La banca española tendrá que digerir a fin de año más de 100.000 casas embargadas
El sector inmobiliario teme que las entidades inunden el mercado y «tiren» los precios para colocar su «stock»
La crisis financiera amenaza con llevarse por delante el «statu quo» del sector inmobiliario, ante el creciente peso que la banca está adquiriendo sobre esta actividad. Ya no se trata de que las entidades deciden que inmobiliaria entra en concurso y qué grupo logra salir ... de la suspensión de pagos, sino que los crecientes impagos han engordado sus despensas de «ladrillo» de tal forma que se han convertido ya en un competidor más dentro de este maltrecho mercado.
Según los datos que maneja el sector y a los que ha tenido acceso ABC, las entidades financieras que operan en España intentaban digerir a cierre de 2008 más de 60.000 viviendas requisadas a sus propietarios por valor de más de 7.800 millones. Para este año, la agudización de la crisis económica hace temer que estas cifras se dispararán hasta superar las 100.000 casas en manos de la banca a final de año. No en vano, el Consejo General del Poder Judicial prevé que a lo largo del presente ejercicio se produzcan 76.463 nuevas ejecuciones hipotecarias. Con esta estimación, el capital inmovilizado en activos embargados rozará los 10.000 millones a cierre del año.
El 10% del mercado
La exposición total del sector financiero al «ladrillo» crece, no obstante, hasta los 20.353 millones incluyendo los activos que la banca tiene en propiedad para uso corporativo, según los datos que maneja el Banco de España. Un importe el 3% superior a los 19.821 millones que esta cartera alcanzaba tan sólo seis meses antes y casi el doble de los 10.995 millones que la banca totalizaba en activos inmobiliarios en 2003 (ver gráfico).
Teniendo en cuenta que el Ministerio de Vivienda estima el «stock» total en 613.000 viviendas, las entidades financieras tienen ya en sus manos alrededor del 10% de la oferta inmobiliaria, un porcentaje capaz de marcar condiciones y precios dentro del mercado de vivienda nacional.
En esta línea, fuentes del sector inmobiliario explican que la cantidad de viviendas embargadas por las entidades financieras amenaza con convertirse en un problema adicional para las promotoras y agencias a las que el descenso de los precios y la paralización de las operaciones tiene casi asfixiadas.
El temor fundamental es que las necesidades de liquidez de las entidades les acaben llevando a colocar las casas a un precio muy inferior al coste de mercado, ya que pueden ofertar casas a tan sólo el importe pendiente de pago de cada inmueble, lo que dejaría fuera de competencia a buena parte de los promotores y las agencias inmobiliarias.
Más agresividad
La preocupación no es infundada. Desde el sector bancario se asegura que el principal interesado en que no se desplome aún más el mercado inmobiliario es el propio sistema financiero dada su elevada exposición a esta actividad, por lo que se afirma que la cautela primará en su nuevo negocio inmobiliario.
Sin embargo, también se reconoce que en las últimas semanas algunas inmobiliarias creadas por bancos y cajas para acelerar la colocación de sus activos del «ladrillo» han elevado la agresividad de sus estrategias de venta. Por un lado, han comenzado a ofrecer descuentos más agresivos que llegan a superar el 30%. Por otro, apuntalan esta rebaja con ventajosas condiciones de financiación para el que compre este tipo de inmuebles.
La prueba de ello quedó patente el pasado septiembre durante la celebración del primer salón «outlet» para vivienda residencial en el que, según las cifras de los organizadores,Caja Madrid y Caixa Catalunya con 100 y 50 ventas, respectivamente, lideraron la colocación de casas a mucha distancia de las promotoras y agencias inmobiliarias allí presentes, entre ellas Hercesa, con 39 transacciones, fue la que tuvo mayor éxito.
No en vano, con el precio de estos activos en franco retroceso, las casas en «stock» pierden valor a cada día que pasa y de ahí el objetivo de la banca de colocar sus embargos lo más rápido posible. Un movimiento que, a su vez, puede generar una presión adicional sobre el precio de los inmuebles si se presenta un gran volumen de oferta en un corto espacio de tiempo. La competencia está servida.
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