Alcoa reta al Gobierno y avanza en el cierre de su planta en Lugo

«La desafortunada realidad es que la planta de aluminio (...) no es competitiva y no prevemos que cambien sus importantes problemas estructurales» , justificó la decisión el presidente y consejero delegado de Alcoa, Roy Harvey. La compañía se volvió a escudar en las «continuas pérdidas económicas». La planta «no es viable», insistió Harvey.

Durante seis semanas Alcoa negoció una venta a Liberty House que quedó en agua de borrajas el 27 de septiembre. Ante las sospechas de que nunca existió voluntad de acuerdo, Gobierno central y Xunta elevaron la presión y advirtieron de represalias en forma de decisiones «menos amistosas». Respuesta: avanzar en el cierre.

Los planes de Alcoa, que cayeron como un jarro de agua fría en la Mariña -no en vano se perdería el 30% del PIB de toda la provincia -, encontraron cumplida contestación desde las Administraciones. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a través de su propio comunicado, donde aseguró que «seguirá trabajando para lograr una solución» y reiteró el «malestar» con la empresa, de la que censuró que «empuja (...) a un conflicto innecesario».

Más contundente fue el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien llamó a «seguir trabajando sin dar un paso atrás» , porque «si Alcoa se quiere ir, está en su derecho», pero no puede condicionar «la política del aluminio en España». El mandatario autonómico trazó la hoja de ruta: primero «los trabajadores tienen que impugnar el ERE» , porque es «fraudulento» y «se puede ganar»; después han de pedirse medidas cautelarísimas que impidan el parón de las cubas, una estocada fatal; y finalmente el Gobierno debe «garantizar la venta».

El presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, confirmó la solicitud de una medida cautelarísima «para que un juez paralice todo este proceso inmediatamente» , informó Ep. En todo caso, los trabajadores insisten en que el Estado intervenga la planta ante la «mala fe» de Alcoa.