Andrés Sendagorta: «Se puede preservar la soberanía española de una empresa sin capital público»

-El miércoles pondrá fin a un mandato en el que no ha dejado de insistir en la necesidad de recuperar la normalidad institucional y lo hará si nada cambia con la presencia del presidente del Gobierno, ausente de los actos del IEF desde 2018...

-Estuve con el presidente hace unas semanas y tuvimos un encuentro muy cordial, e incluso me comentó que su padre había sido empresario familiar. Me dijo que venía encantado a la Asamblea y yo estoy encantado de que venga. Siempre le he invitado porque es el presidente de mi país y creo que así debía ser. La relación del Instituto con el presidente del Gobierno tiene que ser una relación fluida.

-La actualidad viene marcada por el amago de dimisión del presidente. ¿Qué opinión le merece?

-La Presidencia del Gobierno de España es una institución fundamental de nuestro sistema democrático por lo que disipar cualquier situación de interinidad es positivo. Lo importante ahora sería que viéramos acuerdos amplios para huir de la polarización y que el país pueda avanzar en un clima de estabilidad, desde la defensa de la vigencia del marco institucional.

-¿Afectan los episodios de inestabilidad política que se viven en España a nuestra reputación exterior?

-Sí, pueden afectar, pero no hay que exagerar y pensar que todo es un desastre. Muchas veces se utiliza esto como arma arrojadiza en el debate interno y no es bueno. Yo no lo he notado a nivel de empresa. Ahora tenemos las mejores empresas que hemos tenido nunca, capaces de competir a nivel internacional en muchos sectores diferentes. Nunca hemos tenido un Inditex, un Mercadona, constructoras, todas con éxito internacional en sus sectores. Dicho esto, los empresarios necesitan estabilidad.

Sobre los ataques y la reputación de las empresas

«Tenemos las mejores empresas que hemos tenido nunca, capaces de competir a nivel internacional en muchos sectores diferentes»

Andrés Sendagorta

Presidente del Instituto de la Empresa Familiar

-Desde esta perspectiva, ¿cómo han vivido los ataques a empresarios desde ámbitos del Gobierno?

-Creo que la situación ha mejorado en los últimos meses, desde hace un año y medio aproximadamente. Hubo comentarios desacertados por parte de algunas personas del Gobierno sobre los empresarios, probablemente llevados por el desconocimiento. No fue bueno y no se debe producir. Los empresarios no somos personas de madera. Nos afectan las cosas para bien y para mal. Hay que tener en cuenta que si un empresario pierde la pasión tenemos un problema todos, porque de la pasión y del compromiso de esa persona depende el medio de vida de muchas personas.

-Bajo su Presidencia el IEF emitió un comunicado sin precedentes por los ataques a Ferrovial...

-Vivimos en un entorno de libre circulación de personas y capitales. Hubo una decisión empresarial que tenía sentido para una determinada compañía, para sus gestores y para sus accionistas. La situación se crispó e incluso se habló de cuestiones de patriotismo. Se dijeron cosas que no se debían haber dicho, Tuvimos que decir las cosas de una forma más concreta y por eso sacamos esa declaración, siempre desde el respeto institucional. Si tenemos unas reglas del juego, hay que respetarlas.

-¿Le preocupa la imagen que se proyecta de los empresarios?

-Me importa lo que piensa la sociedad y tenemos datos concretos que nos dicen que la percepción sobre las empresas familiares es mucho mejor de lo que pensábamos. Valoran que seamos empresas que cuidan especialmente a las personas, que tengamos accionistas identificables, con nombre y apellidos, y no fondos de no sé sabe muy bien donde; que miremos a largo plazo, más en términos de generaciones que de trimestres; o el arraigo en el territorio. Ningún banco de inversión ni ningún gurú de las finanzas le ha dicho a Amancio Ortega que ponga Inditex en Arteixo. Inditex está en Arteixo porque Amancio es de allí. No hay más vueltas que dar.

Sobre el arraigo de las empresas familiares al territorio

«Ningún banco de inversión le aconsejó a Amancio Ortega poner Inditex en Arteixo. Está allí porque él es de allí»

Ándrés Sendagorta

Presidente de Sener y del IEF

-¿Cómo ve la entrada del Estado en una empresa como Telefónica?

-No me parece ningún escándalo que se quiera preservar la soberanía española en una serie de empresas que son estratégicas para el país, sean de Defensa o de otros ámbitos. El asunto es el cómo. Creo que se puede preservar la soberanía sobre una empresa sin necesidad de capital público, asegurando que haya una mayoría de capital privado español o una gestión española. Pero puede que haya ocasiones en que no sea posible o no sea conveniente y haya participación pública. Ahí es importante garantizar que la compañía continúe operando bajo criterios empresariales. El objetivo de proteger es bueno, siempre que se limite a eso y no haya injerencias en la gestión. De lo contrario podría suceder que buscando un objetivo bueno hiciéramos una empresa menos competitiva.

-Hay un animado debate en torno a la baja productividad de la economía española. ¿Qué cree que se debería hacer?

-Necesitamos gente mejor preparada. El sistema educativo no está sacando las personas con la formación que necesitan las empresas de hoy. No he visto nunca tantas dificultades como ahora para encontrar personas para trabajar. Además tenemos que pensar en la regulación fiscal, si estamos gravando el trabajo más de lo que deberíamos, que es muy probable, hay que darse cuenta de que no tiene mucho sentido. Y luego está el absentismo, que en algunos sitios es un auténtico escándalo. Se puede apelar a las leyes, pero creo que es una cuestión de responsabilidad individual y eso no solo depende de los políticos, es una cuestión que nos afecta como sociedad. Nos peleamos por cosas que son marginales y las claves de la sociedad parece que no los tratamos.

-¿Cómo ve el futuro de la empresa familiar?

-Tenemos una oportunidad única. Hay una sensibilidad social que se alinea con los valores de la empresa familiar y que nos sitúa en muy buena posición en la gran batalla que nos espera en los próximos años, que es la batalla por el talento. Pero para aprovechar esa ventaja hay que cuidar la gobernanza, profesionalizar la gestión y evitar dar la sensación de que las empresas se dirigen como un cortijo. Además hay que ocuparse de la familia. Las empresas familiares no se hunden tanto por el negocio como por los líos en la familia. A mi me parece bien hasta que haya cierta presión para que los empresarios nos ocupemos de eso.