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Una Alemania al filo de la recesión dice adiós a las vacas gordas

La amenaza de Brexit y la guerra comercial han castigado a la locomotora europea, muy dependiente de las exportaciones

Rosalía Sánchez

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Siguió tirando de Europa incluso en los peores momentos de la crisis, pero el motor alemán muestra ya signos evidentes de fatiga. El informe preliminar presentado esta semana por la Oficina Federal de Estadística (Destatis) muestra que la economía germana se contrajo en ... 2018, limitando el crecimiento al 1,5% del PIB, cuando los dos años anteriores fue del 2,2% y después de que los pronósticos para él llegasen a tocar el 2,5%. La primera gran alarma surgió en el tercer trimestre, con un retroceso del 0,2%. Los datos del cuarto trimestre no han sido todavía publicados, pero Destatis avanza que si salva la entrada en recesión técnica será por los pelos. «Los primeros datos apuntan a un crecimiento positivo y pequeño», «se trata de algo muy provisional, por eso no damos una cifra explícita», explica la portavoz de Destatis Tanja Mucha sobre un dato definitivo que conoceremos el 14 de febrero. Su colega Stefan Hauf desvela, tras mucha insistencia, que el consumo interno ha sido en el cuarto trimestre «algo mejor» que en el tercero, pero reconoce que las causas de la frenada han seguido activas hasta cerrar el año y, más grave todavía, irán en aumento en 2019.

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