Las denuncias internas de Boeing aumentan la preocupación por la seguridad de sus aviones

El fabricante de aviones ha estado lidiando con una crisis de seguridad en toda regla que ha socavado su reputación tras la explosión de un panel en pleno vuelo en un avión 737 MAX el 5 de enero. Boeing ha sufrido una remodelación de su equipo directivo, los organismos reguladores estadounidenses han puesto freno a su producción y las entregas se redujeron a la mitad en marzo.

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Las acusaciones de Sam Salehpour, ingeniero de Boeing, se refieren a su trabajo en los aviones de fuselaje ancho 787 y 777 de la empresa. Afirmó que fue objeto de represalias, como amenazas y exclusión de reuniones, tras detectar problemas de ingeniería que afectaban a la integridad estructural de los reactores, y afirmó que Boeing empleaba atajos para reducir los cuellos de botella durante el ensamblaje de los 787, según sus abogados.

Boeing detuvo las entregas del 787 de fuselaje ancho durante más de un año, hasta agosto de 2022, mientras la FAA investigaba problemas de calidad y defectos de fabricación.

En 2021, Boeing dijo que algunos aviones 787 tenían cuñas que no eran del tamaño adecuado y algunas aeronaves tenían áreas que no cumplían las especificaciones de planitud de la piel. Una cuña es una pieza fina de material que se utiliza para rellenar pequeños huecos en un producto fabricado.

En un comunicado, Boeing dijo que confiaba plenamente en el 787 Dreamliner y añadió que las afirmaciones «son inexactas y no representan el exhaustivo trabajo que Boeing ha realizado para garantizar la calidad y la seguridad a largo plazo del avión.»

Salehpour observó atajos utilizados por Boeing para reducir los cuellos de botella durante el proceso de ensamblaje del 787 que supusieron «una tensión excesiva en las principales juntas del avión, y restos de perforación incrustados entre las juntas clave de más de 1.000 aviones«, dijeron sus abogados.

En una llamada telefónica posterior el martes, declaró a los periodistas que vio problemas de desalineación en la producción del avión de fuselaje ancho 777 que se remediaron mediante el uso de la fuerza. «Vi literalmente a gente saltando sobre las piezas del avión para que se alinearan«, dijo.

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Las acciones de Boeing cerraron el martes con una caída de casi el 2%, a 178,12 dólares, después de que la FAA confirmara la investigación, de la que informó por primera vez el New York Times. «La notificación voluntaria sin temor a represalias es un componente crítico en la seguridad de la aviación», dijo la FAA. «Animamos encarecidamente a todos en la industria de la aviación a compartir información. Investigamos a fondo todos los informes». Una fuente de la agencia dijo que la FAA se ha reunido con el denunciante.

La Sociedad de Empleados Profesionales de Ingeniería Aeroespacial (SPEEA) dijo que Salehpour es un miembro que trabaja en la planta de Boeing en Everett, Washington. El sindicato de ingenieros dijo que no podía hacer comentarios sobre las preocupaciones específicas de Salehpour.