Los bancos ya no quieren ser inmobiliarias
Popular llega a un acuerdo para que dos fondos de inversión gestionen sus activos inmobiliarios, como ya han hecho buena parte de las entidades de nuestro país

Si la crisis obligó a los bancos a c onvertirse en inmobiliarias forzosas , la renovada imagen de España entre los inversores y la mayor estabilidad de los mercados está favoreciendo su necesaria vuelta a los orígenes . Bruselas impuso el llamando «back to basics» a la entidades que recibieron ayudas públicas: las obligó a centrarse en sus mercados de origen, tanto en lo que se refiere al territorio, como a sus clientes, y agilizó la venta de las inmobiliarias creadas a consecuencia del empacho del ladrillo . Pero también la banca sana ha decidido ir por el mismo camino.
Así, ayer fue el Banco Popular quien protagonizó una de las operaciones que más se repite últimamente en el sector financiero español. El banco que preside Ángel Ron anunció un principio de acuerdo con dos fondos de inversión para la venta de la gestión de su negocio inmobiliario por unos 800 millones de euros . Se trata de una cifra que supera incluso los mejores escenarios que manejaba la entidad, que hasta hace sólo unos días había recibido ofertas por hasta 650 millones de euros , según explican fuentes financieras.
Los fondos ganadores han sido Värde Partners y Kennedy Wilson , quienes con su oferta han conseguido desbancar a los otro cuatro candidatos que habían quedado finalistas del en torno a la quincena que inicialmente se habían interesado el negocio inmobiliario del banco. En una comunicación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) , el Popular detalló que estos fondos pasarán a gestionar determinados créditos destinados a promoción y construcción, así como la de los activos inmobiliarios adjudicados.
El valor neto contable de los créditos que gestionará la nueva sociedad será aproximadamente de 9.350 millones y el de los activos adjudicados alrededor de los 6.500 millones de euros . La gestión del negocio inmobiliario se realizará a través de una sociedad en la que participará Banco Popular y que controlarán Värde Partners y Kennedy Wilson, quienes aportarán su experiencia en la gestión de este tipo de activos.
La venta del Popular se enmarca dentro de este objetivo común de las entidades por externacionalizar la administración de sus activos inmobiliarios, lo que en definitiva supone conseguir que un experto saque el mayor partido a unos activos ajenos a su negocio original . «Nuestro negocio es la banca, no la venta de inmuebles», dijo en la última presentación de resultados Javier Marín , consejero delegado del Santander.
A comienzos del mes de septiembre, Bankia vendió su filial inmobiliaria al fondo Cerberus , pocos días después de que la también nacionalizada Catalunya Banc consiguiera cerrar un acuerdo con otros dos fondos norteamericanos para vender su plataforma. También Caixabank vendió el 51% de su inmobiliaria al grupo inversor TPG . Y la semana pasada, el Banco Santander anunció un principio de acuerdo con el fondo estadounidense Apollo para la venta Altamira por unos 700 millones.
Una postura similar mantiene el Sabadell con Solvia . El banco que preside José Oliu ya cerró la venta de una cartera de 953 bienes inmuebles heredada de la CAM a un consorcio de inversores internacionales y ahora estudia poner a la venta toda la inmobiliaria, según reconoció Jaime Guardiola, el consejero delegado durante la presentación de los últimos resultados de la entidad .
Este tipo de movimientos también están cambiando a los actores protagonistas del mercado inmobiliario español . Un ejemplo claro es el del fondo norteamericano Apollo, que ha consolidado su presencia en españa en los últimos meses. Además del acuerdo con Santander, la entidad ha comprado por 60 millones Evo Banco , la filial con la que Novagalicia opera fuera de Galicia y, en marzo de este mismo año, alcanzó un acuerdo para comprar a Bankia su filial de créditos al consumo Finanmadrid por 1,6 millones.
¿Quién es quién?
En cuanto a los nuevos socios del Popular, Värde Partners es un consultor de inversiones con más de 7.000 millones de activos en gestión. La firma emplea a más de 160 personas con oficinas en Minneapolis, Londres y Singapur. Por su parte, Kennedy Wilson es una firma internacional de servicios e inversiones del sector inmobiliario, que cotiza en Nueva York. Con sede en Beverly Hills (California), emplea 400 personas y cuenta con 24 oficinas, distribuidas entre los Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda, España y Japón. Kennedy Wilson cuenta con aproximadamente 14.000 millones de activos bajo gestión y, con sus socios, adquirió más de 10.000 millones de activos inmobiliarios o relacionados con el inmobiliario desde principios de 2010.
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