Merkel pide a China que siga confiando en el euro pese a la crisis

«La Unión Europea, y en particular aquellos Estados que han adaptado el euro, han logrado importantes progresos durante los dos últimos años», insistió Merkel para tranquilizar al régimen de Pekín, que se ha convertido en uno los principales compradores de deuda pública del mundo. Incluyendo a Japón, Taiwán y Corea del Sur, se calcula que los países asiáticos ya poseen el 40% de los fondos europeos y Bruselas considera vital que sigan adquiriendo deuda pública para, entre otras cosas, financiar al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y a su recién creado organismo sucesor, el Mecanismo Europeo de Estabilidad , encargados de rescatar a los Estados con problemas.

Con 3,2 billones de dólares (2,3 billones de euros), China dispone de las mayores reservas de divisas del mundo. De ellas, unos 2 billones de dólares (1,5 billones de euros) son bonos del Tesoro emitidos por la Reserva Federal estadounidense y 800.000 millones de dólares (608.573 millones de euros) son europeos. Pero, debido a la grave situación que sufre Occidente, el régimen de Pekín se muestra reticente a nuevas aventuras porque la crisis financiera global ha arruinado algunas de las operaciones de su fondo de inversión Blackstone, por ejemplo cuando compró acciones de Morgan Stanley.

Representando al país más solvente del Viejo Continente, la locomotora alemana tira del carro para disipar estos miedos con el propósito de que China siga confiando en los bonos europeos. Aunque Estados miembros de la UE, como Grecia, están al borde la bancarrota y la crisis se ha cebado con España, Italia y Portugal, Merkel se mostró «profundamente convencida» del acuerdo alcanzado para reducir el déficit público e incluso sancionar a los Gobiernos que lo incumplan.

No en vano, la UE es el mayor socio comercial de China y su dependencia económica es cada vez mayor. A su vez, Alemania es el primer socio comercial del gigante asiático y sus intercambios alcanzaron el año pasado los 169.000 millones de dólares (128.577 millones de euros).

Para seguir intensificando estas relaciones y que asciendan en 2015 a 280.000 millones de dólares (213.027 millones de euros), Merkel viaja el viernes a la industrializada región sureña de Cantón (Guangdong), donde operan medio millar de empresas germanas, tras entrevistarse con el presidente chino, Hu Jintao.

Además de los asuntos económicos, sobre la mesa también habrá otros temas políticos como el embargo de la UE al petróleo iraní, criticado por China porque el régimen teocrático de Teherán es su tercer proveedor al suministrarle un tercio de sus importaciones de crudo.

En sus anteriores cuatro visitas a Pekín, Merkel siempre ha sacado a relucir su habitual defensa de los derechos humanos y la libertad religiosa. Aunque dichos asuntos no pueden estar más candentes por la cada vez mayor represión política en China y los últimos disturbios mortales en zonas tibetanas, habrá que ver si la canciller alemana se atreve a mencionarlos aún a riesgo de perder la ayuda económica que espera de Pekín.