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La Reserva Federal se pone manos a la obra para reducir el paro
Los mercados consideran que la Fed se está abrogando un nuevo papel de mayor intervención en la economía, exigido por la poca efectividad de otras medidas para superar la crisis
emili j. blasco
El presidente de la Reserva Federal norteamericana, Ben Bernanke, aseguró este verano pasado que en lo que quedaba de año el desempleo en Estados Unidos difícilmente iba a bajar del 8%, cifra aún alta para la economía del país. Pero la Reserva Federal no se ... cruzó de brazos y a mediados de septiembre Bernanke anunció una nueva ronda de estímulos. Estos han contribuido a que el paro esté ahora en el 7,8%, índice publicado el viernes. ¿Está sirviendo la Fed a la campaña de Obama? ¿Debe ser su prioridad la reducción del paro?
El «nuevo capítulo» abierto por la Fed, como lo ha calificado «The New York Times» , hace que la institución se implique en la política «más que en ningún otro momento de los últimos treinta años», según ha dicho «The Wall Street Journal» . Pero Bernanke resta simbolismo a su acción, recordando que el mandato impuesto por el Congreso a la Fed es doble: maximizar el empleo y mantener estable la inflación.
A pesar de esas palabras, es indudable el cambio de paso de la Reserva Federal. No solo deja de poner su atención prioritaria en la inflación, que considera estabilizada por debajo del 2%, sino que las declaraciones de Bernanke sugieren que podría tolerarse temporalmente una inflación algo más alta si otras condiciones estuvieran ayudando a la creación de empleo. «Queremos ver más puestos de trabajo. El débil mercado laboral debería preocupar a todo estadounidense», asegura el presidente de la Fed.
Es notorio que la tercera ronda de estímulos de la Fed desde el comienzo de la crisis —la compra de 40.000 millones de bonos hipotecarios cada mes, entre otras iniciativas— tenga una duración que no es determinada, sino que por primera vez e stá vinculada a la consecución de específicos objetivos económicos . La Reserva Federal mantendrá sus ayudas, conocidas como «quantitative easing», «por un considerable tiempo después de que la recuperación económica se fortalezca».
El aumento del perfil político de la Fed ha levantado algunas suspicacias por producirse justo antes de las elecciones presidenciales del 6 de noviembre. Pero Bernanke asegura que la propia dirección de la Reserva hace todo lo posible para evitar que la independencia del banco central en su política monetaria se vea socavada por interferencias políticas. «Intentamos muy duramente ser no partidistas y apolíticos, y creo que hemos tenido éxito», afirma.
Pero aunque no se hayan dado pasos hacia una politización de la institución, los mercados en Estados Unidos consideran que la Fed se está abrogando un nuevo papel de mayor intervención en la economía, exigido por una crisis económica que ha hecho poco efectivas medidas tomadas previamente para consolidar la recuperación.
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