Francia y Alemania se ponen al frente del plan de rescate de Grecia
Van Rompuy pedirá hoy «más integración económica» tras declararse Atenas «dispuesta a todo»
La primera crisis del euro es ya una realidad. Los dieciséis ministros de Economía de la Eurozona y los correspondientes gobernadores de los Bancos Centrales celebraron ayer reuniones por teleconferencia para ultimar los detalles de la operación «salvar a Grecia», un país al límite tras ... varias semanas de castigo por parte de los mercados y un encarecimiento inabordable de la financiación de su deuda.
En el histórico encuentro participaron también el Presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, y el recién estrenado en el cargo comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn. Pero, pese a tanto asistente, y pese a las declaraciones de la vicepresidenta Económica, Elena Salgado, en las que aseguraba que España iba a jugar un papel decisivo en la operación, finalmente serán Alemania y Francia quienes liderarán el plan de rescate de Grecia, según confirmaron fuentes diplomáticas francesas.
Durante todo el día de ayer, el debate se centró en el formato que tendrá la ayuda destinada a Atenas, dado que el Tratado de la UE prohíbe expresamente ayudas y préstamos bilaterales entre países de la Eurozona para no desestabilizar el equilibrio fiscal. En cualquier caso, el primer ministro griego, Giorgios Papandreu, prometió al francés Sarkozy que su país tomará «todas las medidas necesarias» para reducir este mismo año en cuatro puntos el déficit público y situarlo en el 8,7% del PIB desde el 12,7% actual.
Hoy, reunión de urgencia
Tras todo este elenco de preparativos de urgencia y a última hora los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reúnen hoy de manera informal pero extraordinaria en Bruselas para analizar la situación económica, con especial atención sobre Grecia, y con el telón de fondo la nueva Estrategia de la UE en materia económica para 2020. Por lo pronto, el Presidente permanente de la UE, Herman Van Rompuy, ha pedido a los Veintisiete más integración económica entre los países.
El Gobierno alemán, por su parte, estudia con preocupación medidas para proteger el euro —y en concreto a sus bancos— del agujero en que se ha convertido la hacienda griega y de los especuladores financieros que arrecian sobre ella. Berlín negó ayer reiteradamente que vaya a actuar en solitario, pero no así que trabaje sobre un plan del que buscaría el respaldo de sus socios para evitar la propagación de la crisis. «Ninguna decisión ha sido tomada» y ni siquiera habría estado «en el orden del día», advertían ayer distintos portavoces del Ejecutivo y de finanzas. El ministro Schäuble, que había indicado previamente que Grecia tendría que ayudarse sola, asume ahora que la banca y las empresas alemanas son los principales acreedores de Grecia, seguido por las entidades francesas. Y con un PIB diez veces superior a Grecia y un tercio de la economía del euro, Berlín es consciente de la facilidad con que podría avalar al Estado heleno antes de que la espiral alcanzase a otras deudas públicas de la Eurozona.
Pero el Gobierno de Merkel ha hecho saber que quiere al actual vicepresidente del BCE, el economista griego Lucas Papademos, al frente del programa de rescate de la Hacienda helena. El ministro Wolfgang Schäuble habría hecho saber a sus socios europeos su opción para «encargado de la misión especial de la UE» que supervisará el rescate de las arcas griegas. Papademos posee un gran prestigio en el seno del BCE, pero debería dejar su puesto en Fráncfort en mayo.
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