La Generalitat ve una voluntad política para que Cataluña sea la región con más déficit

La Generalitat esperaba que su déficit se situara en torno al 2,4 o al 2,5% de su PIB, una cifra que ya incluía varios efectos extraordinarios de 2015, principalmente los gastos correspondientes a infraestructuras licitadas antes de 2010 que Hacienda anunció a finales del año pasado que imputaría a la Generalitat con efectos de 2015.

Sin esos efectos extraordinarios, la Generalitat estimaba que su déficit habría sido del 1,7% de su PIB, en la línea del grueso de comunidades, dado que el déficit medio de las autonomías el año pasado fue del 1,66%.

Sin embargo, el cálculo final del déficit hecho por Hacienda ha acabado siendo del 2,7%, cifra que se rebajaría a un 1,95% sin tener en cuenta los llamados «one-off» o extraordinarios, que incluyen tanto ese gasto en infraestructuras licitadas antes de 2010 -equivalente a unos 1.318 millones, según el cálculo inicial que hizo Hacienda en noviembre del año pasado - como el importe destinado a financiar las terapias de la hepatitis C.

Asimismo, las fuentes consultadas subrayan que el Estado controla las bases fiscales de la Generalitat y que, además, ha cerrado el paso a vías de ingresos como el impuesto catalán de depósitos bancarios en detrimento del impuesto estatal, de forma que la recaudación recibida ha sido mucho menor a la esperada, y añaden que tampoco se han recibido recursos por el Fondo de Competitividad o por la disposición adicional tercera del Estatut.

La Generalitat calcula que en 2015, en cumplimiento estricto de la ley de estabilidad presupuestaria, le tendría que haber correspondido un déficit del 1,62%, y que este año su límite de déficit debería estar fijado en el 1,07% en lugar del 0,3% establecido para las comunidades.

Sin todos estos condicionantes, la Generalitat entiende que podría haber consolidado aún más la senda de reducción del déficit de los últimos años. En los últimos años Cataluña se ha afanado en recortar sus gastos y a la vez en obtener ingresos extraordinarios para poder cuadrar sus cuentas.

Así, de un déficit del 4,48% en 2010 y del 4,11% en 2011 pasó a un 2,26% en 2012; en 2013 siguió rebajando ese desfase hasta el 2,13%, pero en 2014 el déficit volvió a incrementarse, en este caso hasta un 2,74%, y en 2015 lo ha rebajado ligeramente, hasta el mencionado 2,70% del PIB.