El cambio climático y China llevan el precio del café a un récord histórico

En los próximos meses los consumidores deberán pagar más de lo normal por este producto

El cambio en los hábitos de consumo de los países asiáticos tensionará las cadenas de suministro

Tomar café será más caro matías nieto

Madrid

27/10/2024 a las 04:39h.

El mundo ha cambiado. Tomar una taza de café es algo más que consumir un producto que lleva toda la vida con nosotros. Detrás hay barcos que se mueven por Sudáfrica, millones de personas que cambian sus hábitos y olas de calor que arruinan ... cosechas. Estas cuestiones, y más, son las que han llevado al grano de café a precios históricos que, finalmente, tendrán que pagar los consumidores.

Los lineales de los supermercados y las cafeterías, desde hace meses, recogen una tendencia al alza en los precios del café. Pero la tormenta perfecta todavía está por llegar.

El CEO de Dibar, Julián Marcilla, explica que este fenómeno no es nuevo. «El café está caro desde hace mucho tiempo, sobre todo los arábica, no tanto los robusta, aunque últimamente también están al alza. A raíz del Covid fue cuando empezó a subir, y ahora ha arrastrado al robusta».

Esta situación es imparable, y dentro del sector todos asumen este problema. El director de Compras de Candelas, Andrés Alonso, remarca que «desde principios del 2021 el precio de los granos de café ha subido tanto por el encarecimiento de la materia prima en sí misma como por el de los fletes. El aumento de dichas materias primas es una realidad que llevamos viviendo varios años y no se espera una reducción de precios a corto plazo».

Entre los factores para el alza de precios están las tensiones geopolíticas. Desde AECafé, la gran organización que agrupa a los principales actores del negocio, recuerdan que «el sector importa café verde (materia prima) de más de 50 países productores a escala global. Por ello, es especialmente sensible a los factores geopolíticos. Actualmente vivimos varios conflictos que, inevitablemente, marcan la agenda internacional: el actual conflicto entre Israel y Palestina está afectando a nuestras importaciones de café del Sudeste Asiático y de países africanos cuyo transporte se ha desviado por el Cabo de Buena Esperanza en lugar de ir por el Canal de Suez, lo que conlleva retrasos en las entregas de las partidas importadas y aumento de los fletes marítimos».

Julián Marcilla, que proviene de familia cafetera desde hace decenas de años, define toda la situación con dos expresiones: «tormenta perfecta» y «situación histórica». Junto a la geopolítica, el empresario recuerda que «los cambios climáticos afectan mucho a la producción, y en Brasil eso impacta demasiado por su alcance global». Algo que recuerda AECafé, donde la sequía afecta al país americano, pero también mucho a Vietnam.

Y para cuadrar el círculo con los precios del café, entran en escena los chinos. El país asiático, según explica Marcilla, ha cambiado sus hábitos de consumo. «Hace 40 años tomaban infusiones, y ahora lo han cambiado por el café, y eso impacta en la cadena de suministro. Además, la hostelería en China empieza a funcionar como en Europa, lo mismo sucede en India». Son decenas de millones de personas que se unen a la demanda de este producto, algo que tensiona el 'stock' en todas partes y, de igual manera, tiene un efecto sobre los precios.

Pagan los consumidores

«De cara al consumidor, por descontado que esto lo tiene que pagar alguien. Al final, en la cadena, todo el mundo hace un esfuerzo para no incrementar los precios e intentar reducir el margen, o reducir costes por otro lado. Pero sin duda, la subida de las materias primas es tan alta que al final repercutirá, algo que ya está sucediendo en los supermercados», deja muy claro Julián Marcilla.

El directivo de Candelas intenta ser más optimista y explica que «a pesar de este cúmulo de circunstancias o tormenta perfecta, el café seguirá siendo un producto al alcance de los consumidores. Es posible que experimente un aumento de precio en los próximos meses, pero no será tan grande como para que el café se convierta en un artículo exclusivo o de lujo».

Aunque todo parece cuestión de tiempo, Marcilla recuerda que «la particularidad del producto en España es que hay muchas empresas pequeñas familiares que pueden aguantar mucho, y son conscientes de que incrementar precios puede suponer perder clientes. Esto ha hecho hasta ahora que no se notase en la calle, pero a partir de ahora se va a notar más, porque es insostenible». Luego entrarán en juego las compañías de distribución y los supermercados, que tendrán sus propias estrategias comerciales que pueden afectar al precio.