

«Con la irrupción de la pandemia, las titulaciones de Medicina y Enfermería han pasado a ser las más buscadas en las ofertas de empleo en España lo cual refleja una escasez de talento en estos sectores que ya existía antes de la irrupción de la Covid. La pandemia solo acrecentó una necesidad que ya existía», explica Alberto Gavilán, director de Talento del Grupo Adecco. Además de estas titulaciones, los dobles grados como Derecho y Administración de Empresas, y similares «dan acceso a un abanico muy amplio de posibilidades», añade. Gavilán subraya igualmente que los perfiles de ingeniería no sólo son atractivos a nivel técnico, «sino que cuando son complementados con una máster en finanzas en ramas como la consultoría estratégica, la banca, etc. ganan empleabilidad y se convierten en perfiles muy demandados». Por otro lado, las opciones bilingües en inglés u otros idiomas también garantizan un empleo a largo plazo.

Como en años anteriores, sigue habiendo puestos de trabajo que se quedan sin cubrir por no existir candidatos con la formación requerida. Además de las citadas ramas sanitarias, también perfiles vinculados al sector IT como programadores, responsables de ciberseguridad, IA, telecomunicaciones… «Pero no solo a ese nivel, dentro de los profesionales a los que se requiere FP son varias las áreas en las que falta talento. Según el último informe de Adecco sobre Necesidades del Mercado de Trabajo, casi 1 de cada 5 vacantes que se quedan sin cubrir se produce en el sector Transporte y almacenamiento. También es recurrente la escasez de mano de obra en la industria para perfiles técnicos y oficios, y en el sector de la Hostelería cuando buscan profesionales cualificados», recuerda Gavilán.

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