Así es Mikhail Fridman, el mayor inversor ruso en España: de ingeniero metalúrgico a dueño de Dia
Según Forbes, es la persona 161 más rica del mundo, con una fortuna de más de 11.300 millones de euros
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Iniciar sesiónEl nombre de Mikhail Fridman (1964) no es ajeno para la economía española. El multimillonario, el mayor inversor ruso en nuestro país, vuelve a ser protagonista en los últimos días tras considerar «injusta» y anunciar el inicio de un proceso judicial por su inclusión el la lista negra ... elaborada por Bruselas para imponer sanciones y embargos a inversores y activos rusos. La UE entiende que el magnate tiene fuertes lazos con la administración rusa y que ambas partes se han beneficiado de este contacto. Antes de esta polémica envuelta por la guerra de Ucrania, Fridman era más conocido como el dueño de la cadena de supermercados Dia. Pero, ¿quién es en realidad Mikhail Fridman y cómo ha logrado escalar hasta ser la persona número 161 más rica del mundo amasando una fortuna de más de 11.300 millones de euros?
Nacido el 21 de abril de 1964, en el seno de una familia judía, en Lvov, localidad ucraniana que pertenecía a la antigua Unión Soviética, aunque vive en Londres. Divorciado y con cinco hijos, tiene nacionalidad rusa, ucraniana e israelí . Licenciado en Ingeniería Metalúrgica por el Instituto de Moscú de Acero y Aleaciones desde 1986, comenzó a trabajar como ingeniero metalúrgico en la fábrica de maquinaria eléctrica estatal Electrostal.
Su trayectoria en el mundo empresarial comenzó en 1988 con la creación de Courier, una agencia de alquiler de apartamentos para extranjeros, y Alfa-Eco, una compañía de ordenadores de segunda mano que también importaba otros productos. En 1990 cofundó y pasó a presidir Alfa Bank, actualmente el banco privado más grande de Rusia. También estuvo al frente de la petrolera TNK, empresa aliada con BP durante casi una década, entre 2004 y 2013. Tras vender su participación en la empresa por más de 50.000 millones de euros, y tras varios desencuentros con la británica en 2013, cofundó la compañía de inversión internacional Letterone con sede en Luxemburgo. Fridman utiliza este fondo como su brazo inversor.
Estas empresas fueron el precedente directo del holding que preside en la actualidad, Alfa Group, sociedad con intereses en el mundo financiero, la actividad industrial, en las telecomunicaciones y en el ámbito del consumo. De este modo, es dueña de Alfa Bank, la empresa de telecomunicaciones Veon, y las cadenas de supermercados X5 y Dia. Ayer, y después de anunciar que iniciaba un proceso judicial contra la sanciones de Bruselas, Fridman anunció que salía de los consejos de todas sus empresas, incluida Letterone . En Dia no estaba en la cúpula de gobierno.
Pero antes de su llegada a la distribuidora española, Fridman estuvo presuntamente envuelto en la quiebra del grupo Zed , dirigido por los hermanos Pérez Dolset. En concreto, la Audiencia Nacional investiga cuál fue el papel que tuvo el magnate para hunir el precio de la empresa tecnológica para poder comprarla a un precio muy por debajo de su valor, algo que siempre ha negado Fridman.
En 2017, Letterone compró el 10% de Dia, certificándose la entrada de Fridman en España. Esta inversión revalorizó sus acciones, aunque un año después la cadena de supermercados inició la mayor crisis de su historia que provocó la caída del 95% en el precio de sus títulos bursátiles. De hecho, llegó a estar en quiebra técnica . Esta crisis propició que Letterone lanzara una opa voluntaria por Dia, la cual acabó controlando en marzo de 2019. Actualmente, y tras realizar ampliaciones de capital, Letterone tiene el control del 77% de Dia.
Relación con Trump
El magnate ruso también estuvo involucrado en varios casos polémicos por sus presuntos vínculos con el Kremlin y su relación de amistad con Vladimir Putin. En su día, su nombre estuvo ligado al del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, después de aparecer en un informe de la CIA y el FBI en el que se apuntaba que habría ayudado a Rusia a acceder a los servicios del Partido Demócrata para boicotear la campaña de Hillary Clinton y favorecer al aspirante republicano de cara a las elecciones del pasado 8 de noviembre. A pesar de las sospechas, los tribunales nunca consideraron probada esta colaboración con Trump.
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