Las pymes y el desabastecimiento: «Las entregas superan el año»

Esta situación amenaza la campaña de Navidad , momento clave para el consumo. Los negocios ya recomiendan adelantar las compras para que el consumidor se asegure disponer de aquellos productos estrellas. «Lo recomendable es realizar las compras con algo más de antelación este año , porque algunos productos se van a acabar y otros subirán de precio en breve», explican desde la Confederación Española de Comercio. La patronal de las pymes, Cepyme «cree que la crisis de materias primas supondrá un lastre a la recuperación del tejido de las pequeñas y medianas empresas, que todavía no ha recuperado el 17% de la pérdida de tejido provocada por la Covid-19, con 39.700 empresas que dejaron de estar activas».

«Hay chips que antes de la pandemia comprábamos a 1,5 euros por los que ahora nos están pidiendo, 30, 40, 50 y hasta 70 euros . Lo que estamos viviendo es surrealista» . Este es el relato habitual en el último año entre todas las empresas que trabajan con semiconductores, el bien más codiciado ahora mismo en el planeta, que ya ha parado algunas de las factorías automovilísticas más importantes del mundo.

Pero si los gigantes tiemblan ante la ruptura en la cadena de suministro en los chips, los pequeños se desmoronan. Porque el pez grande se come al chico y en la batalla por ser suministrado ya no existen reglas. «Los proveedores priorizan a sus mayores clientes y dejan a los pequeños en la esta cada . Muchos de ellos se están saltando las reglas de buena fe. Te suben los precios de un día para otro. Se han inventado una ‘tarifa urgente’ que debes pagar aparte si quieres tener prioridad en los pedidos», detalla a este periódico David Ortega, director de operaciones de Montronic Vic, una empresa con 80 empleados que fabrica circuitos electrónicos. «La cadena de valor está cambiando, los distribuidores ya no tienen la participación del negocio que tenían porque los grandes clientes acuden directamente al fabricante. Pero las pymes dependemos del canal de distribución».

Ortega explica que ha sido en estos últimos seis meses cuando el problema ha empezado a ser notorio. Ahora, no solo preocupan las espectaculares subidas de precios, sino también los tiempos de suministro que les están transmitiendo los proveedores. «Los plazos que dan superan ya las 60 o 70 semanas» , alerta. Por suerte para ellos -o por mala fortuna para el cuello de botella mundial- su empresa ha hecho acopio, como ocurre en todo el sector, «y los almacenes están a reventar». Eso sí, «con daño a la tesorería». Las compañías han dejado de invertir en proyectos, para hacerlo en su ‘stock’.

Los retrasos en el embotellamiento por falta de vidrio y la subida del precio de este material junto con la escasez de cartón están haciendo perder dinero a la bodega Linaje Garsea , ubicada en plena Ribera del Duero. Hace tiempo que esperan unas botellas especiales para uno de sus productos y su gerente, Gabriel García, ya calcula que el reserva tendrá que salir un año más tarde. Pero, además, tendrán que cambiar de modelo de esa botella y vender el vino en un cristal diferente, cuando el anterior era una de sus «señas de identidad». Pero no llegará hasta el próximo año.

Los motivos de la tardanza son varios, estima el director de esta pequeña bodega de seis trabajadores habitualmente y otros veinte en época de mayor actividad. Por un lado, que los sectores que demandan este tipo de material -el del vino y la hostelería- han arrancado de golpe tras la pandemia y «hay un exceso de demanda que quizá no esperaban» . Y, además, que se aproxima la campaña de navidad y otras industrias importantes como las de los perfumes requieren también de este tipo de cristal.

«Ahora tendremos que explicar a los clientes que, pese al cambio de botella, no hay una pérdida en la calidad» , indica García, quien explica que otro de los problemas a los que se está enfrentando su empresa es el de la falta de cartón para embalar. «Nos llega, pero 15 o 20 días más tarde que antes y además es más caro», relata.

También lo denuncian en Protos , con 64 empleados, la conocida bodega ya se plantea que pronto podría peligrar el suministro de botellas. Aunque como transmiten sus proveedores «todo dependerá de si las empresas piden para gastar lo necesario y no para hacer acopio», explica su director general, Carlos Villar, que descarta en absoluto que estos problemas ocurran en Navidad.

En el caso de la bodega de Peñafiel lo que más sufren son la subida de costes y los retrasos. «Tenemos subida a doble dígito en muchas materias primas. Y no se cerrarán en el corto plazo si los precios de las energías no frenan su subida. Las botellas suben entre el 10 y el 14%; los contenedores entre tres y cinco veces más caros; la madera un 80%, el aluminio el 5 y los corchos nos han avisado de que tendremos subida a partir del uno de enero», relata Villar.

La agricultura de nuestro país tiene en Andalucía uno de sus bastiones, donde la tasa de empleo en el sector primario dobla la nacional. El desabastecimiento también afecta a esta rama, como así lo confirma a ABC Salvador Aguilar, uno de los socios de Riegos Lebrón, empresa de venta y distribución de suministros industriales y reparación de maquinaria agrícola situada en la localidad sevillana de Osuna. «Llevamos tres meses esperando a que venga un arado que no me lo entregan porque faltan cosas», ejemplifica. Uno de los productos con más dificultades a la hora de reponer son los zapatos industriales de una marca española: «En las tallas más populares apenas hay existencias» , relata. Pese a ello, asegura que todavía no tienen «un problema gordo», pero sí que empiezan a tener dificultades. Además, avisa de que en esta recta final de año, «entre inventario y cierre de ejercicio, los fabricantes se dejan caer mucho. A ver si somos capaces de aguantar el tirón».

En el barrio madrileño de Aluche se ubica Tres Catorce Shop , un pequeño taller de reparación y venta de bicicletas. Su dueño, Daniel, relata a ABC que los cuellos de botella del comercio han encarecido sus costes y que sobrevive gracias a que su local es de su propiedad, «porque con los precios de los alquileres ya habría cerrado» . La subida de precios de las materias primas es uno de los actuales quebraderos de cabeza de este autónomo. «Tengo un 30% más de clientes que el año pasado, les cobro el doble que antes y aun así gano un 10% menos» , explica. Incluso permite que los clientes aporten la pieza necesaria para hacer la reparación de la bicicleta, algo que antes no hacía.

A Muebles Cancio , empresa vallisoletana dedicada a la fabricación de sillas y mesas, también se le empieza a atragantar la coyuntura actual. «En un tablero tenemos problema de suministro y hemos tenido que buscar un proveedor alternativo del mismo material o similar y los plazos se nos han alargado. De momento tenemos 'stock'. Pero no me atrevo a asegurar que no tendremos paros de producción. Hay un riesgo cierto de que suceda», relata el adjunto al director de esta empresa familiar con 40 empleados , César Cancio, que también denuncia la desventaja para abastacerse respecto a las grandes empresas. «Los proveedores atienden antes a sus mejores clientes. En el tablero que nos falta, antes podíamos pedir cantidades razonables, pero ahora te exigen encargar tráilers completos», asegura Cancio.

La comarca toledana de La Sagra, por su situación en el centro de la península ibérica y por su cercanía a Madrid, es uno de los puntos neurálgicos de la logística en España. Algo de lo que puede dar buena cuenta la empresa Mundopalet S.L., ubicada en el municipio de Cobeja y dedicada desde hace años a la fabricación de palés de madera.

Ahora no pasan por su mejor momento. El gerente de la empresa, Óscar Díaz, cuenta que no llega la madera que antes importaban de países como Brasil, Chile, Lituania o Polonia, que ahora sí venden, sin embargo, a Estados Unidos y China por un precio superior al que se pagaba en Europa.

Díaz informa además de que «el precio de la madera ha subido por encima de cualquier otro producto», elevándose más allá de un 100% en este mismo año , pasando de 150 euros el metro cúbico en enero o febrero a los 300 euros en la actualidad. «Nadie preveía que iba a pasar esto» , afirma Óscar Díaz, que se lamenta de que esta situación repercute en el coste final del producto, por lo que es un ‘efecto dominó’.