Porque yo lo valgo

Que la Generalitat valenciana se apunte 1.325 millones de ingresos ficticios desacredita al Estado

El presidente de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig Mikel Ponce

Cuando el juez le preguntó por las cuentas de Bankia, Francisco González, expresidente del BBVA , dijo: «La contabilidad es un chicle». Guardando las distancias, desde que Grecia ocultó a Eurostat su déficit, allá por 2009, no se había visto en el sector público ... europeo una goma de mascar parecida a los ingresos ficticios de 1.325 millones de euros que la Hacienda de la Comunidad Valenciana se apunta anualmente en razón de que considera que el sistema de financiación autonómica le entrega menos recursos de los que merecería.

El consejero de Hacienda Vicent Soler presume, además, de esta partida «reivindicativa» que, según sus palabras, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, les habría reconocido y anuncia que en 2022 volverá a incluirla en los presupuestos regionales. Los ingresos ficticios deben hacer las delicias de la Intervención General del Estado (IGAE) y de Eurostat , así como de los demás socios europeos que deben estar observando atónitos la disciplina contable española. Como dice Soler, «la partida es heterodoxa desde el punto de vista financiero, pero legítima desde el punto de vista político». ¿Qué puede salir mal?

Bueno, básicamente que su deuda no para de subir. Ya está por encima de los 50.000 millones. El PP dice que 11.000 millones son fruto de estos «engaños».

Estamos otra vez ante una situación en la que se pretende situar la voluntad política por encima de las normas y, sobre todo, por encima de la realidad, como se comprobó en 2017 con la crisis soberanista catalana . El subterfugio valenciano es una manera infantil de desprestigiarse ante cualquiera que revise sus cuentas públicas y demuestra poca seriedad y mucha habilidad para la propaganda.

Hay consenso entre los expertos de que la Comunidad Valenciana recibe menos recursos del sistema de financiación. Esto es así en gran parte debido a que Zapatero se encargó, durante la negociación del actual modelo -parido a medias con el consejero catalán Antoni Castells-, de postergar a la comunidad que entonces gobernaba el PP.

Pero que ésta hubiese influido tampoco garantizaba nada. Como comprobó Castells , los planes pueden ser perfectos, pero después llega la realidad con las rebajas. Cataluña ha influido de manera decisiva en todos los acuerdos de financiación autonómica y siempre ha terminado incómoda. Hay quien sostiene que esto ha ocurrido precisamente porque se ha aceptado su influencia.

Pero, habiendo convencido a todos de la justicia de su reivindicación, el gobierno de Ximo Puig se vuelve frívolo y desleal cuando se inventa partidas «reivindicativas». Difícilmente alguien les prestaría dinero si tuvieran ahora que abandonar el FLA y salir al mercado con unas cuentas que contemplan epígrafes infumables. No sólo se hacen daño ellos, sino que perjudican al crédito financiero del conjunto de la nación. jmuller@abc.es

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