La empresa rescatada Duro Felguera pierde 21,8 millones en 2023 y eleva su deuda en pleno proceso de reestructuración interna

Tres años después de recibir un rescate de 120 millones de euros del Fondo de Apoyo a la Reestructuración de Empresas Estratégicas de la SEPI, solo unos meses después de incorporar a su consejo de administración a los ex ministros socialistas Valeriano Gómez y Jordi Sevilla, la empresa industrial con sede en Asturias continúa dependiendo del apoyo del Estado para salir adelante. SEPI ha accedido a retrasar la devolución del préstamo participativo de 100 millones de euros que Duro Felguera debía reintegrar este año, dentro de la operación de rescate montada a partir de la entrada de dos nuevos inversores mexicanos en el capital de la empresa industrial, y la compañía está negociando con CESCE, otro organismo del Estado, la extensión de su cobertura a unas líneas de avales revolving que la sociedad considera críticas para cumplir su plan de viabilidad.

El préstamo participativo de la SEPI ha sido fundamental para evitar que la compañía haya entrado en causa de disolución pese a presentar a 31 de diciembre de 2023 un patrimonio neto negativo de cerca de 160 millones de euros y un fondo de maniobra negativo de 146 millones.

Duro Felguera afronta ahora una nueva etapa tras la resolución con éxito de la ampliación de capital por importe de 90,5 millones de euros concluida el pasado 21 de febrero y que ha dejado al sindicato de inversores formado por los grupos mexicanos Prodi y Mota-Engil como accionistas de referencia con el 54,66% del capital de la compañía, y a José Miguel Bejos como hombre fuerte de la nueva empresa.

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A la espera en los cambios de los órganos de dirección que establezca la nueva propiedad, siempre de acuerdo con la SEPI en cumplimiento del plan de viabilidad de la compañía, la sociedad perdió 21,79 millones de euros en 2023, frente a las ganancias de cinco millones con que se cerró el ejercicio de 2022.

Y ello pese a incrementar en un 140% su facturación respecto al ejercicio precedente, elevando la misma hasta los 281,2 millones de euros, en un camino que debería llevar a la compañía asturiana a los 1.000 millones en 2028. La mitad de la facturación llegó de la división de Servicios Especializados, seguida de Plantas Industriales (73,7 millones) y la de Energía (53,8 millones), según informa Europa Press. De este modo, el resultado bruto de explotación cayó hasta los 13,6 millones de euros, en contraste con los 4,2 millones positivos del ejercicio anterior. La deuda neta del grupo se amplió hasta los 144,4 millones de euros.