Grecia, paralizada por la huelga general

La policía ha disparado botes de gas y se ha enfrentado a los manifestantes al finalizar una marcha en la que 50.000 personas se manifestaron pacíficamente contra los recortes que el país va a acometer para hacer frente a su crisis de deuda . La violencia ha durado unos 30 minutos, cuando grupos de jóvenes lanzaron piedras, pintura roja y botellas de plástico cerca del parlamento heleno, informa Ap. La policía ha detenido al menos a dos personas, mientras muchos escaparates de comercios han sido destrozados.

Los manifestantes han atacado con especial saña a la Oficina Estadística, acusada de haber escondido a la UE la verdadera situación de las cuentas públicas griegas .

El resto de protestas han sido, sin embargo, pacíficas. Los sindicatos han organizado las protestas en medio del parón general de 24 horas que ha afectado a los vuelos, las escuelas o los servicios públicos. La Unión Europea ha hecho una vaga promesa de apoyar a Grecia , que tiene más de 53.000 millones de deuda para pagar este año, pero el gobierno del primer ministro George Papandreou ha presentado garantías específicas para conseguir la confianza del mercado. El gobierno heleno dice que no necesita ser rescatado y que sus propios planes de recorte surtirán efecto. «Que paguen los ricos»

A la huelga se han unido los periodistas y los técnicos de televisión. Los sindicatos -que representan a dos millones de trabajadores en el sector público y privado- han protestado contra las medidas de austeridad anunciadas por el gobierno socialista de Giorgios Papandreu en manifestaciones en las grandes ciudades, al grito de «Que la crisis la paguen los ricos». Yanis Papagopulos, el presidente de Confederación de Trabajadores Griegos, insiste en que «los griegos son conscientes de la mala situación económica, pero las medidas no son justas, pedimos una distribución justa para que los trabajadores y los pensionistas no paguen por una crisis que no han creado ellos».

Esta manifestación ha sido el primer pulso entre el gobierno de Papandreu y el mundo laboral tras anunciarse el programa de estabilidad que congela los sueldos de los empleados públicos, recorta el 10% de los gastos estatales (reduciendo el gigantesco sector público) y comienza la necesaria reforma fiscal y del sistema de pensiones, revolucionando de hecho la totalidad de las relaciones laborales helenas. Los sindicatos, junto con el Partido Comunista y el de la Izquierda Radical, por su parte, se muestran opuestos a estas medidas. Consideran que pagarán la crisis, una vez más, los trabajadores, los funcionarios y los jubilados la crisis y no las personas mas pudientes. Temen la recesión, perder beneficios sociales y que no se creen nuevos empleos. Y han oído que las medidas adicionales que posiblemente tendrá que tomar el gobierno incluyen el despido libre y el que no haya convenios colectivos, además de un retraso en la edad de jubilación que les hará trabajar mas años.

El vicepresidente del Gobierno, Thodoros Pangalos, ha insistido en que el gobierno no temía la huelga y continuaría con sus medidas y reformas. El gobierno se ha comprometido a reducir en un 4% su déficit público que alcanza el 12,7% del PIB y lucha políticamente a diario para mejorar la credibilidad del país, atacada en los mercados internacionales y en la Eurozona. Las acusaciones de supuesta falsificación de datos en los últimos años ha empeorado la situación del país con el mayor déficit y la mayor deuda pública de la zona euro. La huelga ocurre justo en el momento que expertos de la Unión Europea, del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional se encuentran en Atenas como observadores para vigilar la aplicación del plan de austeridad del gobierno.

Al clima pesimista existente se ha añadido la noticia de que la agencia internacional de calificación de riesgo Fitch bajó este martes, por segunda vez desde principios de diciembre pasado, la calificación de los cuatro mayores bancos comerciales de Grecia..