Bruselas pisa el acelerador en el control a la especulación de los «hedge funds»
Después de meses de dudas, el Parlamento Europeo dio a conocer este miércoles a un grupo de periodistas llegados de todos los rincones de la UE su primera propuesta para la tan ansiada reforma del sistema financiero, basada sobre todo en un mayor control a ... los «hedge funds» o fondos de inversion transnacionales, cuyas actividades estan en la actualidad poco o nada reguladas y que suelen valerse de tener sus sedes sociales en paraísos fiscales para escapar del control de los paises en los que operan.
La intención del Parlamento comunitario es expedir una especie de «pasaporte» válido para toda la Unión Europea y que sólo posean aquellos fondos de inversión que cumplan estrictamente con ciertas normas. En un documento de 135 páginas se explican cuáles serían algunas de estas normas, que acabarían con la "barra libre" de la que han disfrutado los «hedge funds» hasta ahora: unos mayores controles del riesgo, con monitorización de su apalancamiento; una aportación de fondos propios dependiendo de cuál sea la capitalización total del fondo, unos test periódicos de estrés que consistirían en el control de la liquidez y otras limitaciones tanto para constituirse como para operar.
En definitiva, un lavado de cara completo a estas sociedades que tiene de uñas a la industria financiera y que por el momento se encuentra con dos escollos que podrían hacer que no saliera adelante. El primero es el propio Consejo Europeo, formado por los representantes de los Veintisiete y que, liderado por Espana como presidente rotatorio, parece optar de momento por un mayor refuerzo de los controles nacionales, algo que para algunos parlamentarios seria "dramatico" si finalmente se produjese.
Sin el apoyo de Londres
El segundo escollo tiene nombre y apellidos y se llama Reino Unido. En su City se encuentran el 80% de todos los «hedge funds» que operan en territorio comunitario, y los dos representantes britanicos que han acudido al debate en el parlamento han dejado bien claro cuál es la postura de Gran Bretaña, pese a venir de opciones políticas diferentes. Para Reino Unido, el control sobre los especuladores situados en paraísos fiscales como Caiman significa hacer volver a estas islas paradisiacas "a una economia basada en la banana". Pide a Europa solidaridad con estos pequeños territorios y que ésta prepondere sobre la propia estabilidad financiera del continente. Sus argumentos no son sólidos, pero su posición es inquebrantable y no va a cambiar. Reino Unido no va a aceptar un control sobre su industria financiera, por lo que tendrá que ser el resto de Europa la que decida si seguir adelante sin Londres.
Como las cosas de Bruselas van despacio, ahora se abre un proceso legislativo en el que el Parlamento y el Consejo pueden enmendarse el mismo texto o incluso rehacerlo completamente. Algunos diputados españoles, como José Manuel García-Margallo, están llevando la voz cantante para tratar de convencer a los Estados de que una regulación común es imprescindible. Aquí no hay opciones políticas, pues casi todo el Parlamento aboga por una solución común mientras que los países son reticentes a perder competencias. Mientras, los mercados a traves de sus multiples «lobbies» ejercen presión día sí y día también para que el cambio no se produzca, para que todo siga igual. Los mismos «hedge funds» que Europa quiere regular han comprado parte de la deuda de Grecia, de España o de Portugal. Su posición es más fuerte de lo que parece y hasta ahora no se ha tomado ni una sola resolución en su contra. Plantarán cara hasta el final para no perder la posición de libertad hasta el extremo de la que disfrutan ahora, amparándose siempre en el libre mercado.
Ver comentarios