Otra vez los Chiefs y Mahomes: doblegan a los Bills y buscarán el triplete frente a los Eagles en la Super Bowl

La victoria abre a Mahomes, el mejor jugador de esta época, y a los Chiefs la puerta de la historia: conseguir tres Super Bowl consecutivas, algo nunca conseguido. El triplete solo lo pueden evitar los Eagles de Filadelfia, que adquirieron unas horas antes su pase a la finalísima tras derrotar a los Washington Commanders de manera abrumadora (55-23)

Allen es uno de los mejores de esta época, candidato al MVP de la NFL, un gigante de 1,95 metros capaz de pasar el balón con la puntería de un francotirador y derribar contrarios en carrera si es necesario. Pero el que acabó tumbado fue él. En un final de infarto, con los Bills necesitados de anotar para ganar, un último pase desesperado de Allen aterrizó de manera milagrosa en los brazos de un compañero, Dalton Kincaid. Pero se le escurrió de las manos, y con él se fueron las opciones del equipo del estado de Nueva York de llegar a la ansiada Super Bowl.

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Como Poulidor, el ciclista francés que en los sesenta y setenta perdió mejor que nadie -a costa de victorias de, sobre todo, Eddie Merckx, pero también de nuestro Luis Ocaña-, Allen apunta a quedarse como un gran segundón.

Era la cuarta vez en cinco años que los Bills se enfrentaban en los 'playoff' con Mahomes y los Chiefs. Han sido siempre partidos que hacen afición, si es que el fútbol americano necesita algo más de eso en EE.UU. En 2020, los Chiefs de un Mahomes imberbe remontaron un inicio de 9-0, también ya liderados por Allen. Un año después, el partido se lo volvieron a llevar los de Kansas City en la prórroga, después de ir por detŕas a solo 13 segundos del final. Volvieron a verse las caras el año pasado, cuando un lanzamiento a palos de los Bills se escoró a la derecha y evitó el empate y la potencial remontada en la prórroga.

Este domingo, se repitió la historia: un partido glorioso y un final para los Chiefs. Tuvo de todo el encuentro, con muchos cambios de líder en el marcador. Allen comparecía con la necesidad de demostrar que podía enfrentarse a los fantasmas del pasado y por fin imponerse. Pero empezó nervioso, con dos pases consecutivos muy cercanos a la intercepción.

Mahomes y los Chiefs, al contrario: su primera posesión fue maestra. Una combinación ejecutada a la perfección de jugadas de pase y de carrera, con multitud de opciones, que acabó en anotación, en 'touchdown'.

Allen y Mahomes se emplearon al máximo. El de los Chiefs, más con la carrera, que es en realidad una fortaleza mayor del 'quarterback' de los Bills. Allen, muchas veces en el alambre, con pases de riesgo, con carreras en las que se lanzaba contra el muro humano rojiblanco del equipo de Misuri.

El partido tuvo acciones que serán recordadas -una recepción imposible de Xavier Worthy para los Chiefs; un vuelo contra la gravedad de James Cook para los Bills-, pero fue, sobre todo, un toma y daca que dejó al espectador sin aliento.

Al final, el partido se decidió por detalles: Allen se quedó a milímetros de un cuarto 'down' que les hubiera puesto cerca de una anotación en la recta final; la inteligencia de Mahomes para leer la defensa de los Bills y ejecutar carreras; y la pelota que se le escapó a Kincaid.

Pero, sobre todo, ganaron los Chiefs porque saben ganar. Son una máquina de superar estas situaciones. Y mucho de ello tiene que ver con la defensa: en el último ataque de los Bills, el que les podría haber dado la victoria, el coordinador defensivo de los Chiefs, Steve Spagnuolo, optó por dos jugadas defensivas de presión a Allen que desmontaron al 'quarterback' aspirante.

«O lo acabas o no lo acabas. Y nosotros no fuimos capaces», dijo después Allen, con la cara y la elástica marcada por el fragor de la batalla. «No va de una sola persona, esto es siempre el equipo, es lo que nos hace tan especiales», reaccionó Mahomes, con más razón que nunca.

El partido reafirma a los Chiefs como los grandes dominadores de esta época. El próximo domingo 9 de febrero, en Nueva Orleans, jugarán su quinta Super Bowl en seis años. Y con la posibilidad de firmar el histórico 'triplete'.

Tratarán de impedirlo los Eagles, un equipo que se ha convertido de forma progresiva en una máquina de triturar rivales. Sobre todo, por su juego de carrera, liderado por Saquon Barkley, que apunta a ser el 'running back' más dominante de la historia.

En su final de conferencia contra los Commanders, Barkley parecía que jugaba contra niños. Anotó tres 'touchdown' de carrera con una facilidad insultante. Otros tres anotó su 'quarterback', Jalen Hurts, también en carrera. El duelo del mayor evento del año en EE.UU. está ya servido.