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Deutsche Bank apuntala su credibilidad ante los mercados

Durante el fin de semana, los empleados han recibido una carta del presidente de la entidad, Christian Sewing, en la que intenta tranquilizar a la plantilla: «A nivel de grupo, nuestra fortaleza financiera está fuera de duda», ha apuntado

Christian Sewing, nuevo presidente de la entidad REUTERS
Rosalía Sánchez

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Los últimos acontecimientos en Italia y en España han sobresaltado a las bolsas, pero no más que Deutsche Bank, que el viernes cerró con una caída en Frankfurt del 7,15%, hasta los 9,15 euros, tras publicar The Wall Street Journal que la Reserva Federal (Fed) de EE.UU. ha incluido a la filial estadounidense del banco alemán en su lista de bancos con problemas, advirtiendo incluso del peligro de su viabilidad financiera.

El periódico neoyorquino, citando fuentes familiarizadas con el asunto, desvelaba que desde el año pasado permanece anotada junto al nombre de Deutsche Bank la característica de «condición problemática» , una de las denominaciones más bajas empleadas por la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) y que lleva a las entidades financieras a reducir la asunción de riesgos en áreas como el comercio y en los préstamos a clientes.

De los 1.783 bancos designados bajo la etiqueta de «condición problemática» entre enero de 2008 y marzo de 2017, 854 se recuperaron y subieron de categoría, 523 fracasaron , 294 se fusionaron y 112 permanecieron en esa categoría, según datos de la Fed. Pero el hecho de que el primer banco alemán y otrora primer banco europeo haya caído en tal denominación se suma a la decisión de la agencia Standard & Poor’s (S&P) de rebajar un peldaño más su calificación crediticia, de A- a BBB+ , menor que sus competidores, y al hecho de que el banco se enfrenta a una nueva demanda en Australia. Analistas como Daniel Eckert y Holger Zschäpitz auguran un crack y firman en la prensa alemana artículos como el titulado: « ¿Pondría usted su dinero en Deutsche Bank? Yo no» .

El informe de S&P cuestiona directamente la capacidad de la directiva para plantear un plan que reduzca la banca de inversión global de Deutsche y vuelva a centrarse en Europa y su mercado local para retornar a la rentabilidad después de tres años de pérdidas, tal como fue explicado a los accionistas en la última junta general, en la que se anunció un recorte en varias fases de hasta 10.000 empleos.

«Vemos riesgos de ejecución significativos en la presentación de la estrategia actualizada con un telón de fondo del mercado que no ayuda, y pensamos que, en comparación con sus homólogos, Deutsche Bank seguirá siendo un valor atípico negativo durante algún tiempo», es el veredicto de S&P, una nota de crédito que es crucial para cualquier empresa, pero especialmente para un banco como Deutsche, cuyo prestigio crediticio es relevante para ganar negocios. Deutsche es un importante emisor de deuda cuyo costo depende en gran medida de las calificaciones.

Cotización bursátil en mínimos

Como consecuencia de este rosario de calamidades, la cotización bursátil de Deutsche Bank toca mínimos desde los años ochenta y no está ya muy lejos del mínimo histórico, 8,83 euros . Sólo desde abril ha perdido un 20%, lo que se suma a las pérdidas de 8.700 millones que ha registrado en los tres últimos años, mientras que, a modo de comparación, el Banco Popular perdió alrededor de un 60% en su último mes de cotización, inmediatamente antes de ser intervenido. De los 27 componentes del índice europeo del sector , solo tres de ellos registran subidas en bolsa en lo que va de año. El mejor es Bankinter, que avanza desde enero casi un 5%, resistiendo mejor que el resto de entidades la crisis italiana. Epeor es Deutsche Bank, que cae más de un 37%.

El nuevo presidente de Deutsche Bank, Christian Sewing, trata de apuntalar el funcionamiento del banco de cara a la apertura de las bolsas de este lunes. Durante el fin de semana, los empleados de han recibido una carta de Sewing en la que intenta tranquilizar a la plantilla y garantiza la fortaleza financiera del banco. «A nivel de grupo, nuestra fortaleza financiera está fuera de duda» , afirma en la misiva, a pesar de que admite que las noticias en torno al banco “no son buenas”.

Al contrario que la mayor parte de bancos europeos, Deutsche Bank no ha conseguido mejorar su rentabilidad tras la crisis financiera y lleva tres años inmerso en un proceso de reestructuración y fuertes pérdidas. El beneficio después de impuestos del Deutsche Bank ha caído en el primer trimestre un 79% respecto al año anterior hasta los 120 millones de euros y el volumen de negocios descendió un 5%, hasta los 7.000 millones de euros, según informa la entidad, principalmente debido a las diferencias de tipo de cambio y la revalorización del euro frente al dólar, así como a los bajos ingresos de la banca de empresas y de inversión.

En un intento por intentar mantener el equilibrio, Deutsche Bank cerró el pasado mes de abril u na ampliación de capital de 8.000 millones de euros , con la incorporación de 687,8 millones de acciones nuevas y con la intención de mantener su banco minorista, PostBank. Los costes de reestructuración e indemnizaciones ascenderán a unos 2.000 millones, la mayor parte de ellos entre 2017 y 2019. La entidad intenta modificar su estructura y concentrarse en tres áreas: gestión de activos, banca de inversión y asesoramiento y financiación a grandes empresas.

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