Didac Costa: "El objetivo es acabar la Vendée Globe"

—Sinceramente, no. Conocía la regata, pero en 2011 no la tenía en mente. Lograr participar en la Mini Transat para mí ya era una gran meta, no miraba más allá. Luego surgió la oportunidad de hacer la Barcelona World Race, y terminándola empecé a pensar en la Vendée.

—¿Está siendo muy difícil?

—No tiene nada que ver. Esta vez es un proyecto personal, con pequeñas colaboraciones pero sin un gran patrocinador. Un proyecto basado en la ilusión, compartida por gente que me está ayudando mucho y apoya con pequeñas aportaciones, que para nosotros suponen la viabilidad del proyecto. La FNOB también ha jugado importante para hacer posible el proyecto. He invertido mis ahorros y me he endeudado, hasta hace unos días seguía con mi trabajo de bombero para tener ingresos.

—¿Ha podido entrenar?

—No, desde el inicio del proyecto han sido infinidad de horas trabajando en el barco para prepararlo a conciencia. Sólo he podido navegar los 10 días de la calificación. Las cosas son así, no hemos tenido tiempo. Aunque el barco sea el mismo, navegarlo a dos o en solitario son dos ritmos y estilos muy distintos. Ahora me tengo que enfrentar sólo a las maniobras, y cambian la forma y tiempos de hacerlas.

—Por lo menos el barco lo conoce bien, ¿es importante?

—Absolutamente. En primer lugar por la fiabilidad y conocer perfectamente todos los sistemas. También es muy importante conocer sus prestaciones y su comportamiento navegando, esto será muy importante para el routage y decidir las combinaciones o cambios de velas. De alguna manera compensa un poco la falta de entreno que no he podio realizar.

—¿Ha cambiado cosas en el barco?

—Cosas nuevas tan sólo una litera central junto a la mesa de cartas, pues navegando dos dormíamos en literas laterales. El barco y todos los sistemas los hemos revisado a fondo. El palo lo hemos revisado exhaustivamente, cambiando la jarcia y los bulones. Las baterías son también nuevas, pero idénticas a las anteriores. Sólo hemos podio hacer dos velas nuevas, la mayor y el solent. El resto son las de la BWR, que están en buen estado, pero hemos cambiado el génova por otro menos usado. Ese ya tenía dos pinturas de patrocinadores y pesa mucho. Pintarlo de nuevo para tapar esos logotipos sería convertirlo en un mamut.

—El barco está preparado para la Vendée, ¿lo está usted?

—Pues la verdad es que no he tenido tiempo de prepararme física y mentalmente. Mi trabajo habitual de bombero requiere una buena forma física y vivir una dinámica de guardias. Me falta un poco y espero poder mejorar en esta recta final. Mentalmente no me preocupa especialmente, pues la vuelta al mundo sin escalas ya la he hecho aunque haya sido en doble. Los días anteriores a la salida en Les Sables ya terminaré de mentalizarme.

—¿Es usted muy MacGiver?

—Creo que me defiendo bien. No soy de los que terminan las cosas muy «niqueladas», pero las termino. Soy bastante práctico, soluciono el problema. Soy bastante polivalente en todas las áreas, aunque debo mejorar en cabuyería. La electricidad tal vez sea mi punto destacable. En hidráulica, mecánica y electrónica no saco malas notas.

—¿Cuál es su objetivo en la Vendée?

—Por encima de todo terminarla. En cuanto al tiempo, mi referencia son 98 días con este barco, pero entonces fue en doble y con el Mediterráneo. También son fechas distintas, por lo que es una referencia muy relativa. Deseo no tener averías ni percances serios, ser capaz de navegar sin grandes condicionantes mecánicos.