Ómicron, banda ancha y productividad
La aparición de nuevas variantes del coronavirus obliga a considerar la estrecha relación que existe entre la calidaddel acceso fiable a internet y la productividad del teletrabajo
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Iniciar sesión«Es hora de decirlo en voz alta: el virus detrás de la pandemia COVID-19 no va a desaparecer», escribió el epidemiólogo Larry Brilliant y su equipo de investigadores en un artículo publicado en la revista ‘Foreign Affairs’ en junio pasado. El virus «jugará ... al ping pong de un lado a otro del mundo durante los próximos años», causando brotes recurrentes de Covid. Brilliant, uno de los expertos que estuvo al frente de la campaña de la OMS que consiguió erradicar la viruela en 1980, sostiene que mientras no se pueda actuar globalmente, con niveles similares de vacunación en todos los países, no haremos otra cosa que ‘correr la arruga’ de la pandemia por la sábana del planeta. Mientras tanto, propone una estrategia de «vigilancia y contención» del virus como la que se desplegó contra la viruela.
Esta convicción llevó a Brilliant a crear Pandefense Advisory, una firma de la que es director ejecutivo y que se dedica a ayudar a las empresas y organizaciones a responder al Covid-19. Se trata de desarrollar estrategias para superar la incertidumbre y mantener en funcionamiento las organizaciones. La variante ómicron le ha dado la razón apenas cinco meses después de publicarse su vaticinio.
La posibilidad de nuevas restricciones preocupa a los gobernantes y a sus ministros de Economía por el impacto que tienen en la actividad presencial. Por esta razón, son importantes los estudios sobre el teletrabajo. Tras una etapa inicial de desconcierto en la que se combinó el escepticismo con el entusiasmo de una nueva religión, se ha impuesto una realidad que combina la presencialidad con el trabajo a distancia en proporciones variables. Los economistas han comenzado a plantearse preguntas que van más allá de la proporción virtuosa de uno y otro tipo de trabajo. Por ejemplo, ¿qué sucedería si todo el mundo tuviera un servicio de internet de alta calidad y fiable? ¿Cómo impactaría esto en la productividad? ¿Tiene la calidad de conexión impacto en la desigualdad de ingresos?
«Se calcula que en los próximos años una quinta parte de las jornadas se seguirán realizando virtualmente»
Un estudio reciente desarrollado en EE.UU. sugiere que si todos los ciudadanos de ese país disfrutaran de un acceso universal a internet de alta calidad –es decir disponible todo el tiempo, sin altibajos ni interrupciones y de elevada velocidad– la productividad laboral ponderada por los ingresos aumentaría en torno a un 1,1%, lo que equivale a unos 160.000 millones de dólares adicionales al año. El trabajo, firmado por los economistas Nicholas Bloom, Steven J. Davis y José María Barrero, ha descubierto que los beneficios de la universalización de la conectividad se triplicarían en casos como la pandemia. También se ha comprobado que aquellos trabajadores que dispusieron de una mejor conexión a internet durante la pandemia experimentaron más satisfacción que los que no. «En suma –dicen los autores– un acceso universal de calidad aumentaría la productividad y promovería una mayor resiliencia económica y social durante desastres futuros que inhiben los viajes y las interacciones personales».
Los norteamericanos teletrabajaron más de la mitad de las jornadas laborales remuneradas en la primavera de 2020, diez veces más que antes de la pandemia. Más del 40% de las jornadas de trabajo se siguieron realizando a distancia hasta la primavera de 2021, según una encuesta efectuada por Bloom y sus colegas a 43.000 trabajadores con ingresos superiores a 20.000 dólares. En los próximos años, se calcula que una quinta parte de las jornadas se seguirán realizando virtualmente. Estos niveles pueden ser mayores en los empleos que exigen más formación y que están mejor remunerados. «Este cambio abrupto, grande y persistente en favor del trabajo remoto ha sido permitido por el acceso doméstico a internet y una serie de tecnologías complementarias».
Crecimiento en Internet de la banda ancha
Diciembre 2019-2020
En % de punto de intercambio de Internet (*)
58% Media
Chile
México
Grecia
Islandia
Dinamarca
Bélgica
Noruega
España
Italia
Nueva Zelanda
Francia
Países Bajos
Estados Unidos
Australia
Canadá
Japón
Austria
Irlanda
Suiza
Alemania
Reino Unido
República Checa
Suecia
160%
135%
126%
111%
93%
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52%
51%
50%
49%
49%
42%
(*) Infraestructura física
a través de la cual los proveedores
de servicios de Internet intercambian
el tráfico de Internet entre sus redes
37%
37%
35%
Fuente
Packet Clearing House
33%
31%
ABC
Crecimiento en Internet
de la banda ancha
Diciembre 2019-2020
En % de
punto de intercambio de Internet (*)
58% Media
Chile
México
Grecia
Islandia
Dinamarca
Bélgica
Noruega
España
Italia
N. Zelanda
Francia
Países Bajos
EE. UU.
Australia
Canadá
Japón
Austria
Irlanda
Suiza
Alemania
Reino Unido
Rep. Checa
Suecia
160%
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35%
33%
31%
(*) Infraestructura física a través de la cual
los proveedores de servicios de Internet intercambian
el tráfico de Internet entre sus redes
Fuente
Packet Clearing House
ABC
El principal factor que impulsa la productividad es el aprovechamiento del tiempo de viaje al lugar de trabajo. Con todo, las personas con acceso a internet de alta calidad declaran que su productividad es un 8% superior en promedio que las que no disponen de él. En el otro extremo de la escala, las personas con un acceso a internet que funciona menos del 70% del tiempo o que carecen de acceso a internet en el hogar son menos productivas que en su lugar de trabajo. En estos casos, la oficina muestra una diferencia promedio positiva del 1% frente a los hogares.
No hay estudios equivalentes en España, pero la cobertura de banda ancha alcanzó en 2020 al 88% de la población, tras subir cuatro puntos desde 2019, y ha llegado al 63% en las zonas rurales, un incremento de 13 puntos en un año, según el informe ‘Cobertura de banda ancha en España en el año 2020’, elaborado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
El surgimiento de Ómicron confirma que el valor del acceso a internet de alta calidad desde los hogares resultará todavía más valioso de lo que se pensaba en el futuro. Este es el principal argumento para que los proveedores sigan invirtiendo en la mejora de sus redes y en el despliegue de las tecnologías 5G y 6G. Internet no es la panacea frente a todos los desastres, porque los cortes de electricidad masivos y prolongados o los ciberataques podrían resultar aún más disruptivos para la economía, pero en esta crisis han demostrado que una parte de la economía puede seguir funcionando gracias a ella.
Una conexión confiable es el corazón de la transformación digital, como ha demostrado la pandemia. El tráfico en algunos países ha aumentado hasta en un 90% entre 2019 y 2020, mientras que el ancho de banda promedio en los países de la OCDE aumentó en un 58,4% en ese periodo. España es uno de los países que ya tenía un despliegue importante antes de la llegada del coronavirus, lo que hace aún más meritorio el crecimiento del 77% en el periodo.
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