La banca pone en cuarentena a las pymes y el crédito al consumo

El sector de las pymes es el que más preocupa en el sector financiero, y España en ese sentido es más vulnerable que otros países ya que la mayoría del tejido productivo nacional es de ese tipo, al contrario de lo que ocurre en otros territorios como Alemania donde el tamaño empresarial es mayor y, por tanto, más resistente a cuando vienen mal dadas.

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Daniel Caballero

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Las entidades financieras llevan meses monitorizando muy de cerca la evolución de la solvencia de este segmento de empresas, en el que entidades como Banco Sabadell, y también Caixabank, tienen mucha cuota de mercado. Quieren adelantarse a posibles deterioros de los activos y más que factibles impagos a futuro, por lo que ya están llamando a las compañías que tienen más problemas para ofrecerles una solución, como publicó ABC.

Ahora, la banca ha vuelto a poner cifras sobre sus temores de cara a un aumento de las insolvencias y los impagos. Según el último informe de riesgos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), el 67% de los bancos europeos considera que habrá un empeoramiento de la calidad de los activos de las pymes a doce meses vista.

Para encontrar una cifra similar hay que remontarse a primavera de 2021, en pleno Covid. Asimismo, este 67% supone prácticamente duplicar en solo un año el porcentaje de entidades que veía ese panorama gris en el horizonte, ya que en el informe de otoño de 2021 el dato apenas era del 37%. Sin embargo, el escenario ha cambiado mucho con la guerra en Ucrania y las crisis energética y de inflación.

En cuanto al crédito corporativo, es decir, a grandes empresas, un 52% de los bancos considera que también habrá un empeoramiento. Aunque en este caso el porcentaje es menor dado que a mayor tamaño de la compañía, en teoría es más resistente ante las crisis.

El crédito al consumo es otro de los aspectos que preocupa en la banca europea. Un 60% de las entidades cree que habrá un deterioro de estos activos de aquí a doce meses. De hecho, como recuerdan fuentes financieras, suele ser uno de los segmentos que antes muestra problemas, según la experiencia acumulada de crisis anteriores. Es por ello que la banca está moderando la concesión de este tipo de préstamos, que son los más caros con tipos de interés fácilmente superiores al 6-7% y cuyo riesgo de impago es mayor. Con todo, la situación económica ha provocado que no solo se endurezca el acceso al crédito al consumo sino al conjunto de préstamos, en una muestra de que hay que tener prudencia.

«La detección temprana de deudores y las exposiciones con dificultades, hacer una política de provisiones adecuada y hacer un reconocimiento oportuno de pérdidas sigue siendo importante y debe ser monitorizado de cerca», recoge el informe de la EBA.

Más allá de ello, las hipotecas también generan una inquietud creciente en el gremio financiero. En el informe de otoño de 2021 apenas un 15% de los bancos apuntaba a un deterioro de los créditos hipotecarios; en el informe de este año, ese porcentaje ya ha escalado hasta el 32%, lo que supone más que duplicar.

Pese a todo, la morosidad que reportan las entidades no hace ningún ademán de ir hacia arriba. Concretamente, la tasa de mora se mantuvo en el 1,8%, igual cifra que en el trimestre inmediatamente anterior. Es por ello que los supervisores están relativamente tranquilos; al principio de la pandemia se vaticinaba que podría escalar hasta los dos dígitos pero las estimaciones finalmente no se han cumplido.

La cosa cambia al hablar de los créditos en 'stage 2', que son aquellos que se siguen abonando pero que están en una vigilancia especial porque su riesgo de impago se ha incrementado por diferentes razones. Estos ascienden al 9,5% del total de préstamos a coste amortizado, una cifra que ya supera a lo visto durante lo peor de la pandemia. Con todo, en este último informe no se ha detectado un empeoramiento ya que el porcentaje es el mismo que en el documento anterior.