Open de Australia
Sabalenka, arrolladora campeona en Australia
La bielorrusa revalida la corona conquistada en 2023 con un soberbio partido ante Zheng (6-3 y 6-2) en una hora y 16 minutos
Medvedev-Sinner: una final de Australia del nuevo tenis
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Iniciar sesiónConquista Aryna Sabalenka el título en el Open de Australia con una exhibición de control y potencia. Se cree lo que es la bielorrusa, una de las mejores del hoy y con mano dura para serlo en el futuro. Arrolla en una hora ... y 16 minutos a la china Qinwen Zheng, novata en estas contiendas, y revalida la corona en Melbourne, su segundo Grand Slam.
Open de Australia
Final femenina
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Se enfrentaban la experiencia contra la ilusión del primer día. Un tenis potente contra un tenis ágil. Una Sabalenka instalada desde hace tiempo en la élite, contra una Zheng que hace un año y medio estaba fuera del top cien. Dos estilos que brindan una final de contrastes que acaba por decantarse hacia el lado de la bielorrusa, que encadena dos títulos en Australia, como ya hiciera su compatriota Victoria Azarenka en 2012 y 2013.
Zheng, 21 años y 15 del mundo, había tenido un camino aparentemente plácido hasta este último día, sin obstáculos entre las 50 primeras raquetas del mundo, pero también las había despachado con contundencia, con la cuenta más alta de saques directos de todo el cuadro femenino: 48. Y 165 golpes ganadores. Potencia. Sabalenka, 25 años y 2 del mundo, había bregado algo más, con victorias de calidad como la semifinal ante Coco Gauff, ha completado 24 saques directos y 137 golpes ganadores, y a su favor, el menor desgaste (cuatro horas y media menos), pues no ha dejado que sus rivales le arañen ni un solo set. Más aún, solo 16 juegos antes de semifinales, y con un 6-0, 6-0 incluido. Potencia.
La inexperiencia puso nervios en la mano de Zheng en el primer turno de saque. Tan buenos en cualquier otro momento, como lo demostrará más adelante, tan dubitativos en ese inicio de partido. No desaprovechó los regalos Sabalenka, enseguida por encima en el marcador con un 3-0 de adrenalina desatada, pero con el control que ha adquirido en los últimos tiempos y hasta tres bolas de set con 5-2 y al resto.
Pero Zheng no había llegado aquí a aplaudir a la bielorrusa. Un primer servicio a la T, un derechazo y otro ace igualaron ese juego y la mantuvieron cerca en el marcador, con la presión para Sabalenka porque admitía con gestos que iba a poder hacer poco en los siguientes turnos de resto, y debía tener cuidado si dejaba la iniciativa a la china.
No obstante, esta Sabalenka ha crecido muchísimo. Ese título en Australia el año pasado no solo le reportó un buen botín económico y un lustroso trofeo en sus vitrinas, también le aportó una pieza fundamental que ha ayudado a completarla como tenista: la convicción. Ahora sí se cree que es lo buena que es, que nadie la ha regalado esas semanas en el número 1 y que permanece ahí, muy cerquita de Iga Swiatek y con mano firme y candidatura para todo en cualquier torneo.
«No todo lo puedes hacer tú sola. Me ayudó mucho contar con un apoyo de fuera que me hiciera entender mis emociones en la pista y saber cómo manejarlas», concedía estos días en Australia. Y así, ha construido una tenista total, por la potencia sigue muy firme, se ha asegurado un buen porcentaje de segundos servicios limitando lo que otrora era su punto débil: las dobles faltas, y encima ya no hay momentos de locura que le hagan perder puntos, juegos, setos e incluso partidos.
Toma las riendas del segundo set también enseguida, merced de una Zheng a la que le pesa de nuevo el escenario y la final, que, sin poder apoyarse en su primer servicio, está más pendiente de no cometer dobles faltas (6 dobles faltas y 6 aces al final) que de dónde pone la pelota, y así, Sabalenka encuentra el punto perfecto para conectar durísimos restos que la impulsan en el marcador.
No se descentra la bielorrusa ni cuando un espectador empieza a gritar y hay que parar el juego unos minutos. A Zheng tampoco la despista el incidente, algo más calmada conforme ve que poco tiene que perder. Decidió una vida de tenista muy lejos de su familia, afincada en Andorra y a las órdenes de Pere Riba, que había llevado a Coco Gauff hasta el título en el US Open 2023 y, en un tiempo sabático que quiso tomarse, se encontró con esta jugadora espigada y llena de fuerza y ganas de trabajar. En apenas unos meses, un salto de altura hacia las grandes rondas, y una primera final de Australia para China, diez años después de que lograra el título su compatriota Na Li.
Pero le viene grande todavía esta final de 2024 y, sobre todo, la dureza con la que juega la rival, que no le deja espacio para hallar el movimiento justo para volcarse sobre la pelota. Sobrevive y trata de agarrarse al partido, con una montaña por subir porque enseguida hay un 4-1 en contra, con los errores de Sabalenka, pero esta no cede tanto, que el trofeo lo tiene a la vista y hay confianza para atraparlo con fuerza.
Se regala, y regala, un último juego para animarse y demostrar todo lo que tiene, incluso para levantar cuatro bolas de partido, ante una Sabalenka que duda cuando tiene todo a su favor. Tensionada como no ha estado en todo el partido, le cuesta dejar de temblar a la bielorrusa con su servicio. Grita de pura tensión cuando consigue su quinta bola de partido. Y con la derecha, sí, esta vez sí, rubrica una final de ensueño: la más consistente, la más convencida, maestra ante Zheng. Campeona de principio a fin. Segundo Grand Slam; un título más para el convencimiento y para seguir creyéndoselo.
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