Recuperación en marcha... pero sin bajar la guardia
La economía española ya crece, ha dejado atrás la peor recesión.
maria jesús Pérez / susana alcelay
Ya hay luz al final del túnel. Lo asegura el Gobierno, lo avalan autoridades internacionales y lo certifica la élite empresarial, que ya mira con optimismo el futuro más inmediato de España. Creen los empresarios que la economía española ya ha comenzado a levantar el ... vuelo o lo hará de forma inminente, dejando atrás una de las etapas más negras de nuestro país, la recesión más larga y profunda jamás vivida, 29 meses que han dejado en el camino la dramática cifra de 6 millones de parados y más de tres millones de empleos destruidos.
En una encuesta exclusiva con ABC el mundo empresarial español apunta al sector exterior como el principal motor que está cambiando la coyuntura, pero también a las inversiones extranjeras, a la fortaleza del turismo, y a la mejora del sector industrial. En el lado más negativo destacan que la demanda interna continúa sin despegar por la erosión que ha sufrido la renta disponible de las familias, clave para afrontar la recuperación.
El mensaje es claro en este sentido. La gran mayoría anima a no bajar la guardia ; acechan todavía muchos peligros y no hay que confiarse porque la situación macroeconómica todavía es muy frágil y factores externos pueden desviar a España del camino de crecimiento ya iniciado.
¿Qué hacer? Los diecisiete empresarios consultados lo tienen más que claro: culminar la consolidación fiscal y continuar, con paso firme, con la emprendida política de reformas estructurales. En este sentido no dudan en destacar la valentía con la que el Ejecutivo ha gestionado la economía española desde que gobierna. La reforma financiera y del mercado de trabajo, los ajustes del gasto público o la moderación salarial son reformas elogiadas con la misma intensidad con la que reclaman que se concluya la que afecta a las administraciones públicas.
¿Y el empleo? Dejar atrás la recesión no implica necesariamente que el ciudadano perciba la salida de la crisis y no lo hará hasta que la economía comience a crear empleo. ¿Cuándo sucederá? Algunos empresarios apuntan a que esto no sucederá al menos hasta un semestre después de que la economía comience a crecer, otros destacan la importancia de que ya se haya frenado la destrucción de empleo. Un hecho es que los ritmos interanuales de caída de la afiliación (-3,4%) y subida del paro (+1,6%) continúan suavizándose, lo que anima a analistas y expertos a pensar que la dura crisis que afecta al mercado laboral ha tocado fondo.
Antonio Brufau, presidente de Repsol
Los ajustes y las reformas acometidas en los últimos años en España, tanto en el sector privado como en el público, para reducir los desequilibrios de nuestra economía están contribuyendo muy favorablemente a la salida de la crisis. De hecho, están mejorando la competitividad y las perspectivas económicas y se está frenando la destrucción de empleo.
Además, el contexto internacional está mejorando, en particular en la zona euro, debido, en parte, a la recuperación del comercio internacional y, en parte, a la mejora de la credibilidad de la moneda europea y del proyecto de integración europeo. Esto es así como consecuencia de las medidas monetarias adoptadas y de los acuerdos sobre objetivos fiscales realistas. Los resultados están a la vista: mejoras en las perspectivas de crecimiento de los países miembros, incluido el nuestro.
En este contexto, el gran reto de la economía es lograr la sostenibilidad de la incipiente recuperación de la mano del sector exportador y de la inversión, de modo que la mejor evolución se traduzca en crecimiento del empleo. Todo ello facilitará que el consumo se una al proceso de recuperación de la economía. Los últimos datos y medidas dadas a conocer invitan al optimismo.
César Alierta, presidente de Telefónica
Los indicadores económicos que seguimos de España sí parecen indicar no sólo una mejoría evidente desde hace algunos meses, sino que también apuntan a un crecimiento económico para los próximos trimestres. Este crecimiento estará basado fundamentalmente en los registros históricos del sector exterior, fruto de la reasignación de recursos hacia éste tras la ganancia de competitividad registrada por nuestro país.
No quisiera olvidar que seguimos siendo una potencia mundial tanto en destino como origen de inversión internacional, una pieza clave en el nuevo escenario internacional post-crisis. Finalmente, el gran esfuerzo de desendeudamiento llevado a cabo por el sector privado en los últimos años, el ajuste fiscal pendiente de menor intensidad, la amplia agenda de reformas estructurales en marcha y el avanzado ajuste del sector inmobiliario y financiero nos permiten igualmente ser más optimistas con el comportamiento de la demanda interna para los próximos trimestres.
A nivel empresa, decir que Telefónica opera en una industria tan estratégica y necesaria para construir el futuro que no podemos más que ser optimistas. Las telecomunicaciones son parte del último empujón que necesitamos para salir de la crisis y asumimos con el mayor compromiso esa tarea. Los operadores tenemos el papel clave en la construcción del mundo digital que ya está aquí, pues somos los que capitanean otros ecosistemas como el de las aplicaciones, los contenidos, los sistemas operativos o los dispositivos.
En un mundo marcado por la movilidad, la comunicación y la necesaria innovación, debemos convertirnos -y estamos inmersos en ese proceso- en una telco digital capaz de proporcionar al cliente aquello que más valora: la capacidad de comunicarse, trabajar, entretenerse, informarse… con el valor añadido, además, de ser los únicos agentes de todo el hipersector que podemos ofrecer garantías totales de privacidad y la seguridad de las comunicaciones, algo fundamental para nuestros clientes.
En definitiva, una telco digital que supere incluso las expectativas del usuario. Telefónica afronta, en todos los países donde opera, el reto de ser el mejor operador integrado con las mejores redes ultrarrápidas de banda ancha fija y móvil y la mejor calidad y atención. Un compromiso en el que ponemos todo nuestro esfuerzo inversor y también todas nuestras energías como compañía.
Ignacio Galán, presidente de Iberdrola
El segundo semestre puede suponer un punto de inflexión hacia la recuperación económica y el inicio de una senda de crecimiento sostenible. El aumento de las exportaciones, la estabilización del mercado laboral o la recuperación de la producción industrial son el fruto de una ambiciosa agenda reformista que debemos seguir completando.
A nivel empresa, estamos a la espera del desarrollo normativo de la reforma energética. Se está exigiendo un esfuerzo no equitativo para acabar con el déficit de tarifa al recaer, principalmente, sobre los agentes que ni lo han generado ni han sido responsables de su crecimiento. El Gobierno está a tiempo de introducir mejoras para dotar al sistema de racionalidad y diseñar un plan energético a futuro.
Francisco González, presidente del BBVA
La situación ha cambiado bastante en el último año y para mejor. Creo que se han hecho cosas muy buenas. Queda todavía por hacer pero estamos por el buen camino. Estamos ya creciendo, probablemente en el tercer y cuatro trimestre muy poco, pero creciendo -afirmaba esta semana el presidente del BBVA en Fráncfort-. España ha hecho sus deberes.
Tenemos que seguir trabajando, pero yo creo que lo que se está haciendo, está en la buena dirección y la percepción es cada día más positiva. Somos uno de los pocos bancos universales del mundo. Estamos viviendo un gran momento. Con oportunidades de crecimiento orgánica e inorgánica. Y estamos liderando el cambio tecnológico a nivel global. Vamos a crecer en EE.UU., en Turquía en Latinoamérica y, sin duda, vamos a crecer en España. El mayor desafío es la tecnología.
Isidro Fainé, presidente de la Caixa
La economía española afronta unos meses cruciales. Los últimos datos de coyuntura económica resultan esperanzadores: tanto los recientes registros de empleo como los de consumo marcan ya un importante cambio de tendencia. Asimismo, el sector exportador y el turismo extranjero están suponiendo un gran motor que favorece la recuperación. Pero no tenemos que bajar la guardia, ya que la situación macroeconómica todavía es frágil y existen factores externos que podrían lastrar la economía y sobre los que tenemos escaso control. Además, no hay que olvidar que los principales riesgos para el relanzamiento de nuestra economía son internos y fundamentalmente dos: culminar la consolidación fiscal y acelerar las políticas de reforma.
Uno de los retos que afronta la entidad, a partir de ahora, es mantener los niveles de solvencia, con vistas a la entrada en vigor de nuevas normativas regulatorias, como Basilea III. Otros focos de presión giran en torno a la finalización del proceso de reestructuración financiera. Estos factores nos obligan a reforzar la capacidad de generación de beneficios, lo que implica continuar compitiendo con eficacia en el mercado y trabajar intensamente en mejorar la calidad de nuestros servicios y la satisfacción de nuestros clientes.
Recuperación en marcha... pero sin bajar la guardia
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