Prohibir el uso de nicotinoides en la UE pondrá al sector agrícola contra las cuerdas

El director general de la Asociación Empresarial para la Protección de Plantas ( Aepla ), Carlos Palomar, asegura en unas jornadas organizadas por la Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible que el estudio de la EFSA está «incompleto» y que «se basa en riesgos teóricos» como ha reconocido el propio organismo europeo dada la premura en llevarlo a cabo, al emplear tan sólo seis meses. A su juicio se trata de un asunto mediático que la Comisión quiere resolver por la vía fácil: «echarle la culpa al agricultor y a la industria por los insecticidas empleados». Palomar cree que existen otros factores determinantes en los problemas que afectan a las abejas y que es necesario también identificarlos antes de tomar una decisión tan drástica a la que calificó de «desproporcionada, exagerada y politizada».

La Comisión Europea votará el próximo día 25 sobre esta cuestión, pudiendo incluso llegar a prohibir estas materias activas, lo que provocaría un grave perjuicio para los productores europeos de trigo, colza, remolacha, maíz y girasol. En nuestro país, afectaría estos dos últimos cultivos. En el caso del maíz la prohibición de nicotinoides podría aparejar la pérdida de hasta 420.000 toneladas de maíz, lo que equivaldría a un 7% de toda la producción de nuestro país, es decir unos 97.000 millones de euros menos. En cuanto al girasol, la superficie afectada ascendería a 232.000 toneladas sobre una producción total de un millón de toneladas. Esta merma del 20% supondría pérdidas de 116 millones de euros, asegura Alberto Ojembarrena, coordinador del grupo de híbridos de Anove y director de operaciones para Iberia de Pioneer Hi-Bred.

Ojembarrena asegura que el sistema de tratamiento de semillas con neonicotinoides emplea unas dosis mínimas. «Si utilizamos 25 kilos de semillas para sembrar una hectárea -asegura- tan sólo se emplearían 85 gramos de insecticida, en especial si lo comparamos con insecticidas de pulverización, en lo que se emplean 2,5 kilos por hectárea». Defiende además este método, porque suprime el tratamiento posterior en el aire.

Los nicotinoides poseen además otras ventajas como el ahorro de agua. En Andalucía se está procediendo a adelantar la siembra de girasol al mes de enero en lugar de hacerlo en abril. De este modo no es necesario regar, pero debido a la baja temperatura la semilla necesita más días para germinar (entre 21 y 25), por lo que es necesario el uso de neonicotinoides que eviten plagas como la del gusano del alambre.

El doctor en Veterinaria y Patología Apícola, y asesor de investigación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Mariano Higes, afirma que se lleva trabajando desde el año 2000 y asegura que existen tanto estudios propios como ajenos ponen también el foco en otros aspectos sobre los problemas que están acabando con las colmenas de abejas, como ácaros o parásitos, como el «varroa destructor» o el «nosema ceranae», respectivamente. En los estudios realizados con nicotinoides, asegura Higes, que se analizó el polen y «vimos que las partículas encontradas estaban en porcentajes muy pequeños».

Resalta además que la producción de miel se elabora en su mayoría a base de polen de flores silvestre, por lo que apenas hay abejas en los cultivos de algodón, colza, maíz y girasol, ya que las floraciones de estos cultivos no son atractivas para las abejas, y en el caso del girasol la floración es muy breve.

Finalmente Higes se lamenta de que la UE haga más caso a informes realizados en países del norte de Europa y a la opinión de investigadores de Suecia o Alemania, países que apenas cuentan con unas decenas de miles de colmenas, y desoigan a los España, que es el mayor productor de miel de los Veintisiete, con 2,5 millones de colonias de abejas.