Las socimi copan ya dos terceras partes del mercado alternativo

El MAB se creó en 2006, y en 2008 se abrió a pequeñas y medianas empresas en fase de expansión para las que salir a Bolsa resulta imposible, facilitándoles así una alternativa de financiación y de contacto con inversores y una vía de crecimiento. Las principales ventajas de este mercado es que aunque se pueden comprar y vender los títulos de las compañías que cotizan en él y hay una supervisión y está perfectamente regulado, los requisitos burocráticos para las empresas no son tan elevados.

Las primeras socimi en saltar a este mercado de empresas en expansión fueron Entrecampos y Promorent . Lo hicieron en 2013, justo después de que a finales de 2012 el Gobierno aprobase un nuevo régimen jurídico para esta figura inmobiliaria, que deben tener el 80% de sus activos inmobiliarios en alquiler, repartir el 80% de sus ganancias entre sus accionistas, están exentas del pago del impuesto de Sociedades y tienen una fuerte bonificación en el de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y están obligadas a cotizar.

Esa obligación de cotizar es lo que ha propiciado una avalancha de socimis en el MAB, fundamentalmente desde la segunda mitad de 2015. A ello hay que sumar la recuperación del sector inmobilario, sobre todo por el lado de los alquileres, y su profesionalización, lo que también ha fomentado la creación de estos vehículos .

Solo el año pasado debutaron en este mercado casi una veintena de sociedades. Su capitalización conjunta supera ya lo 11.000 millones de euros , y la de algunas de ellas justificaría su salto al mercado continuo.

General de Galerías Comerciales , especializada en centros comerciales, es la empresa más grande del MAB con un valor de 3.146 millones de euros. Su capitalización es superior a la de Masmóvil (2.312 millones), que pasó del MAB primero al mercado continuo y que hoy mismo debuta en el Ibex 35. Otros ejemplos son los de GMP Property , por ejemplo, vale 1.099 millones, Testa casi 850 y Zambal 775.

Todas ellas superan los 500 millones de euros de capitalización que el Gobierno fijó como tope en 2014 para cotizar en el MAB con el fin de elevar la transparencia y mejorar el gobierno corporativa de las compañías de cierto tamaño y evitar así nuevos escándalos como el de Gowex. En cambio, la normativa contempla que las socimis puedan seguir en el MAB aunque superen ese umbral.

El motivo para esta excepción es que estos vehículos, a diferencia por ejemplo de casos como el de Masmóvil , no necesitan tanta liquidez para sus acciones ni están buscando dar entrada a nuevos socios o inversores en su capital. Además, según explican fuentes del mercado, muchas de ellas son incluso socimi creadas por familias que acumulan cierto patrimonio inmobilario y que han decidido usar este vehículo por una cuestión fiscal, pero la ley obliga a que estén cotizadas y por eso optan por el MAB, pero no piensan en saltar al mercado continuo. De hecho, hay una docena de socimi en el MAB con una capitalización inferior a los 20 millones de euros y casi la mitad de las 66 que ahora mismo cotizan en el índice no superan los 50 millones.

Junto con las salidas al MAB de varias socimi en julio, previsiblemente también hacia finales de año se produzcan nuevas incorporacaciones, pues diciembre es otro mes propicio. En este sentido, en Bolsas y Mercados (BME) confían en que el presente ejercicio se tan bueno como 2018 en cuanto a salidas al Mercado Alternativo, tanto de socimi como de empresas en expansión.